La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha presidido este jueves la reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico, donde ha estado acompañada, entre otros por el consejero vasco de Economía, Pedro Azpiazu. 

La conferencia de presidentes se tambalea por la ausencia de Aragonés y las críticas del PP por la falta de agenda

La convocatoria parte de una exigencia del Gobierno vasco, que ponía esa condición para que el lehendakari, Iñigo Urkullu, confirmara su asistencia a la Conferencia de Presidentes autonómicos que se celebrará este viernes en Salamanca y donde no estará el presidente catalán, Pere Aragonés, pese a que el Ejecutivo central aceptó mantener un encuentro bilateral la próxima semana.  

En la reunión se ha abordado la transferencia de tres nuevos impuestos a Euskadi, además de otras cuestiones relevantes como la pandemia o los fondos Next Generation. 

Así, Euskadi recaudará unos 220 millones más cada año gracias a la gestión de tres nuevos impuestos (ventas por internet y tasas Tobin y Google). Se ha acordado también el objetivo de déficit para 2022, que será del 0,9 % del PIB en el caso del Ejecutivo autonómico y del 0,2 % en el caso de las diputaciones forales, lo que se traduce en 707 y 157 millones respectivamente. 

"Estas cifras nos van a permitir diseñar unos presupuestos expansivos con fuerte inversión pública, de cara a salir cuanto antes de esta crisis económica y lograr la transformación socioeconómica que Euskadi necesita", ha valorado el consejero vasco de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, al término de la reunión. 

"Redunda en beneficio" del pueblo vasco

Según el lehendakari, este encuentro "redunda en beneficio" de la ciudadanía vasca". "Eso es lo que significa el respeto a un autogobierno reconocido, a un autogobierno que contempla también la vida diaria de los ciudadanos vascos". 

Así, se repite el episodio ocurrido el año pasado, cuando Urkullu decidió a última hora participar en la Conferencia de Presidentes de San Millán de la Cogolla (La Rioja) organizada para el 31 de julio tras cerrarse un acuerdo entre los Ejecutivos central y vasco sobre la senda de déficit de la Comunidad Autónoma.

De esta forma, la Conferencia de Presidentes que cierra el curso político se afrontará con los ánimos muy caldeados y una sensación de decepción generalizada en la mayor parte de dirigentes autonómicos, que ya han criticado la decisión del Gobierno.