Los floristas encaran con optimismo el Sant Jordi después de un año "muy duro" por culpa de la pandemia

  • En plena pandemia, nació Rosistirem, una floristería en Internet que encara su primero Sant Jordi vendiendo en la calle.
Carolina Pallés en su floristeria en las Rambles de Barcelona, el 20 d'abril de 2021.
Carolina Pallés en su floristeria en las Rambles de Barcelona, el 20 d'abril de 2021.
ACN
Carolina Pallés en su floristeria en las Rambles de Barcelona, el 20 d'abril de 2021.

Las floristerías de Barcelona son optimistas con Sant Jordi después de que el año pasado no se pudiera celebrar por la pandemia. La propietaria de Flores Carolina de la Rambla, Carolina Pallés, es la cuarta generación de un establecimiento emblemático que ha vendido a Josep Carner o Federico García Lorca y que este año confía que la Diada "irá bien".

El 2019 vendió unas 4.000 rosas y a pesar de que este año las previsiones son menores, confía que la gente tenga "ganas de pasear, y volver a comprar". Carolina apuesta por el trato personal presencial, y descarta la venta en línea. Precisamente el año pasado, en plena pandemia, nació Rosistirem, una floristería en Internet que encara su primero Sant Jordi con el camino inverso: vendiendo en la calle por primera vez.

Este año las previsiones son menores por eso confía que la gente tenga "ganas de pasear, y volver a comprar"

El fundador de Rosistirem, Pau Culilles, es optimista y afirma que “la gente tiene ganas de celebrar Sant Jordi y regalar amor, esperanza y vida después de un año muy duro”.

Rosistirem es una iniciativa de venta de rosas en línea que abrió el año pasado en plena pandemia para “salvar” el Sant Jordi. Según Culilles, solo aquel día la empresa repartió pedidos a más de 4.100 casas y vendió más de 30.000 rosas en total.

“Después nos lanzamos a la piscina abriendo una primera tienda en Barcelona”, explica. “Cuando todo el mundo cerraba, nosotros abríamos”, añade. Desde aquel momento, Rosistirem no ha parado de crecer y ahora ya reparte pedidos por España y Portugal. Este año, no esperan superar las ventas del año pasado, pero lo quieren compensar con la venta en 16 puntos que tendrán repartidos por la ciudad.

A Flores Carolina no le fueron tan bien las cosas durante la pandemia. Carolina Pallés reconoce que "la ciudad de Barcelona vive del turismo", y añade que este último año les ha perjudicado el cierre de restaurantes y hoteles y el hecho de no poder celebrar casamientos o comuniones.

Actualmente, Carolina forma parte de la cuarta generación de un negocio que inició su bisabuela, que también se decía Carolina, en 1888, coincidiendo con la primera Exposición Universal de Barcelona. La propietaria dice que por esta floristería ,de más de un siglo de historia, han pasado personajes ilustres cómo Josep Carner, Josep Maria de Sagarra o Federico García Lorca.

"Formamos parte de la historia de la ciudad de Barcelona", afirma. Carolina Pallés no se plantea la venta en línea porque dice que el trato con el cliente es muy importante. "Este negocio tiene que ser presencial", expresa.

De cara al futuro, Rosistirem quiere seguir creciendo y en 5-10 años llegar a todo Europa. Por su parte, Carolina Pallés espera “seguir trabajando por el negocio" como lo ha hecho su familia durante todos estos años. Le gustaría que la floristería tuviera un relevo generacional, a pesar de que reconoce que “la etapa puede ser que se acabe aquí". “Aparte de vender flores como vocación, tenemos una historia muy bonita de toda una vida”, concluye.

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