Las cifras de muertos siguen por encima del valle del verano pasado tras un año de pandemia

  • La curva de fallecidos en un solo día ha alcanzado dos grandes picos en el último año: primero en abril y, después, en febrero.
Tanatorio de Barcelona convierte el 'parking' en depósito de féretros
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EFE
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El dato de muertes es siempre el último en empezar a descender, marcando el final definitivo de las olas de la pandemia. A finales del pasado mes de marzo, en pleno confinamiento, el persistente aumento de las cifras de fallecimientos caía como una losa en el ánimo de una población que ya llevaba dos semanas encerrada en casa sin apreciar resultados.

El pico entonces se alcanzó el 2 de abril, con 950 muertos registrados por Covid-19, una cifra que ahora sabemos que fue realmente mucho mayor que la oficial, según se puede deducir de los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) del Centro Nacional de Epidemiología.

Según este registro, ese día fallecieron casi 3.000 personas en España, cuando lo estimado, siguiendo la media de fallecimientos de los últimos años en esas fechas, habría sido en torno a 1.200 muertes.

Aunque el colapso del sistema sanitario provocó también numerosos decesos no directamente relacionados con la Covid-19, con los datos del MoMo en la mano, es fácilmente deducible que ese día murieron a causa del coronavirus más de las 950 personas registradas oficialmente, que solo contaban a los que se les había realizado una prueba PCR.

La rápida escalada de la primera ola

En la primera ola, la mortalidad escaló rápidamente, evidenciando que la transmisión se encontraba totalmente descontrolada y los contagios de las semanas precedentes habían pasado desapercibidos ante el escaso conocimiento sobre la enfermedad.

El día que el Gobierno declaró el estado de alerta se registraron solo 15 muertos. 11 días después, el 25 de abril, el dato era ya de 738 muertos diarios y la cifra siguió aumentando hasta ese fatídico 2 de abril de 2020. A partir de ese momento, comenzó un descenso mucho más lento que la subida del mes de marzo.

La desescalada comenzó el 4 de mayo, cuando se inició la llamada «fase 0», 52 días después del comienzo del confinamiento. Esa jornada se registraron 164 muertos.

Con la llegada del verano la pandemia parecía haber terminado. Las cifras de muertos se mantuvieron en cero durante varios días y no se comenzó a percibir un aumento hasta el mes de agosto. El 13 de ese mes, con 26 fallecidos registrados ese día, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, habló, por primera vez, de "segunda ola".

Una cifra que no termina de iniciar un descenso claro

El aumento en las cifras de fallecidos fue, desde entonces, mucho más lento que en la primera ola. El 29 de septiembre, se registraron más de 200 muertos por primera vez desde mayo y casi un mes después, el 25 de octubre, se volvió a decretar el estado de alarma en todo el país.

El día con más fallecidos de esta segunda ola sería el 24 de noviembre, cuando se notificaron 537 muertes. Desde ese día comenzó un lentísimo descenso que prácticamente conectó con el inicio de la tercera ola de la pandemia. La Navidad fue el punto de inflexión.

Los decesos no pararon de subir durante todo el inicio de año. El 25 de enero se alcanzan los 767 y el 8 de febrero, en el pico de fallecimientos de la tercera ola, la cifra llegó a 909, acercándose al máximo registrado durante toda la pandemia, en abril de 2020.

Desde entonces, el dato más duro de todos los que nos deja el informe diario sobre la pandemia ha sufrido altibajos y no termina de iniciar un descenso claro, manteniéndose en cifras aún muy altas que nos recuerdan, igual que hace un año, que doblegar las curvas de la pandemia exige un largo y durísimo esfuerzo.

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