El comienzo de la campaña de vacunación contra la COVID-19 en España ha sacado a la luz las dudas de millones de españoles que aún no saben si ponerse la vacuna para protegerse frente al virus o por el contrario no hacerlo y que van desde cómo se desarrolla el proceso de vacunación hasta si pueden hacerlo los niños.

¿Cómo se administra la vacuna? Se suministra mediante dos dosis inyectables en la parte superior del brazo, entre las que tienen que pasar al menos 21 días para administrar la segunda. La inmunidad se adquiere una semana después de haber colocado la segunda dosis, es decir, 28 días después de haber suministrado la primera.

En este sentido, la inmunidad durará "como mínimo, un periodo de tiempo igual que la infección natural, es decir, ocho, diez o doce meses", ha indicado un experto.

Otra de las dudas más frecuentes se refiere a los efectos secundarios que podría causar la vacuna. Estos son de carácter leve, como molestias en el lugar del pinchazo, cansancio, dolor de cabeza y, en menor medida, dolor muscular, escalofríos y fiebre.

Por otro lado, todos aquellos que estén interesados en vacunarse contra el coronavirus no tienen que seguir ningún procedimiento específico, sino esperara a que su centro de salud se ponga en contacto con ellos para acceder a ambas dosis.

Se ha extendido también entre la población la pregunta de si deberíamos vacunar a nuestros hijos. La respuesta es no, ya que por el momento las autoridades sanitarias solo recomiendan la vacuna para personas mayores de 16 años. En cambio, sí es aconsejable vacunarse aunque ya se haya pasado la enfermedad, porque todavía se desconoce con exactitud cuánto va a durar la inmunidad adquirida.

En cuanto al momento en el que se alcanzará la inmunidad de grupo, no se puede prever con exactitud, sin embargo, los expertos esperan que haya después del verano un grupo suficientemente amplio para mitigar considerablemente los contagios.

Por último, respecto a la obligatoriedad de la vacunación, la respuesta es negativa. No es obligatorio vacunarse, pero sí se contempla la apertura de un registro para conocer las razones del rechazo a la vacunación.