La segunda ola del coronavirus llega con escasos avances en los tratamientos

Urgencias, coronavirus, planta hospital, pandemia.
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JCCM - Archivo
Urgencias, coronavirus, planta hospital, pandemia.

El inicio de la pandemia de la Covid-19 parece una fecha que suena ya lejana, ubicada allá por marzo de un año 2020 que prácticamente volvió a empezar en ese momento. 

Sin embargo, estos cuatro meses y medio, han sido un tiempo insuficiente para desarrollar un tratamiento que permita afrontar con mejores perspectivas lo que, si no cambia la tendencia, parece ya una segunda ola de la pandemia en Europa.

Eso no significa que la situación actual en términos de tratamientos sea la misma que en marzo. Los médicos han logrado encontrar al menos dos medicamentos que ya existían para otros fines y que tienen cierto grado de efectividad a la hora de combatir la Covid-19: el remdesivir y la dexametasona.

Por otro lado, en este tiempo, numerosos ensayos clínicos logrado descartar un buen número de fármacos que se emplearon de manera intuitiva desde el comienzo de la pandemia y que finalmente se han probado inútiles, el más sonado de ellos la hidroxicloroquina, que llegó a ser defendida públicamente por el presidente estadounidense Donald Trump.

“Los tratamientos que tenemos ahora mismo con alguna eficacia demostrada son pocos y en estos meses lo que hemos hecho, sobre todo, es descubrir qué fármacos no nos sirven”, declara el doctor Pablo Demelo, médico internista del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

Estos son los principales tratamientos confirmados y descartados por los ensayos clínicos desde el inicio de la pandemia.

Antivirales

Cuando la enfermedad presenta síntomas y requiere hospitalización pasa por una primera etapa conocida como fase viral, caracterizada por la replicación del virus por el organismo. El tipo de fármaco adecuado en este momento son los antivirales. Al no existir aún uno específico para contra el SARS-CoV-2, los médicos emplearon de manera intuitiva una combinación de varios ya existentes.

Dos de los fármacos en los que más esperanzas se depositó en un principio fueron la hidroxicloroquina y el lopinavir-ritonavir, conocido por su nombre comercial, Kaletra. Sin embargo, en ambos casos, los ensayos clínicos realizados por el proyecto Recovery, una serie de pruebas auspiciadas por la británica Universidad de Oxford para testar tratamientos para la Covid, determinaron que no tenían ningún beneficio clínico.

El único antiviral que ha probado alguna efectividad ha sido el remdesvir, desarrollado por el laboratorio estadounidense Gilead en 2009 contra el ébola. Los ensayos clínicos mostraron que ralentiza la producción de nuevas partículas de virus y, como resultado, los pacientes en estado grave se recuperan una media de cuatro días antes de lo habitual.

“El beneficio, aunque considerable, es menor del deseable y se observa fundamentalmente en pacientes con enfermedad grave, pero no tanto como la de los pacientes en ventilación mecánica”, aclara sobre el remdesivir el doctor José Ramón Paño, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Corticoides

Entre los días 7 y 10, los pacientes que desarrollan una sintomatología más grave entran en la conocida fase inflamatoria, producida por una respuesta descontrolada del propio sistema inmunitario frente al virus que puede acabar provocando la muerte.

Para combatir esta inflamación de los órganos, especialmente de los pulmones, los fármacos que han demostrado una mayor efectividad son los corticoides, particularmente la dexametasona, el único medicamento que ha acreditado su capacidad de reducir la mortalidad de la enfermedad mediante ensayos clínicos.

La dexametasona reduce hasta en un tercio la mortalidad entre pacientes que requieren respiración asistida, y en un quinto entre los que solo necesitan que se les suministre oxígeno. 

“Los corticoides son medicamentos que usamos desde hace décadas y que de nuevo vuelven a dar resultados positivos”, declara el doctor Demelo. Aunque, el doctor Paño subraya que “el tratamiento con esteroides y otros inmunomoduladores tiene un mayor papel en los momentos no iniciales de la enfermedad”.

Plasma convaleciente

El tratamiento con plasma de pacientes recuperados de Covid-19 y, por tanto, cargado de sus anticuerpos ha sido un método que se ha empleado de manera habitual desde abril. Su eficacia no ha sido demostrada de forma conlcuyente en un ensayo clínico, aunque sí se ha demostrado seguro.

“Hay muchos aspectos a tener en cuenta en la selección de los donantes y de los rectores idóneos que deben ser tenidos en cuenta en el diseño de los ensayos clínicos que evalúen este tratamiento antes de desestimarlo o adoptarlo de forma definitiva”, considera el doctor Paño.

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