Ayuso hace obligatorias las mascarillas, reabre Ifema, crea una cartilla Covid y limita las reuniones a 10 personas

Ayuso, durante el acto de anuncio de nuevas restricciones
Ayuso, durante el acto de anuncio de nuevas restricciones
EP
Ayuso, durante el acto de anuncio de nuevas restricciones

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, quiere evitar por todos los medios un nuevo confinamiento que condene a la economía. Bajo ese mantra ha presentado este martes una estrategia para que Madrid “no pare” en la que ha establecido una batería de medidas que entrarán en vigor el jueves.

En una rueda de prensa en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno autonómico, la mandataria ha anunciado por fin que hace obligatorias las mascarillas (aunque se pueda mantener la distancia de seguridad, incluso en terrazas) a partir del próximo jueves, después de ser la única autonomía de la península que no había dado ese paso. En un primer momento se escudaron en el alto porcentaje de madrileños que ya la utilizaban (la Consejería de Sanidad cifraba ese porcentaje en un 98%), aunque finalmente lo han aceptado para que, según ha afirmado más tarde el consejero del ramo, Enrique Ruiz Escudero, el resto de españoles “que se mueve libremente por la península” tenga un marco legal homogéneo. Eso sí, todavía no se sabe a cuánto ascenderá el importe de la multa porque no lo incluirán en la orden. “Ya daremos un baremo a los municipios”, ha asegurado Escudero.

También ha anunciado la presidenta que va a reabrir dos pabellones de Ifema, que actuó como hospital de campaña cuando la pandemia mataba a casi 600 pacientes al día. Eso sí, habrá una diferencia respecto a entonces. Esta reapertura no se hace porque la presión asistencial de otros hospitales esté al límite. Es más, todavía se podrían multiplicar las camas UCI. El motivo es que Ayuso no quiere Covid en los otros centros madrileños. Esa meta ya le llevó a anunciar la creación de un hospital en Valdebebas que abrirá en otoño y al que se derivarán los casos que lleguen a Ifema, si llegan. Además, la institución podrá seguir con su actividad aunque en esos dos pabellones se realicen funciones asistenciales. “Es un motor económico para Madrid”, ha concretado la presidenta.

Entre las medidas novedosas destaca la cartilla Covid. Se trata de un proyecto piloto que se prevé que esté plenamente operativo en septiembre. La idea es que los madrileños tengan en su tarjeta sanitaria virtual sus datos (si se ha realizado una PCR o no, si lo ha pasado, si contagia o no) para que “los que no se pueden contagiar y no contagian puedan hacer una vida normal”. “La clave pasa por saber quién está contagiado, quién no puede contagiar y quién ha estado contagiado ya para que estos últimos puedan seguir con su vida normal y extremar nuestra estrategia para proteger a los vulnerables”, ha declarado Ayuso, que ante las acusaciones de “discriminación” ha asegurado que que se den las mismas “no tiene que ver” con el Gobierno autonómico. “Estamos en una epidemia y tiene bastante lógica que le pongamos nombre y apellido a quién está protegido y a quién no”, ha remachado. Ante la duda de que alguien que haya pasado el coronavirus no pueda volver a contagiarse, a Ayuso le han preguntado sobre el comité de expertos que avala esta medida, una duda que se ha quedado sin respuesta.

También la nueva estrategia retrotrae el ocio nocturno, en el ojo del huracán por darse allí muchos de los brotes que amenazan con convertir la transmisión en comunitaria, con unas nuevas restricciones que deberán cumplir. Pese a que no se toca su aforo, así como tampoco el de los cines o las iglesias, sí se impone un nuevo horario: solo podrán recibir clientes hasta la 1 de la madrugada, pues tendrán que cerrar media hora más tarde. Además, allí solo podrán ir grupos de, como máximo, 10 personas. Esta obligatoriedad se extiende a las terrazas y a los demás espacios públicos y privados, exceptuando los domicilios, donde este límite se queda en recomendación. Los locales de ocio nocturno también deberán establecer un registro de clientes, con DNI y teléfono para facilitar el trabajo a los rastreadores, que se verán doblados en número.

Pese a prometer 400 hace unos meses (cifra “estimatoria”, según Escudero), la semana pasada el vicepresidente Ignacio Aguado anunció que en Madrid había menos de la mitad. Esto ha desatado todos estos días una oleada de críticas hacia el Gobierno que ha provocado que Ayuso reaccione y anuncie la contratación de 180 rastreadores más hasta llegar a los 360 próximamente. También la presidenta ha avanzado que comprará más material sanitario. En la actualidad, ha dicho, hay para 45 días, aunque el Ejecutivo quiere ampliar ese plazo hasta los 75.

Por último, Ayuso ha anunciado un gesto simbólico. El viernes, los 17 presidentes autonómicos están citados para reunirse con el presidente Pedro Sánchez, aunque la ‘popular’ quiere que esa cita sea de forma telemática para no mandar mensajes “contradictorios” a los ciudadanos. Sobre la Atención Primaria, que sigue teniendo centros cerrados a lo largo de la Comunidad, tanto Ayuso como Escudero se han limitado a comentar que “está en constante transformación” y que el seguimiento de contactos que están realizando sus profesionales ha aumentado de 500 a 1.300.

El consejero de Sanidad ha cifrado en 138 los nuevos positivos registrados desde ayer en Madrid y en 11 los brotes en la nueva normalidad, dados en el ámbito social, de ocio y laboral y que han derivado en 319 contactos.

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