La desescalada turística no está siendo igual en todo los territorios y esto ya está provocando roces entre comunidades. La Junta de Andalucía protestó ayer contra el ‘plan piloto’ que el Gobierno ha autorizado hacer a Baleares, para que el 15 de junio empiece a recibir un pequeño contingente de turistas internacionales, con condiciones especiales como que no tendrán que observar la cuarentena.
El Gobierno balear llevaba semanas esperando la luz verde del Gobierno central. Finalmente, el martes pasado tuvo autorización para recibir hasta 10.900 turistas procedentes de Alemania. Llegarán a partir del lunes que viene y se alojarán en zonas muy concretas. Con ello, el Gobierno de Francina Armengol quiere hacer un simulacro de cómo será la llegada, más numerosa según se espera, a partir del 1 de julio.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, apuntó que otras comunidades podrán pedir sumarse a un plan similar y la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha avanzado este miércoles en el Senado que "en los próximos días" espera poder anunciar un plan similar para las islas Canarias.
En este escenario, Andalucía ha protestado ante lo que considera un trato diferenciado entre comunidades que coinciden en tener un potente atractivo turístico. El presidente de la Junta y consejero de Turismo, Juan Marín, ha pedido "las mismas posibilidades y oportunidades para todos los destinos turísticos".
"Me alegro por las islas Baleares, pero ¿las fronteras están cerradas o no?", se ha preguntado preguntó. También planteó otra duda en caso de que el proyecto en piloto de Baleares no dé los resultados esperados y aumenten los contagios. "¿Qué pasa si no funciona, el resto de comunidades no va a poder recibir turismo extranjero si ahora se producen contagios? ¿Andalucía no va a poder recibir turismo alemán?", ha dicho.
"Somos un país muy serio para estar dando esta imagen", ha zanjado Marín, y ha advirtido de que si los planes pilotos no se extienden a otras comunidades como Andalucía, el gobierno andaluz debería emprender "negociaciones bilaterales" con otras regiones europeas. En principio eso estaba en el plan de relanzamiento del turismo que contempla el Ministerio de Maroto.
Fronteras exteriores de la UE
A la espera de ver si se suman otras comunidades, Baleares se convertirá el 15 de junio en la avanzadilla de turistas extranjeros –alemanes, en concreto–. Para el resto del país, las llegadas empezarán el 1 de julio. Esta es la fecha que avanzó hace semanas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la que la Comisión Europea ha fijado este como el momento a partir del cual los países de la UE deberán empezar a volver permitir la llegada de ciudadanos de terceros países.
La Comisión Europea ha recordado que la gestión de las fronteras exteriores de la UE es competencia de cada uno de los países limítrofes. A pesar de ello, España e Italia llevaban pidiendo desde hace semanas un plan "coordinado" en la UE para reabrir las fronteras exteriores que s e cerraron a causa de la pademina.
La Comisión publicará en los próximos días una serie de recomendaciones para los Estados miembros. Por ejemplo, sobre a "qué tipo de viajeros" debe abrirse la frontera y de qué tipo de países. Pero de momento ayer fijó el 1 de julio como el momento en el que debería empezar una apertura "gradual y parcial" de las fronteras exteriores de laUE.l
Plan para Andalucía
En este sentido, el vicepresidente de la Junta ha vuelto a insistir en la necesidad de disponer de un protocolo único en la Unión Europea (UE), un pasaporte sanitario, para garantizar que los viajeros de la UE llegan sin portar el virus. Según ha explicado, el Gobierno central está en negociaciones y espera que entre el 15 y 20 de junio se pueda llegar a un acuerdo al respecto.
"Cinco días antes de viajar se hace el test al viajero y si da negativo puede viajar", ha explicado Marín, quien ha remachado que la cuarentena de 14 días a los turistas extranjeros "mata" el turismo internacional. No obstante, ha advertido de la situación "bastante peor" que vive Reino Unido en el control de esta pandemia, lo que hace previsible que "no se pueda incorporar" al sistema de pasaporte sanitario que ya sí han establecido Austria y Alemania.
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