Las dos almas del Gobierno discrepan públicamente sobre si apoyarse en Cs para negociar los Presupuestos

  • María Jesús Montero tiende la mano a negociar las cuentas "con todos", incluido Cs, aunque desde una posición "progresista".
  • El vicepresidente Pablo Iglesias insiste en que para el Presupuesto "se tiene que hablar con otras formaciones de izquierdas".
archdc. Madrid, 28 de abril de 2020. Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para informar de la aprobacion de ingreso minimo vital. Pablo Iglesias, Maria Jesus Montero y Jose Luis Escriva. Foto: © IGNACIO GIL.
El vicepresidente Iglesias y los ministros Montero y Escrivá en la Moncloa. 
IGNACIO GIL
archdc. Madrid, 28 de abril de 2020. Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para informar de la aprobacion de ingreso minimo vital. Pablo Iglesias, Maria Jesus Montero y Jose Luis Escriva. Foto: © IGNACIO GIL.

Una vez lo más duro de la pandemia parece haber pasado, el Gobierno tiene la vista puesta en los próximos meses, en los que deben sentarse las bases para la recuperación económica. La medida fundamental de cara a ello es la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene. Y el Ejecutivo debe elegir socios para sacarlos adelante, para lo cual deberá elegir entre dos vías a priori incompatibles: o la mayoría de la investidura, o un pacto que incluya a Cs.

En las últimas semanas, el progresivo alejamiento de fuerzas como ERC de las tesis del Gobierno sobre el estado de alarma -y su enfado por entender que el Ejecutivo hacía caso omiso a sus reivindicaciones- ha obligado al presidente Pedro Sánchez a buscar una geometría variable que, a su vez, ha permitido a Cs buscar su propio espacio en la derecha despegándose de la estrategia de oposición radical de PP y Vox.

El fruto han sido dos acuerdos para que la formación naranja votara a favor de la prórroga del estado de alarma que, sobre todo en el primero de los casos, permitieron al Gobierno sacar esas extensiones adelante. Estos pactos han abierto la puerta a un eventual acercamiento entre el Ejecutivo y Cs de cara a los Presupuestos. Pero lo cierto es que no todos los ministros, en sus declaraciones públicas, ven con los mismos ojos esta opción.

Una de las más proclives ha sido la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que durante la crisis ha sido una de las principales abanderadas del ala del Ejecutivo más vigilante con la estabilidad presupuestaria. Ya el mes pasado, Montero defendió la opción de negociar con Cs las cuentas de 2021 para "concitar el mayor apoyo parlamentario posible" a unos Presupuestos que, dijo, deben ser elaborados por "cuantas más manos, mejor". Y la semana pasada insistió: "La geometría variable ha venido para quedarse", aunque habrá una "interlocución prioritaria" con los socios de la investidura.

Puerta abierta de Montero, dudas de Iglesias

En esta línea, este mismo lunes Montero volvió a evitar descartar un entendimiento con Cs de cara a los Presupuestos, si bien fue más tibia que en otras ocasiones. El Gobierno, dijo, prefiere tener la mano tendida a negociar "con todos" las cuentas del año próximo, porque "todo suma, cualquier formación que pueda aportar", y "todo el que no se autoexcluya está invitado a participar en el debate de Presupuestos". Eso sí: Montero dejó claro que el Gobierno es "progresista" y en base a esa posición ideológica se van a hacer las propuestas.

No obstante, y pese a ese matiz, la posición es sensiblemente diferente a la expresada por el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, apenas unas horas antes, también este lunes. "De economía y medidas sociales tenemos que hablar con los partidos de izquierdas", sostuvo Iglesias, que circunscribió los acuerdos con Cs a lo excepcional de la crisis del coronavirus. "Está bien que en el estado de alarma hayamos conseguido a veces el apoyo de formaciones de derechas", dijo el vicepresidente, "pero para afrontar la crisis, el programa se tiene que hablar con otras formaciones de izquierdas".

En la formación morada cunde la sensación de que, más allá de las declaraciones públicas, la imposibilidad de un pacto con Cs es manifiesta y no tiene tanto que ver con la voluntad de los partidos como con lo incompatible de sus programas. Fuentes próximas al Ejecutivo explican que nadie se niega por principio a hablar con la formación naranja, pero también ven prácticamente imposible un acuerdo en cuestiones económicas.

Cs tampoco ha cerrado públicamente la puerta a un entendimiento con el Gobierno, aunque lo cierto es que parece complicado precisamente porque el Ejecutivo ya cuenta con un acuerdo programático -el de coalición- que establece subidas de impuestos a las rentas altas y las grandes empresas y un aumento de la inversión pública: precisamente lo que Cs rechaza. Así lo expresó este lunes su portavoz adjunto, Edmundo Bal, que aunque aseguró que su partido está dispuesto a alcanzar "soluciones pragmáticas y moderadas", rechazó que estén basadas en aumentos de la presión fiscal.

Los nacionalistas y Cs se repelen mutuamente

No obstante, un eventual acuerdo con Cs no serviría por sí mismo para aprobar los Presupuestos. El Gobierno también necesitaría entenderse con partidos como el PNV. Y la formación nacionalista ya avisó hace unas semanas por boca de su presidente, Andoni Ortuzar, de que "hay una mayoría clara, nítida y suficiente" en el Congreso, la de la investidura, y esa es la que el Gobierno "tiene que trabajar". "Salirse de ese esquema le va a complicar la legislatura", avisó el dirigente vasco.

ERC, por su parte, ya ha avisado de que es completamente incompatible con Cs"Todo no puede ser, dime con quien pactas y te diré qué pactas", le espetó al Gobierno la semana pasada el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián. E insistió en que si el Ejecutivo "elige a 10 diputados de la derecha contrarios al diálogo" no podrá hacer las mismas políticas que "si elige a 13 diputados del independentismo catalán de izquierdas dispuestos a dialogar".

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