Toda la maquinaria administrativa para finalizar la línea 10 de Metrovalencia, uno de los grandes símbolos de la paralización económica y de la quiebra de las arcas públicas valencianas de la pasada década, está ya en marcha para que la infraestructura sea una realidad y entre en funcionamiento en el verano de 2021.

Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ha sacado a concurso los dos últimos proyectos para concluir esta línea, que se paralizó en 2011 a medio construir por la falta de liquidez del Consell entonces liderado por el PP.

En concreto, se trata de la instalación de los sistemas de señalización, comunicación y seguridad de la línea, unos trabajos presupuestados inicialmente con 7,1 millones de euros y un plazo de ejecución de 15 meses, y de las obras de adecuación del tramo en superficie, que comprenden la adecuación, urbanización y equipamiento de las paradas y del alumbrado del tramo ya ejecutado, así como de la construcción de los talleres o depósitos provisionales en Natzaret. Este último contrato ascidende a 8 millones de euros, con un plazo de ejecución de 17 meses.

De este modo, ambas licitaciones suman una inversión inicial de 15,1 millones de euros, a la que hay que sumar los otros proyectos ya ejecutados, a punto de comenzar o en periodo de tramitación, lo que arroja una cifra total de 50 millones de euros, que es lo que cuesta finalizar la línea 10. De ese importe, la Unión Europea aporta el 50% a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Comunitat Valenciana 2014-2020.

Respecto al cronograma de las obras, el mes pasado finalizaron las primeras, que han supuesto la construcción de la rampa que conecta los tramos subterráneo y en superficie a la altura de la avenida Amado Granell y que ha incluido la construcción de la nueva parada de Hermanos Maristas, con un presupuesto de 3,8 millones de euros. 

En las próximas semanas comenzarán las obras del túnel (construcción de la superestructura de vía, arquitectura y equipamiento del tramo subterráneo) entre las estaciones de Alicante y Amado Granell, el mayor contrato de todo el proyecto, ya que con 25 millones de euros supone el 50% de la inversión total prevista. 

Posteriormente se acometerá la electrificación, ya licitada por 7,85 millones y actualmente en fase de evaluación de las ofertas.

Las obras, que comenzaron el 11 de junio de 2019, supusieron la reanudación de una línea paralizada ocho años antes por el anterior Consell del PP debido a su falta de liquidez en plena crisis económica, tras invertir 200 millones de euros.

Una vez puesta en servicio en el verano de 2021, se conectará con La Marina por un trazado que, en estos momentos, estudian tanto la Conselleria de Política Territorial como el Ayuntamiento de València, según informó en una entrevista con 20minutos el conseller de Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España.

La línea 10 tiene una demanda potencial ligada no solo al trabajo, sino también al ocio, al turismo y a los eventos. Su recorrido, con una frecuencia inicial prevista de 15 minutos, parte desde el centro de València, junto a la calle Alicante y la Gran Vía Germanías y avanza hacia Russafa por la avenida Reino de València.

También tiene una estación subterránea en la avenida Amado Granell, por donde sale en superficie hacia la parada de Hermanos Maristas y la avenida Antonio Ferrandis. En este punto, permitirá desplazarse al futuro pabellón Arena del Valencia Basket y a la Ciudad de la Justicia. Las siguientes paradas serán Ciudad de las Artes y las Ciencias, Oceanogràfic, Moreras y Natzaret.

Según anunció el pasado mes de diciembre el conseller España, todas las actuaciones que están llevando a cabo para finalizar la línea "están siendo coordinadas con el Ayuntamiento", ya que se trata de la primera línea de FGV exclusivamente urbana. 

En este sentido, los técnicos de FGV se han puesto en contacto con el área municipal de Movilidad Sostenible para impulsar la prioridad semafórica del tranvía en superficie, de forma que pueda atravesar con mayor agilidad los cruces con el tráfico rodado.

Las claves de la nueva línea de metro

Financiación. El proyecto de construcción de la L10, presupuestado en 50 millones de euros, está cofinanciado al 50% por la Unión Europea a través de los fondos Feder.

Estructura. La línea 10 tendrá un recorrido de 5,3 kilómetros, con tres estaciones subterráneas y cinco paradas en superficie.

Ampliaciones. Ferrocarrils está estudiando posibles ampliaciones de la línea tras su puesta en marcha. La más probable, por La Marina, busca conectarla con el resto de la red tranviaria.

Demanda. La línea 10 tiene una demanda potencial ligada no solo al trabajo, sino también al ocio, al turismo y a los eventos. Su recorrido tendrá una frecuencia inicial prevista de 15 minutos. Además, dara servicio al futuro pabellón Arena del Valencia Basket que el empresario Juan Roig propone construir en Quatre Carreres.