El príncipe Andrés, envuelto en un nuevo escándalo sobre tráfico sexual

El príncipe Andrés, duque de York, el pasado mes de septiembre.
El príncipe Andrés, duque de York, el pasado mes de septiembre.
GTRES
El príncipe Andrés, duque de York, el pasado mes de septiembre.

Es el padre de la novia, pero ese es, ahora mismo, el último de sus títulos. El príncipe Andrés, duque de York, ha sido salpicado por un nuevo caso de tráfico sexual y desde Buckingham Palace cada vez tienen más claro que se les acaban las excusas para socorrerle.

El próximo 29 de mayo, en la capilla real del palacio de St. James, su hija, Beatriz de York, se casará con el empresario italiano Edoardo Mapelli. Andrés, en teoría, la acompañará hasta el altar. Los novios, en un intento parece ser para lavar su imagen, no quieren absolutamente nada en su lista de regalos para la boda, solo donaciones a diferentes organizaciones benéficas.

Es normal que casi nadie quiera tener contacto con el tercer hijo de la reina Isabel II, quien le apartó de la agenda oficial de la familia real británica. Ya casi no hay quien crea en su inocencia en el caso Epstein a excepción de su exmujer, Sarah Ferguson, y de una aristócrata y examante, Lady Hervey. Y pocas personas más.

El príncipe Andrés es el miembro peor valorado de los Windsor por sus propios compatriotas precisamente por una vida de realeza manchada por un escándalo de explotación sexual y tráfico de menores. Máxime cuando una de las supuestas víctimas de sus abusos, Virginia Giuffre, quien habló públicamente sobre lo que ocurría en "la casa de los horrores" de Jeffrey Epstein, ha sido amenazada de muerte.

Ahora el Daily Mail vuelve a sacar a la luz un nuevo escándalo en el que podría estar involucrado el duque de York y que también tiene que ver con un empresario multimillonario y con una casa donde se sucedían los abusos y la trata de mujeres.

Se trata del empresario canadiense Peter Nygard: 78 años, amigo del príncipe Andrés, una fortuna de más de 800 millones de euros y, recientemente, acusado de tráfico sexual. El medio desvela que se trata de red de explotación y prostitución internacional.

Además, detalla cuál sería el centro neurálgico de las operaciones: la casa de Nygard en Nasáu, isla y capital de las Bahamas, muy cerca de Miami. El modus operandi sería desgraciadamente común: las jóvenes llegaban allí con la falsa esperanza de comenzar una carrera como modelos.

Era una promesa ficticia, una mentira para, una vez en la mansión, ser drogadas y obligadas a mantener relaciones sexuales. Estas violaciones han sido denunciadas por una decena de mujeres, que han puesto a Nygard en el punto de mira de la justicia.

De estas mujeres, dos de ellas eran trabajadoras del propio casoplón; ocho de ellas eran adolescentes. Aunque aún queda mucha investigación, el propio medio ha publicado imágenes del príncipe Andrés, su exesposa, Sarah Ferguson, y sus dos hijas, Beatriz y Eugenia, en dicha casa de Nasáu en el año 2000.

El hijo de Isabel II, mientras tanto, ha sido acusado por la fiscalía de Nueva York de negarse a ser interrogado y a colaborar con el FBI en la investigación por el caso Epstein a pesar de haber dicho en directo en televisión que prestaría toda la ayuda para resolverlo.

Vanity Fair consiguió unas declaraciones del fiscal general de las Islas Vírgenes en una entrevista en la que afirmó tener testigos que afirman que vieron al duque de York sobrepasándose con chicas -no aclara si serían menores- en el balcón de una de las casas del magnate que se suicidó ahorcándose en la cárcel.

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