"Hola. ¿Vienes a votar?". Una mujer de mediana edad recibe sonriente a la enésima periodista que entra en el local del cuarto piso de un edificio de viviendas en la calle Goya, en Madrid, para presenciar in situ cómo dos de los tres candidatos más potentes que aspiran a liderar el PP depositan su voto en la cuna de las primarias. Estamos en la sede desde la que el aguirrismo reclamaba el voto de la militancia cuando a nadie se le ocurría ni pensarlo y a la que pertenecen los afiliados Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría.

La recién llegada no es ni uno de los casi 5.000 afiliados que tiene la sede ni figura entre los exiguos 350 que se han registrado para votar este jueves, cuando por primera vez la militancia popular ha sido preguntada sobre quién quiere que suceda a Mariano Rajoy. Por eso, con la misma sonrisa, la misma mujer le indica al fondo, donde una nubes de periodistas y cámaras de televisión espera la llegada de los precandidatos.

Son las 11.30 de la mañana y ya se ha acercado a votar cerca del 10% de los afiliados registrados esto es, unos 35. Hay militantes que dicen haber votado a la exvicepresidenta del Gobierno y otros, al vicesecretario de Comunicación en una sede que, simplificando, podría denominarse "pablista", como lo atestigua el aplaudómetro. Casado ha arrancado algunos aplausos en el momento de votar. Santamaría ha suscitado dos aplausos a su llegada.

El lugar es un viaje en el tiempo y lo preside una galería con tres grandes fotos enmarcadas, de Manuel Fraga, de José María Aznar y de Mariano Rajoy, con un aspecto de haber sido tomada cuando en 2004 fue elegido presidente del PP.

Sin embargo, la afinidad colectiva parece decantarse por Aznar, a juzgar por su retrato, con un tamaño que casi va del techo a suelo, del presidente de FAES con el lema "¡Palabra!" con el que hizo campaña en 1989, el año de la refundación del PP desde Alianza Popular.

La sede del PP del distrito de Salamanca está de celebración porque, por fin, en el partido los militantes van a poder elegir a su presidente. O casi. A través de unas "medias primarias", como las califica uno de los votantes que asegura que no tuvo que correr para pagar la tarifa de 20 euros porque, algo casi inaudito, él se encontraba al corriente de pago de su cuota anual.

Como a otros afiliados, a él le gustaría que el voto de este jueves fuera el que decidiera al próximo presidente o presidenta, sin tener que pasar por los compromisarios. Pero también admite que al menos se puede votar.

Esta es una vieja reivindicación de una sede en la que el referente es Íñigo Henríquez de Luna, el viceportavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid y una de las personas más próximas durante años a Esperanza Aguirre. Con ella se presentó en el convulso congreso nacional del PP de 2008 con una propuesta, desechada entonces, para celebrar primarias, la forma final en la que quedó el amago para presentar una candidatura alternativa a Rajoy.

"Somos pioneros en primarias", apunta Ana, vicesecretaria de afiliaciones de una agrupación de "afiliado leal, participativo y crítico".

Henríquez de Luna no ha ido a votar todavía, pero le esperan por la tarde. También está previsto que lo haga Percival Manglano, exconsejero y exconcejal de Aguirre, que este jueves además es candidato para ser elegido compromisario de cara al congreso extraordinario del 20 y 21 de julio.

Su "ficha" está pegada en el panel donde los votantes rellenan una papeleta el nombre de su candidato a liderar el PP y en otra eligen a siete compromisarios de un total de 48 candidatos. Uno de ellos se queja porque no ha sido informado de que podía mandar un breve curriculum con foto para impulsar el voto. Sugiere que ha habido distinto trato.

Por unas horas, esta sede se ha convertido en epicentro de las elecciones a doble vuelta para elegir al sucesor de Rajoy. En pleno día laborable, además de decenas de periodistas, poblaban esta sede muchas señoras mayores, con el cardado y el maquillaje a punto para la ocasión.

También chicos jóvenes, ya de vacaciones, que forman parte de la rama madrileña de Nuevas Generaciones que dirigió el propio Casado. Aún así, también hay jóvenes que votan a Sáenz de Santamaría.

"Tenemos de todo, gente de todas las sensibilidades", afirma Jorge Rodrigo, el presidente del PP del distrito de Salamanca que esta mañana ha hecho de anfitrión para los dos candidatos y que vaticina que también habrá votos para María Dolores de Cospedal, que ha votado en Albacete, para José Ramón García-Hernández. También, según confiesa un votante, para José Manuel García- Margallo.

Según otro afiliado, en el PP se reproduce la falta de costumbre de participar en la vida política en España y de pagar por ello. Por eso le da "pena" que sólo se haya inscrito alrededor del 7,6% de un censo que parece más irreal que verdadero.

Él ha votado por Casado porque cree que es el único capaz de darle un necesario cambio al partido, mejorar su política de comunicación y, sobre todo, lograr que el PP "mole", un concepto, el de molar, que como otros también se ha atribuido en exclusiva la izquierda. El fin último es ganar las elecciones, que él cree que solo puede hacer el vicesecretario de comunicación.

No opina así para nada otra afiliada, que tiene "clarísimo" que Sáenz de Santamaría debería ser la próxima presidenta del PP. "Yo no quiero una prepotente en mi vida", dice al lado de su marido, simpatizante pero no afiliado, y en quien la exvicepresidenta ha perdido un voto seguro si lo fuera. Le gusta "Soraya" y Casado, también. "Cospedal no es mala tampoco, pero como persona no me llama la atención", dice el "sorayo consorte".

Esta es probablemente una de las pocas sedes del PP por la que hayan pasado casi todos los precandidatos que se presentan al voto de la militancia este 5 de julio. Todos menos Elio Cabanes. A todos se les ha escuchado y se les ha pedido la misma cosa, que después del congreso, 22 de junio, estén todos a una detrás del ganador.

Casado y Sáenz de Santamaría ya han votado, han hecho sus declaraciones ante los medios de comunicación y, a cuentagotas, los afiliados siguen votando, ya con más calma. A eso de las 13 horas, la participación ha subido 16 puntos y se sitúa en el 26% de los 350 registrados, unos 91, por debajo de la tasa general del 35%.