Hablar de la muerte resulta complicado, más aún, si esa conversación la tenemos con niños o adolescentes.
La niñez y la adolescencia son un periodo crucial para el desarrollo personal y emocional, por lo que también pueden ser etapas complicadas. Las experiencias vividas pueden sentar las bases para la fase adulta. Por ello, es fundamental escuchar y brindar apoyo a los chicos y chicas en estas edades.