Javier Urra, sobre la violencia de género: "Algunas chicas admiten hoy cosas que sus madres no hubieran admitido"

Javier Urra, director clínico del programa Recurra-Ginso y exdefensor del menor.
Javier Urra, director clínico del programa Recurra-Ginso y exdefensor del menor.
Jorge París
Javier Urra, director clínico del programa Recurra-Ginso y exdefensor del menor.
Javier Urra, director clínico del programa Recurra-Ginso y exdefensor del menor.
JORGE PARÍS

En los últimos tiempos, son varios los indicadores que reflejan una evolución negativa y preocupante respecto a la percepción que los jóvenes tienen sobre la violencia machista. Uno de los estudios más recientes al respecto, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, apunta que el 20% cree que la violencia de género no existe y que es un "invento ideológico". Una percepción que se ha disparado en tan solo cuatro años. Además, según el Consejo General del Poder Judicial, el número de menores condenados por delitos de esa índole se ha incrementado en España.

En línea similar, los profesionales del programa Recurra Ginso, dirigido a familias en conflicto con sus hijos adolescentes, han registrado un aumento de comportamientos sexistas entre los jóvenes. Estos expertos consideran que "la influencia de las redes sociales, la música y los videojuegos, entre otros", son factores que provocan esa mayor tolerancia con actitudes reprobables. 

En el marco este jueves del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Javier Urra, director clínico de ese programa, habla en profundidad con 20minutos sobre esta lacra entre los chavales y los factores que explican su aumento. "La mayoría de la sociedad lo hace bien y no caería en ello", señala no obstante quien fuera el primer Defensor del Menor que hubo en España.

¿Qué está pasando para que se haya disparado la cifra de chicos que consideran que la violencia de género no existe o que es una invención ideológica? Los jóvenes creen que la violencia de género existe, pero que afecta a los adultos, no a ellos. La idea romántica de la media naranja es una creencia bastante incluida en su pensamiento. Un porcentaje de chicas vive el ser queridas por un chaval posesivo y que las controla como un acto de amor. Un 33% de nuestros jóvenes explica que los celos son una prueba inequívoca de amor. Por lo tanto, algo estamos haciendo mal. Debemos erradicar creencias como la de que el amor es ciego o que quien bien te quiere te hará llorar. Hay cosas que las madres de algunas chicas no hubieran admitido y que las chicas de hoy admiten. 

¿A qué se debe esa involución? No lo sé muy bien. Un problema gravísimo que tenemos con los jóvenes es que ellas están convencidas de que, aunque ellos sean en algo violentos, los podrán cambiar. Pero la experiencia nos ha demostrado que no se cambia a la gente una vez que toma ese tipo de conducta. Luego tenemos el tema de las redes y de la idea de que si el chico me pide que me desnude para él, ¿por qué no? Sin ver los riesgos, que es que esa imagen, cuando la relación se rompa, si es que se rompe, pueda ser utilizada como chantaje o arma para mandársela a todo el mundo. La prevención de la intimidad no existe.

Tool4Gender, un proyecto europeo para la prevención

  • En aras de fomentar la igualdad y prevenir la violencia de género en menores, Recurra Ginso se encuentra coordinando el proyecto Tool4Gender, financiado por la UE. Su objetivo es actuar en una etapa muy temprana -entre los 8 y los 16 años-, a través de la capacitación de profesionales en el campo de la prevención y la mejora de sus habilidades, así como de las familias, gracias al uso de herramientas digitales. La iniciativa contempla igualmente el desarrollo de una aplicación que permita reflexionar a niños y jóvenes acerca de la salud de las relaciones y detectar comportamientos sexistas de manera precoz. Para alcanzar su finalidad, siete socios de cinco países europeos han unido esfuerzos. "Puedes trabajar con la víctima y con el agresor. Estamos en una fase de prueba con algunos chavales. Las emociones que ellos nos cuentan tenemos que convertirlas en ítems con un significado. Y también estamos trabajando mucho en qué mensajes hay que trasladarles para que entiendan cuáles son los riesgos y actitudes admisibles y los que no", explica Urra sobre un programa cuyos primeros resultados se harán públicos en un taller internacional que se celebrará en diciembre.

¿El maltratador no cambia? Si la persona siente que lo que ha hecho está muy mal y empieza a sufrir, a cambiar cognitivamente y se le imbuye de nuevas estrategias para pensar, debatir, entender los argumentos del otro... se nos abre una expectativa, siempre después de aplicar la sanción. Pero cuando entrevisto en la cárcel a alguien que ha matado a su mujer y le pregunto si lo volvería a hacer, un porcentaje elevado responde que sin dudarlo. Eso significa que ese patrón se ha introducido de tal manera que es difícil de erradicar. Por lo tanto, la esperanza está en la educación. Teniendo en cuenta que el 75% de los niños de entre 7 y 10 se van a separar, hay que educarles en la ruptura.

¿Se está haciendo? La Policía se acerca a los colegios, los profesores explican lo que es el respeto al otro... pero hay que labrarlo, con solo decirlo o soltar parrafadas no cambia casi nada. En los colegios hay que trasladar que cada uno tenemos una forma de sentir. No es tanto informar, sino educar en estos valores con convicción, en cada ejemplo, y hacerlo desde muy corta edad. Y, sobre todo a los varones, hay que educarles en un juego que no es fácil y que consiste en que el que no sabe lo que siente el otro pierde. A los varones hay que enseñarles a cuidar y a cuidarse porque al final las psicólogas, las enfermeras, las maestras, quienes se ocupan de personas dependientes... son mayoritariamente mujeres.

¿Cómo se educa en la ruptura? Cuando un chaval llega al centro terapéutico Recurra Ginso empezamos con la palabra 'no'. No hay móvil, no hay ordenador, no hay alcohol, no hay porros... Hay analíticas, levantarte a las ocho, arreglar la habitación, cuatro horas y media de clase, voleibol, terapia individual, terapia grupal, salir con la bicicleta… Y si alguien dice alguna tontería en referencia a la violencia de género o se ríe de otro, todos quedan sancionados. Y no pasa nada. Esta es una sociedad muy individualista de los derechos: 'Yo quiero, a mí me gusta, nadie me lleva la contraria'. La vida también es aceptar el dolor, el sufrimiento, la incertidumbre. En todo eso hay que educar.

¿La sociedad no les marca límites? De lo que se trata es de marcarlos cada uno de nosotros. Yo tengo dos hijos y se los he marcado. Y a mis nietos igual. Si  me dicen que quieren montarse en un tiovivo les digo: 'Dos veces, y si lloras no te volveré a montar'. ¿Te podría pagar cuatro veces? Claro, pero no debo. Por tanto aceptan que todo tiene un límite, aceptan la frustración, saben diferir la gratificación... Y claro que los llevo a un hospital para que vean a niños muy enfermos y han ido a ver a la abuela con Alzheimer. Por lo tanto están muy educados en saber lo que es un 'no'. Y cuando el día de mañana su pareja les diga 'no', querrá decir 'no'. 

Javier Urra, director clínico del programa Recurra-Ginso y exdefensor del menor.
Javier Urra, durante un momento de la entrevista con '20minutos'.
Jorge París

Los profesionales de Recurra Ginso consideran que las redes sociales, la música y los videojuegos, entre otros, son factores que provocan que los jóvenes sean cada vez más tolerantes con la violencia de género. Algunos jóvenes están confundiendo amar, que es dar a fondo perdido al otro, con poseer, que es lo contrario. Esa idea de 'es mía', que ya la había en algunas rancheras mexicanas, la sigue habiendo en canciones de rap y de otros tipos que claramente traslucen que si me dejas va a pasar algo, lo que resulta una amenaza no velada.

¿El acceso a la pornografía desde cada vez más corta edad también es un problema? En mi época la sociedad era más hipócrita pero había un freno social importante llamado pecado. Hoy en gran medida se ha diluido y tiene que ser sustituido por moral, ética, autodominio... La pornografía que ven los chicos, a veces con nueve u once años, es muy lesiva. No tengo muy claro por qué se están produciendo, por ejemplo, las violaciones grupales, que antes no se daban, pero ese consumo de una pornografía muchas veces violenta, sádica, es grave.

Que algunos mensajes políticos ninguneen la existencia de la violencia machista, ¿perjudica también la imagen que tienen los jóvenes sobre esta lacra? Yo no voy a decirles a los políticos de qué tienen que hablar ni cómo. Pero ya lo expliqué en el Congreso. ¿Es justo que la Administración destine un cupo de empleos para personas con discapacidad? Sí. ¿Es igualitario? No. ¿Quién ha dicho que la justicia tiene que ser igualitaria? Hemos sacado una ley de violencia de género porque quien la sufre mayoritariamente es la mujer. ¿Es igualitaria? No. ¿Es justa? Sí. ¿Es constitucional? Sí, porque lo ha dicho el Tribunal Constitucional. Pero tampoco caería en el enfrentamiento de un género contra el otro. También hay que utilizar la cordura y no hacer juicios de series de televisión que están guionizadas porque eso banaliza un hecho realmente muy grave. En esos temas hay que ser muy respetuosos con el Poder Judicial. 

El Ministerio de Igualdad trabaja en reformar la ley y en renovar el Pacto de Estado. Creo que la ley está francamente bien. En Francia por ejemplo no existe una norma así. Se habla de violencia en la familia, en el domicilio... Lo que hay es que darle tiempo. Se ha dotado al Ministerio Fiscal, se está dotando a jueces especializados, hay que seguir formando a psicólogos, psiquiatras... Pero todo esto también tiene que llegar a la ciudadanía. Hay un tema que la sociedad no termina de entender y es que se pone el foco en por qué la víctima no denunció cuando la pregunta sería por qué hay un agresor. El agresor sume a la víctima en una situación de indefensión aprendida de la que es muy difícil salir, una situación en la que se siente emocionalmente atrapada. 

¿Qué opinión le merecen otras medidas que se están tomando, como la ley del 'solo sí es sí'? Me parece que los pasos que se están dando en general son correctos. Luego hay que pensar no en lo que dice un Boletín Oficial del Estado, sino en la profundidad del ser humano. Es decir, hay un porcentaje elevadísimo de varones que piensan que cuando una mujer dice ‘no’ quiere decir ‘sí’. Esto hay que erradicarlo desde lo más profundo, una ley no cambia la forma de pensar. A la mujer hay que escucharla porque primordialmente es la víctima. Pero aunque lo sufren las mujeres, el problema es de los hombres y hay que ver cómo lo viven. ¿Qué está pasando con el alcohol y los jóvenes? Hay una permisividad absoluta y desde ese alcohol muchas veces se produce una agresión sexual. Los pasos que se van dando están bien, pero tenemos que reunir a asociaciones de hombres, de mujeres... La solución es ir de la mano.

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