Cualquiera que ame al deporte habrá disfrutado como un loco de este domingo maravilloso e histórico, pegado desde las cuatro de la mañana al televisor, casi sin pestañear, viendo el final de la natación, con el impresionante Caeleb Dressel; botando con la plata de Ray Zapata e intentando decodificar el reglamento que mide la dificultad del ejercicio como vara de medir para dirimir el color de los metales. 

Riendo con la victoria de los Hispanos ante Argentina y sufriendo con la familia del basket, que logró parar el vendaval anotador de Doncic, pero que cosechó una derrota. Esto le obligará a coger el lado oscuro del cuadro con la selección USA como rival en cuartos el martes.

Casi nos emocionamos más con el récord del mundo de la venezolana Yulimar Rojas, que por el bronce de la magnífica Ana Peleteiro, ya que entre las semifinales de 800 y 400 vallas y el salto de altura, la transmisión televisiva no nos permitió valorar suficiente el impresionante día de la gallega, con su récord nacional y un nuevo metal para el palmarés español. Entrenaron juntas y triunfaron juntas.

Este 1 de agosto pasará a la historia como el día más grande de la historia del deporte italiano. En apenas diez minutos bañaron de oro al nuevo hombre que más salta del mundo, Gianmarco Tamberi, eso sí con un cuestionable reparto de medallas con el qatarí Mutaz Essa Barshim. Es increíble, al menos a mí me lo parece, que unas medallas se puedan repartir por decisión de los deportistas y en otras disciplinas se mida la dificultad del ejercicio como vara de medir. Hay muchas formas de ganar o perder, pero la competición debería ser sagrada, con su vencedor en pista.

En Italia ya festejaban como locos cuando el mundo se paró para ver la espectacular puesta en escena de los 100 metros lisos en Tokio, un espectáculo televisivo y deportivo sin parangón. Italia también tiene al hombre que corre más rápido los 100 metros, Marcell Jacobs. Nacido en Texas, ha pasado la mayor parte de su vida en Brescia y no habla ni una sola palabra de inglés. La ‘Dolce Vita’ en estado puro.

Cuando la bilirribuna olímpica empezaba a bajar, la Fórmula 1 nos deparó la carrera del año, me atrevería a decir que una de las mejores de la década, con diez vueltas gloriosas de Fernando Alonso aguantando las acometidas de Lewis Hamilton, con dos españoles entre los cinco primeros. 

La Dolce Vita también era esto…