Imaginen conmigo que su economía doméstica, la que le permite llenar la nevera, mantener su casa, criar a sus hijos o pagar las facturas, tiene la opción de contar con un dinero extra para cierto desahogo en su día a día. Sin letra pequeña. ¿Dirían que no? ¿Rechazarían poder ofrecer una vida algo mejor a su familia?

Pues eso precisamente es lo que ha hecho el Partido Popular votando en contra de la propuesta del Estado para que ayuntamientos y comunidades autónomas dispusieran de mayor liquidez en 2024, con condiciones más ventajosas en el objetivo de déficit del 3% acordado con Europa y que se reparte entre los tres niveles administrativos.

El PP ha rechazado 4.500 millones de euros en un ejercicio de enorme desprecio a la capacidad que tiene la inversión pública de mejorar la vida de las personas. Porque menos recursos son menos derechos.

Los de Feijóo le están negando a usted un necesario refuerzo en la sanidad y la educación pública, que no olvidemos son competencia de las comunidades autónomas. Con los 1.500 millones de más que se les ofrecía, habrían podido contratar a 52.000 profesores o 28.000 nuevos médicos. Y falta nos hace.

La cantidad total que el PP ha bloqueado para los ayuntamientos de todo signo político son 3.000 millones. Qué bien les habrían venido para construir miles de VPO, aumentar becas comedor, ayuda asistencial domiciliaria a los mayores y tantos y tantos servicios públicos muy necesarios para los vecinos y vecinas de nuestros pueblos y ciudades.

En Sevilla nos quedamos con 42 millones de euros menos. Así vela el PP por los intereses de nuestra ciudad. Mucho pedir al Estado el señor Sanz, pero su partido ha rechazado el equivalente a 100 años de vigilancia para la Plaza de España, la ampliación del Metrocentro a Santa Justa o cerca de 400 viviendas de promoción pública. Porque con el PP, ya se sabe. Son capaces de quedarse tuertos con tal de ver al adversario ciego.

¿Entienden ustedes algo? Es difícil. Lo que ellos perpetran como un ataque (fallido) a la estabilidad del Gobierno progresista es en realidad un boicot al bienestar de la ciudadanía. No están haciendo oposición al Ejecutivo, se están oponiendo a mejorar su vida, la de usted, la de su familia, sus amigos y la de cerca de los 48 millones de españoles y españolas.