Frenar el impacto climático que supone la aviación -se estima que de entre el 5% y el 8%- es el objetivo de este acuerdo al que han llegado PSOE y Sumar en la Comisión de Transición Ecológica del Congreso y que supone la reducción de aquellos vuelos que duren menos de dos horas y media y tengan alternativa ferroviaria, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub, que enlacen con rutas internacionales. 

Esta medida, que ya se recogía en el pacto de coalición que firmaron Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, no supone la eliminación de los vuelos de dos horas y medias, sino que se reducirán aquellos vuelos cortos (sin especificar duración) que puedan sustituirse por trenes que cumplan el mismo trayecto en un periodo de tiempo inferior a las dos horas y media, tal y como se detalla en la página 32 del acuerdo.

Además, el Ejecutivo analizará el marco europeo que existe para una posible restricción de los vuelos de los jets privados y para gravar fiscalmente el queroseno utilizado como combustible en el sector de la aviación.

Rutas aéreas que se podrían sustituir

Las rutas aéreas que podrían verse afectadas por esta medida y que actualmente tienen alternativas de menos de dos horas y media en tren son las siguientes:

En total, según un estudio de Ecologistas en Acción, son 20.992 vuelos anuales que afectan a más de tres millones de personas. Además, estas son las rutas en avión que actualmente cuentan con al menos cuatro frecuencias diarias por cada sentido y que podrían sustituirse por viajes en tren de menos de cuatro horas:

Asimismo, el informe también señala tres rutas aéreas más con menos de cuatro frecuencias diarias por sentido y que podrían cambiarse por un viaje en tren:

Los destinos que podrían desaparecer en España por la reducción de los vuelos cortos

¿Qué impacto tendría esta medida?

En estudio realizado por la organización demuestra que solo con eliminar 11 rutas aéreas actualmente en funcionamiento en España se podría ahorrar entre un 30% y un 40% de las emisiones de los vuelos domésticos peninsulares y cerca de un 10% las emisiones del conjunto del transporte aéreo en España.

En total, se calcula que esta medida permitiría ahorrar más de 300.000 toneladas anuales de dióxido de carbono, según este mismo estudio.

El gran inconveniente: el precio del tren

Este proyecto se topa con un gran inconveniente: el ferrocarril suele ser más caro que el avión. En concreto, según otro estudio de Greenpeace, los billetes de tren son en Europa el doble de caros que los de avión por término medio, y hasta el cuádruple en España. La ONG resalta que se incita a la ciudadanía a volar, favoreciendo a las aerolíneas y pide a Unión Europea (UE) y a los gobiernos nacionales que se fomente el tren en su lugar.