Científicos reprograman el 'superpoder' de los humanos: "Si no lo tienes, morirás"

Persona con signos de inflamación
Persona con signos de inflamación
Getty Images
Persona con signos de inflamación

Parece que los superpoderes son solo cosas de héroes y magos que protagonizan libros y películas de ficción, sin embargo, estudios científicos han revelado que el cuerpo humano tiene su propio superpoder natural a través del cual podemos combatir infecciones y curar heridas.

Sentir inflamación puede, en muchas ocasiones, llegar a convertirse en una pesadilla, sin embargo, es un gran mecanismo de defensa desarrollado por nuestro sistema inmunológico. Tanto es así que "si no tienes inflamación, morirás", explicó a WordsSideKick.com Ed Rainger , profesor que estudia la inflamación crónica en la Universidad de Birmingham en el Reino Unido.

Este síntoma debe ser una respuesta a corto plazo, explica, pues de lo contrario, podría llegar a alimentar enfermedades como la cirrosis, la artritis reumatoide o diversas enfermedades cardiacas.

Eliminar la inflamación por completo podría tener efectos secundarios dañinos para la salud, por eso los científicos trabajan en diseñar tratamientos que permitan reprogramar las células que la alimentan, según la revista científica Live Science

En el caso del cáncer, los tumores toman el lado curativo de la inflamación para impulsar su crecimiento. Con estos nuevos tratamiento se pretende alcanzar el resultado opuesto y que la inflamación adquiera un estado de luchar que le permita atacara a las células malignas. 

Controlar la inflamación es lo que la convierte en útil: "Si puedes hacer eso, entonces puedes dejar que el sistema inmunológico y la respuesta inflamatoria sigan adelante, de manera normal", afirmó Rainger.

El cuerpo usa la inflamación como respuesta natural ante un trauma físico o una infección. "Inflammare" significa " prender fuego " en latín, por eso, los médicos en antigüedad describieron sus cinco "signos cardinales" como calor, enrojecimiento, hinchazón, dolor y pérdida de función.

Estas características corresponden a la inflamación aguda: el enrojecimiento y el calor son causa de la dilatación de los vasos sanguíneos, mientras que la liberación de prostaglandinas provoca dolor e hinchazón. El sistema inmunológico hace que estas sustancias químicas aumenten y provoquen fiebre. 

"El objetivo de la inflamación es controlar una infección, detener su propagación y luego permitir que comience el proceso de curación", afirmó al medio anteriormente citado, Robert Anthony ,profesor asociado de medicina en la Universidad de Harvard.

Durante la inflamación, las células dañadas envían señales a las células inmunitarias, las cuales acuden hasta el lugar de ataque. Estos intervinientes poseen macrófagos que devoran a los invasores dañinos. Más tarde, se producen las citocinas, que amplifican la inflamación como retroalimentación positiva. Siete días después del ataque inicial, la inflamación alcanza su punto máximo y comienza a resolverse. 

Por el momento, se desconoce cómo el cuerpo termina con dicha inflamación, ya que, cuando el sistema inmunológico no puede controlar la infección, la inflamación se puede prolongar y convertirse en dañina. Esta situación prolongada en el tiempo afecta a las articulaciones y provoca  cirrosis, aterosclerosis, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares  y crear un ambiente perfecto para que se desarrolle el cáncer .

Tratamiento histórico

Antiguamente, se llevaban a cabo tratamientos con lo que acabar por completo con la inflamación, para ello se hacía uso de esteroides. Estos, además de terminar con el sistema inmunológico, provocaban efectos secundarios como presión arterial alta, úlceras de estómago y cambios de humor. 

En la década de los 90 se empezaron a utilizar medicamentos biológicos, pero al igual que los esteroides, suprimían el sistema inmunológico. Por eso, ahora los científicos buscan formas de redirigir la inflamación, para convertirla en una ventaja para los humanos.  

Programación celular

Estudios realizado por la Universidad de Edimburgo analizan el papel de los macrófagos en la formación de tejido cicatricial en la fibrosis hepática. De esta forma, han descubierto que hay dos tipos de macrófagos: el M1 (inflamatorio dañino) y el M2

Los científicos filtraron células precursoras de macrófagos (monocitos) de la sangre de pacientes con cicatrices hepáticas graves. El equipo utilizó señales químicas para empujar a estos monocitos a convertirse en la versión regenerativa M2. Luego, los investigadores infundieron estos macrófagos reprogramados en los pacientes.

"Utilizando nuestro enfoque, lo que estamos tratando de hacer es estimular la regeneración de estos hígados, lo que significa descomponer el tejido cicatricial y cambiar la inflamación de una inflamación que produce daño a una inflamación que forma una reparación", explicó Sruart Forbes, uno de los científicos encargados de la investigación. 

Un ensayo clínico fase I con pacientes demostró en 2019 que el enfoque era seguro tras obtener resultados alentadores. Los científicos descubrieron que, durante el ensayo de un año de duración, el tratamiento con macrófagos disminuyó el número de complicaciones potencialmente mortales en comparación con un grupo de control que no recibió el tratamiento.

Próximos pasos 

Ahora, con un ensayo clínico en fase II, los científicos tratan de probar una versión avanzada de su terapia con macrófagos en pacientes hospitalizados con cirrosis. "Actualmente, el trasplante de hígado con atención de por vida es la única opción para los pacientes con cirrosis hepática avanzada", apuntó Forbes. Por lo tanto, la terapia con macrófagos podría proporcionar "una nueva opción terapéutica para esta gran y creciente población de pacientes".

A nivel celular, se busca obtener mayores conocimientos sobre los motivos que impulsan a los fibroblastos al estado inflamatorio y dañino del cartílago, pues saber más sobre estos podría "liberar su potencial terapéutico en la reparación de tejidos". 

En cuanto a la terapia contra el cáncer, quedan muchos frentes abiertos como conseguir ajustar la dosis exacta que se administraría a los pacientes y evaluar contra qué tipo de cáncer puede ser más eficaz. Sin embargo, hay la esperanzas de poder dar con un tratamiento algún día e implementarlo en pacientes.

Los científicos tratan de replantear la visión social de la inflamación, pues no es solo un defecto a corregir, sino una fuerza que puede controlarse y aprovecharse para el beneficio humano. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento