Los alimentos se encuentran entre los productos más afectados por la inflación. Aunque la subida en el precio de estos elementos esenciales en la cesta de la compra lleva meses moderándose, la presión todavía persiste. España es el cuarto país de la Unión Europea con la inflación de los alimentos más alta -empatado con Bélgica-. La subida de precio del último año ha sido especialmente acusada en un producto tan arraigado a la dieta española como el aceite de oliva, pero no es el único que se ha encarecido por encima de la media europea. La carne, el arroz o las verduras también han experimentado subidas.
La inflación de los alimentos se moderó en España al 7,3% en el último mes de 2023, según los datos armonizados difundidos este miércoles por Eurostat. La tasa de variación anual del IPC se redujo en el país ibérico por tercer mes consecutivo y lo hizo 1,7 puntos con respecto a la tasa del 9% anotada en noviembre. De este modo, el dato se situó en diciembre en su nivel más bajo en 21 meses, desde el 6,9% registrado en marzo de 2022, cuando todavía se encontraba inmerso en plena escalada alcista. Un año después, en marzo el año pasado el precio de estos productos empezó a moderarse, aminorando el ritmo de las subidas.
Pese a la desaceleración del último año, el dato español se sitúa todavía muy por encima de la media europea, cuya evolución ha sido similar. En la eurozona y en el conjunto de la UE la inflación de los alimentos cayó respectivamente al 6% y 5,7% en el último mes de 2023, ocho y nueve décimas por debajo de las tasas interanuales de noviembre. Solo Malta, Grecia y Francia superan la marca española, con subidas anuales en el precio de los alimentos de entre un 10,2% y un 7,4%. Entre las cuatro grandes economías europeas, también Italia se sitúa por encima de la media, ya que cerro el año con una tasa anual del 6,1% en diciembre. En cambio, Alemania consiguió anotar en diciembre una tasa del 5,1%.
En particular, en España destaca el encarecimiento del aceite de oliva. En el último año, entre diciembre de 2022 y el mismo mes de 2023, su precio ha subido un 54,6%, por encima del 47,4% en el que se sitúa la media europea. El alza anotada en España es la cuarta más elevada del Viejo Continente. Los países con mayores subidas de precio en este artículo son precisamente aquellos en los que más se consume: el aceite de oliva se ha encarecido en el último año un 64,8%, un 58,5% y un 49,2% respectivamente en Portugal, Grecia e Italia, el segundo gran productor mundial de 'oro verde' junto a España. Se cuela también entre los países con mayores subidas Estonia, donde el IPC del aceite ha aumentado un 56,8% con respecto a diciembre de 2022.
Para amortiguar ese encarecimiento, el Gobierno de Pedro Sánchez y Junts pactaron la semana pasada rebajar al 0% el IVA del aceite de oliva. Este elemento esencial de la dieta mediterránea se sumará así a la lista de alimentos de primera necesidad cuyo tipo impositivo está suprimido. El recorte del IVA no afecta a la carne, que en España se ha encarecido de media un 6,2%, según los datos de inflación de Eurostat de diciembre, por encima de la media europea del 4,4%.
El cerdo, la carne que más sube
En concreto, el país ibérico es el cuarto en el que más se ha elevado el precio de la carne de cerdo (12,3%) y la de cordero (9,7%). Aunque con alzas más leves, también superan la media europea las subidas de la carne de ave y la ternera, cuyo precio ha aumentado con respecto a diciembre de 2022 un 2% y 4,1% respectivamente, frente al 3,4% y -0,3% en el que se sitúa el promedio de la UE.
Tampoco el pescado se ha visto beneficiado por las medidas implantadas por el Gobierno para amortiguar la subida de precios. Los alimentos procedentes del mar -pescado y marisco- se han encarecido en el último año un 4,6%, una subida ligeramente superior a la media europea del 4,5%. "En el pescado, más que un problema fiscal, nos encontramos un problema de cultura consumo", señaló la semana pasada el ministro de Agricultura, Luis Planas.
Más acusadas han sido las subidas de la fruta y la verdura, cuyo precio se ha incrementado de media un 9,7% y 10,5% en España respectivamente, por encima de las tasas del 9,1% y 9,9% anotadas en el conjunto de la Unión Europea. El encarecimiento se ha notado sobre todo en los productos frescos, donde el alza asciende al 11,8% en el caso de la fruta y al 13,2% en el de las verduras.
Otro producto donde el incremento registrado en España se sitúa por encima de la media europea son los huevos, que en el último año se han encarecido un 4,4% al sur de los Pirineos (un 0,4% en la UE). Lo mismo ha ocurrido con el arroz, cuya subida ha sido del 8,6% (5,3 en la UE). Sobre los alimentos dulces también ha repercutido el alza del azúcar. Por ejemplo, el precio de las mermeladas se ha elevado un 9,2%, el tercer mayor incremento de la UE, solo por detrás de los registrados en Portugal y Francia.
Menos numerosos son los productos cuyas subidas se han quedado por debajo de la media europea. Es el caso, por ejemplo, del pan, que en el último año se ha encarecido un 2% en España, frente a la tasa del 3,9% anotada en el conjunto de la UE. Según los datos de Eurostat, las pastas y los yogures son incluso un 1,6% y un 1,1% más baratos que hace un año, mientras que entre los socios comunitarios se han encarecido de media un 3,8% y 2%.
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