Los sami, también conocidos como lapones, son el único pueblo indígena que habita en Europa, principalmente en las regiones árticas de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia. Los sami utilizaron perros locales tipo spitz para cazar y pastorear sus rebaños de renos durante muchos siglos, pero cuando los aficionados a la cinología quisieron documentar información sobre este tipo de perros, estalló la Segunda Guerra Mundial y lamentablemente la mayoría de los perros del pueblo sami fallecieron.
Tras la guerra, los mismos aficionados y criadores en Suecia y Finlandia intentaron recrear los perros pastores de renos que se habían perdido durante el conflicto bélico. En Finlandia, se crearon dos razas, una con pelaje corto llamada pastor finlandés de Laponia o lapinporokoira en su idioma original, y otra con pelaje más grueso y largo llamado perro finlandés de Laponia o suomenlapinkoira. Inicialmente, se fusionaron en un solo registro, pero luego se separaron nuevamente y fueron reconocidas como dos razas independientes.
En la actualidad, el pastor finlandés de Laponia es un perro muy popular en Finlandia, especialmente como perros de familia.
Instinto de pastoreo y bien adaptados a la vida familiar
Los ‘lappies’, como se llaman coloquialmente por su sobrenombre: lapinkoira, son perros muy dóciles y sociables en la convivencia con todo su núcleo familiar, aunque pueden mostrarse un poco desconfiados con los extraños. No obstante, cabe recordar que su origen era el de plantar cara a los renos, por lo que hablamos de perros que deben mostrar mucho coraje, muchísima rapidez de reacción para esquivar las peligrosas astas e inteligencia para guiar y reunir las manadas.
Los pueblos sami aprovechaban el calor de los perros para protegerse del frío, y los dejaban acceder a sus tiendas y cabañas durante las noches heladas, lo que explica la extrema sociabilidad natural entre estas razas.
Son muy rápidos y muy ágiles, con un marcado instinto por agradar y facilidad para el aprendizaje, que les hace una elección ideal para la práctica de actividades deportivas como el agility, el flyball, la obediencia, el baile y, por supuesto, los espectáculos de pastoreo. Son buenos compañeros para niños de todas las edades y en la convivencia con otros animales.
Su pelaje abundante, de capa doble y longitud larga requiere un cepillado quincenal, pero es importante señalar que tienen un nivel de desprendimiento muy alto. El estándar admite todos los colores, pero siempre debe haber un color predominante en las combinaciones.
Para ampliar información sobre el pastor finlandés de Laponia, se recomienda el contacto con la Asociación Española de Perros Nórdicos y Akita, entidad colaboradora de la Real Sociedad Canina de España.
Si se valora la adopción responsable, se puede acudir a asociaciones como Nórdicos en adopción, una protectora donde rescatan perros de razas nórdicas y sus cruces para buscarles un nuevo hogar.
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