Bienestar canino: la importancia de evitar la sobreexcitación por ejercicio excesivo

  • El ejercicio es esencial para la salud física y mental de los perros. Sin embargo, el ejercicio excesivo puede ser tan perjudicial como la falta de ejercicio.
Un perro sobreexcitado por ejercicio puede parecernos un perro feliz, pero nada más lejos de la realidad.
Un perro sobreexcitado por ejercicio puede parecernos un perro feliz, pero nada más lejos de la realidad.
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Un perro sobreexcitado por ejercicio puede parecernos un perro feliz, pero nada más lejos de la realidad.

A medida que los perros se han integrado en todos los aspectos de nuestro estilo de vida, se ha subrayado la importancia de proporcionarles ejercicio físico para mantener su óptima salud. Este enfoque representa un avance significativo en la comprensión del comportamiento canino, al reconocer sus necesidades y destacar el compromiso necesario al introducir un perro en nuestro hogar.

Este enfoque actual también ha llevado a que muchos titulares y convivientes con perros asuman que el ejercicio físico es la solución para cualquier comportamiento no deseado por parte de sus mascotas. Asimismo, se ha difundido la idea errónea de que un perro feliz es aquel que jadea con la boca abierta y la lengua colgando después de correr durante más de una hora.

Es importante, sin embargo, que sepamos que la emoción y la excitación no siempre significan felicidad.

¿Qué es la excitación?

Definimos excitación como un estado de activación física y emocional que puede provocar un aumento de la frecuencia cardíaca, la respiración y la presión arterial. Puede ser causada por una variedad de factores, y también puede provocar una serie de problemas de comportamiento en los perros, como agresividad, destrucción, miedo e, incluso en los casos más extremos, colapsos físicos.

Un perro que nos parece ‘extremadamente feliz’ tras practicar ejercicio suele ser por sobreexcitación, y por lo tanto, un síntoma de un comportamiento desequilibrado. Este comportamiento suele incluir rápidos jadeos, incluso con presencia de espuma y babas en la boca, pupilas dilatadas, temblores y una actividad frenética, saltando sobre nosotros, ladrando sin parar, mordiendo la correa, etcétera.

Un perro sobreexcitado está profundamente estresado, lo que puede terminar por provocar cambios físicos y conductuales de variada gravedad. Todos los perros necesitan ejercicio físico para llevar una vida saludable, pero la cantidad de ejercicio que necesita un perro depende de su raza, de su edad, de su tamaño y de su nivel de actividad. El ejercicio debe ser gradual y progresivo, y debe evitarse el ejercicio extenuante, especialmente en perros jóvenes, viejos y entre razas braquicéfalas o gigantes.

Además, es importante considerar que forzar a los perros no profesionales a realizar ejercicio físico intenso tiene otras consecuencias contraproducentes. Esto se debe a que, en lugar de beneficiar su salud y su bienestar, esta práctica puede generar resistencia y dependencia psicológica en los perros, llevándolos a necesitar cada vez más actividad física para sentirse satisfechos.

La importancia de la estimulación sensorial

Aunque diversos estudios científicos hayan evidenciado que un ejercicio intenso aumenta la sobreexcitación en los perros y no sirve para mantenerlos más tranquilos en casa, esto no significa que no se pueda ejercitar a nuestros perros. Se trata de elegir los ejercicios apropiados. Por ello, además del ejercicio físico, los perros necesitan estimulación sensorial que, esta sí, ayuda a reducir el estrés, la excitación y la ansiedad.

La estimulación sensorial se puede proporcionar a través de una variedad de actividades, como juegos de búsqueda y olfato, los paseos por entornos nuevos que permitan a los perros a explorar y aprender cosas nuevas, los juegos de entrenamiento, para que aprendan nuevos trucos y agudicen sus habilidades cognitivas, y la incorporación de juguetes interactivos en casa, que les ayuda a mantenerse ocupados y a estimular su mente.

En ocasiones, aunque parezca poco intuitivo, si convivimos con un perro al que parece imposible cansar, que no para quieto en casa y que no es capaz de concentrarse, la solución es la restricción del ejercicio físico y aumentar el tiempo dedicado a la estimulación sensorial y a los paseos tranquilos.

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