Ecuador saca al Ejército a la calle y declara la guerra contra los grupos criminales para intentar frenar la escalada de violencia

Soldados patrullan frente al palacio de gobierno durante el estado de emergencia en Quito, Ecuador.
Soldados patrullan frente al palacio de gobierno durante el estado de emergencia en Quito, Ecuador.
Dolores Ochoa / AP / LAPRESSE
Soldados patrullan frente al palacio de gobierno durante el estado de emergencia en Quito, Ecuador.

En menos de cuatro años, Ecuador se ha convertido en uno de los países más inseguros del mundo. Los homicidios, el tráfico de drogas y las bandas criminales han aumentado a un ritmo vertiginoso. El año 2023 cerró con 7.600 muertes violentas, lo que equivale a una tasa de más de 40 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Hasta tal punto se ha vuelto ingobernable el país que este martes la situación le ha estallado en las manos al nuevo presidente, Daniel Noboa, que llegó al poder hace poco más de un mes exigiendo mano dura.

Varias bandas secuestraron este martes a varios policías, tomaron edificios, hospitales y hasta un canal de televisión en un pulso contra el Estado, que no tardó en declarar el "conflicto armado interno" y sacar a los militares a la calle. La crisis en Ecuador no ha hecho más que empezar y algunos países como España ya pide a sus ciudadanos que solo viajen si es "imprescindible".

La primera medida del presidente ecuatoriano tras el estallido de la violencia fue declarar el estado de excepción, una medida normalizada en los últimos años. De hecho, el expresidente Guillermo Lasso ya lo aplicó cerca de una veintena de veces durante su mandato. La diferencia con la situación actual es que el decreto de Noboa declara terroristas a las bandas y amplía así la capacidad del Ejército para usar munición letal contra ellas. La situación ya no es excepcional, es una guerra contra los grupos criminales; que son ahora objetivos militares a "neutralizar".

"No podemos ceder ante estos terroristas", ha dicho este miércoles Noboa, que ha añadido que las bandas criminales quieren difundir las imágenes de caos, agresiones y asesinatos para causar terror y ver si doblegan al presidente de la República, "pero no lo van a conseguir". "No vamos a negociar", respondió el mandatario a los mensajes desde el interior de algunas cárceles donde algunos amotinados han amenazado con matar a los guardias penitenciarios retenidos. "No vamos a ceder ante las estupideces que están acostumbrados a hacer", continuó Noboa, que ha advertido que su Gobierno será más estricto y que están haciendo lo posible para recuperar a estos guardias sanos y salvos.

El sistema penitenciario ha sido uno de los primeros en sufrir los estragos de la declaración de "conflicto armado interno" Noboa y las imágenes de reos en calzoncillos y con la cara contra el suelo han corrido rápidamente por redes sociales. Las cárceles se han convertido en estos años en uno de los epicentros de la violencia en las calles, ya que es desde donde se controlan las bandas y el narcotráfico; sobre todo en ciudades portuarias como Guayaquil.

De la fuga de Fito a la corrupción interna

Aunque la situación actual se ha cultivado poco a poco, el conflicto ha detonado tras la desaparición de la cárcel el pasado 7 de enero de uno de los delincuentes ecuatorianos más peligrosos. José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de Los Choneros y señalado como posible autor intelectual del asesinato en agosto del candidato presidencial Fernando Villavivencio, se escapó de una cárcel de Guayaquil antes de ser trasladado a otro centro de máxima seguridad.

La fuga de Fito evidenció los problemas del sistema carcelario. "Se acabó el tiempo en el que los condenados por narcotráfico, sicariato y el crimen organizado le dictaban al gobierno de turno qué hacer", dijo Noboa poco después de conocerse la noticia, en un discurso en el que atribuyó una ola de motines en cárceles precisamente a la decisión de las autoridades de hacerles frente.

Ecuador se ha convertido en un país clave en la ruta del narcotráfico en Estados Unidos y en los últimos años los grupos locales han estrechado lazos con cárteles de países como México y Colombia, sin que las fuerzas de seguridad ecuatorianas hayan logrado encontrar la fórmula de contener su constante expansión. Además, también se ha criticado la corrupción interna que ha permitido que estas organizaciones proliferen sin que el Estado pueda controlarlo. De hecho, el presidente ecuatoriano ha advertido a los jueces y fiscales que dicten resoluciones favorables a los líderes o a los miembros de las bandas criminales que también les considerará terroristas.

Violencia en las calles, las cárceles y ante las cámaras

Durante los motines de este martes, donde se produjeron incluso ahorcamientos a guardias frente a las cámaras, se produjo otra evasión importante. En esta ocasión el fugado fue Fabricio Colón Pico, alias Capitán Pico, detenido a finales de la semana pasada tras amenazar con asesinar a la fiscal general del país, Diana Salazar.

La situación se volvió entonces incontrolable y los miembros de muchas bandas comenzaron a tomar las calles. Pocas horas después se produciría la imagen que daría la vuelta al mundo, la de un grupo de encapuchados armados tomando la sede de la cadena TC Televisión en plena emisión. El asalto no duraría mucho y rápidamente las fuerzas de seguridad tomaron el plató y detuvieron a 13 personas que serán acusadas de terrorismo.

En total, diez persona murieron durante la jornada del martes, entre ellas dos policías. Además, unas 70 han sido detenidas. El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jaime Vela, ha advertido de que "todo grupo terrorista mencionado en el decreto es un objetivo militar", en un mensaje a la nación que ha pronunciado junto a otros altos cargos de seguridad, incluidos los ministros de Gobierno y Defensa. 

Unos 47.000 uniformados están ya a disposición de la Presidencia y este miércoles Ecuador se ha despertado tras el toque de queda entre las 23.00 horas y las 5.00 de la mañana con las calles ocupadas por patrullas. Policías y militares buscan a una veintena de cabecillas de bandas criminales, para los que han ofrecido recompensa a la ciudadanía por aportar información que les conduzca a ellos.

Ante este escenario, algunos comercios han optado por cerrar y el Ministerio de Educación ha pedido a las escuelas situadas cerca de las cárceles que den clases de manera telemática. El Gobierno de Noboa también ordenó el martes la evacuación de los edificios públicos. Por el momento las fronteras continúan abiertas y están siendo cuidadosamente vigiladas por las autoridades para evitar que salga hacia Perú o Colombia ningún criminal buscado. 

Con todo, algunas compañías aéreas han cancelado vuelos y el Ministerio de Exteriores español ha cambiado las recomendaciones de viaje y aconseja limitar los desplazamientos a Perú solo a los que sean "imprescindibles". Asimismo, el departamento que dirige José Manuel Albares recomienda a los españoles que están actualmente en Ecuador que "sigan atentamente las decisiones y recomendaciones de las autoridades locales" y que estén atentos a la información que faciliten en redes sociales tanto la Embajada como los consulados españoles en Quito y Guayaquil.

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