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Cómo decirle a un niño con discapacidad intelectual la verdad sobre los Reyes Magos: "Tenemos que hacerles partícipes"

Una madre juega en Navidad con sus dos hijos con discapacidad.
Una madre juega en Navidad con sus dos hijos con discapacidad.
Manon Allard
Una madre juega en Navidad con sus dos hijos con discapacidad.

Si ya es difícil decidir cuál es el momento oportuno y cómo desvelar a cualquier niño la verdad de los Reyes Magos, algo que muchos padres se plantean por estas fechas, cuando se trata de un niño con discapacidad intelectual, esta cuestión se complica todavía más. Ya no solo porque su grado de madurez será distinto al de la mayoría de los niños de su edad, sino porque es probable que le cueste más entenderlo y que lo asimile peor

Aun así, como recomienda Claudia Tecglen, psicóloga experta en discapacidad y fundadora de la organización Convives con Espasticidad, no debemos sobreprotegerlos pues, aunque puede que más tarde que el resto de los niños, nuestro hijo tendrá que enfrentarse, tarde o temprano, a la realidad, no va a ser un niño eternamente.

Teniendo en cuenta esto, Claudia Tecglen nos da algunas claves para que este momento se viva con naturalidad y sensibilidad para mantener la ilusión de los Reyes en los años venideros.

Creer en los Reyes favorece su desarrollo cognitivo, pero no para siempre

Creer en los Reyes Magos, en la magia o en personajes de fantasía no solo aporta felicidad e ilusión a los más pequeños y les ayuda a crear recuerdos bonitos, que deben ser los objetivos principales de esta tradición, sino que mantener la ilusión por los Reyes Magos es incluso beneficioso para el desarrollo cognitivo de los niños, y muy especialmente a los niños con discapacidad intelectual, "como psicóloga, me gustaría destacar que la fantasía es importante para el desarrollo intelectual del niño. Tener la ilusión del Ratoncito Pérez, los Reyes Magos y Papá Noel es algo que fomenta la creatividad de los niños y su ilusión. La fantasía es importante para que el niño crezca feliz, sano y para su desarrollo cognitivo, es su forma de aprender a entender el mundo en los primeros años", asegura Claudia.

La fantasía es importante para que el niño crezca feliz, sano y para su desarrollo cognitivo, es su forma de aprender a entender el mundo

Sin embargo, como ocurre con el resto de los niños, es una ilusión que no podemos mantener siempre, aunque queramos evitar que esa desilusión llegue, "es un momento de desilusión en la vida de cualquier niño, y quizás esta desilusión se vea más intensificada cuando se tiene una discapacidad intelectual, porque les cuesta más entender", explica Claudia.

Las claves para que este momento sea menos ‘doloroso’ son sobre todo dos: encontrar el momento oportuno -antes de que se entere por otros- y hacerles partícipes, convertirles en nuestros ‘cómplices’.

¿Pregunta, sospecha, tiene menos ilusión? Quizá sea el momento oportuno, pero nunca en Navidad

Ningún psicólogo se atreve a recomendar un momento exacto para desvelar a los niños -con o sin discapacidad- el secreto mejor guardado de su infancia, pero sí nos recomienda estar atentos a las primeras señales de que algo sospecha, "por lo general, no hay persona que conozca mejor a su hijo que sus padres, por eso son ellos los que deben estar atentos a estas señales, como comportamientos diferentes respecto a la llegada de los Reyes Magos, una pérdida de ilusión con respecto a años anteriores, hacen preguntas como ‘¿pero de verdad existen los Reyes Magos?’, están muy atentos a lo que hacéis unos días antes…. estos son signos de que realmente algo sospecha porque que tengan discapacidad intelectual no quiere decir que no se den cuenta de la realidad".

En niños que no tengan el lenguaje oral muy desarrollado o les cueste expresarse, tendremos que estar atentos sobre todo a sus cambios de conducta, "un niño, a través de su comportamiento, siempre se comunica, aunque tenga problemas de lenguaje, por eso podemos notar cambios en su comportamiento, la mirada, que notemos menos ilusión…", insiste Tecglen.

No hay persona que conozca mejor a su hijo que sus padres, por eso deben estar atentos a las señales que indican que algo sospecha

En cuanto a la edad, al igual que ocurre con los niños sin discapacidad, no hay ninguna ideal, pues depende de la madurez y del grado de desarrollo del niño, "si en los niños sin discapacidad la edad más habitual en la que empiezan a sospechar es entre los 8 y los 10, lo normal es que en los niños con discapacidad intelectual sea más tarde, pues su madurez no coincide con la de los niños sin discapacidad de su edad, pero depende mucho del grado de discapacidad y del entorno, ya que muchas veces se enteran por iguales".

Por eso, más que plantearnos la cuestión cuando el niño tenga X años, hay que hacerlo en base a su nivel cognitivo y madurativo, "y esto no depende de edades, sino del desarrollo del niño, de cómo va asimilando la realidad y se va dando cuenta de lo que sucede en el entorno…".

Una cosa sí tiene claro Claudia Tecglen, y es que es mejor que no se lo digamos en Navidad, "yo lo comunicaría en un día especial, que sea como una de celebración de que ‘ya es un niño mayor’". 

Sin cartas, cara a cara, con un lenguaje adaptado a sus necesidades y con mucha empatía

Cuando decidamos que es el momento oportuno, Claudia Tecglen aconseja que hablemos con ellos cara a cara y con un lenguaje adaptado a sus necesidades, nunca a través de una carta ni lenguaje escrito, algo que no recomienda ni para los niños que no tengan discapacidad, "el tema de la carta me parece algo contradictorio, por eso yo recomiendo un lenguaje verbal con las propias palabras o los pictogramas si es algo con lo que se comunica habitualmente con el niño, utilizar el código de comunicación paterno filial que solamos utilizar para hablar con él, y explicárselo".

Además de proporcionarle todas las explicaciones que pida, es importante ponernos en su lugar y ‘abrazar’ las emociones del niño con naturalidad, "sé que es duro para los padres, pero es importante para los niños pasar por esa transición, porque que tengan discapacidad intelectual no quiere decir que les tengáis que sobreproteger siempre porque no van a ser eternos niños". 

Es duro para los padres, pero es importante para los niños pasar por esa transición, no van a ser eternos niños

Hay que aceptar sus sentimientos de frustración y decirles que entendéis que estén tristes o enfadados porque vosotros también los estuvisteis en su momento, "podéis recordar y compartir con ellos cómo os sentisteis y cómo os lo contaron", añade, "y recalcar mucho que es importante que sigan con la tradición, tenemos que hacerles partícipes diciéndoles que es una tradición y que ahora ellos pueden ayudarnos a mantener la ilusión en otros familiares más pequeños porque ellos ya son mayores, y eso es algo bueno". 

Esto no se acaba aquí… la ilusión sigue

Que nuestros hijos, con o sin discapacidad, sepan la verdad sobre los Reyes Magos no implica que el día tenga que ser menos importante para ellos o que esperen el día con menos ilusión, y eso lo conseguiremos más fácilmente si abrazamos el momento con naturalidad en lugar de con culpabilidad por los sentimientos que tiene el niño, "no hay que sentirse culpables ante esa decepción, pues también es un proceso de aprendizaje y de desarrollo cognitivo del niño". 

Puede que la ‘magia’ haya desaparecido, pero no lo que significa ese día, y hay que hacérselo saber, "lo importante es el cariño que muestran los padres con esos regalos, que sepan que cuando se encuentran un regalo es porque sus padres están orgullosos de él, porque le quieren y porque necesitan que les ayuden a guardar el secreto y a seguir con esta bonita tradición. Lo importante es eso, que hay cariño, regalos, roscón…", insiste. 

Para terminar, Claudia Tecglen recomienda que se instauren nuevas tradiciones que les hagan aún más partícipes de proceso. Podemos, por ejemplo, invitarles a que les ayuden a comprar regalos para los más pequeños, a envolverlos, y, por qué no, a "que compartan o donen algunos de sus juguetes con otros niños que no tienen o tienen menos juguetes por Reyes". 

Hacerles sentir útiles y responsables de mantener la ilusión de otros niños, además de elevar su autoestima, les ayudará a mantener la suya propia para que el día de Reyes siga siendo ante uno de los más especiales del año. 

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