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Cómo actuar ante un hijo con TEA sin ilusión en Reyes: "Pueden surgir emociones negativas si las expectativas no se ajustan a la realidad"

People reparing for Christmas. Mother playing with her daughter. Family is resting in a festive room. Child in a blue sweater.
Algunos niños con autismo pueden no reaccionar a los regalos como se espera
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People reparing for Christmas. Mother playing with her daughter. Family is resting in a festive room. Child in a blue sweater.

Los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) pueden disfrutar de la Navidad tanto como el resto. Sin embargo, en algunos casos, es posible que estas fechas les abrumen y la familia tenga que adaptarse a sus necesidades. Además, algunos de estos niños, dependiendo de su nivel de afectación, pueden incluso no comprender bien el significado de celebraciones como el Día de Reyes y no reaccionar ante estímulos como los regalos de la forma esperada. "Es fundamental entender las preferencias individuales de cada persona, comprendiendo y aceptando que no todos tenemos porqué compartir los mismos gustos en estas fechas. Cada persona con autismo es única, y cada familia también lo es", asegura Paloma Contreras, psicóloga de la Confederación Autismo España.

Dependiendo de la familia y del niño, la realidad puede chocar con las expectativas que los padres hayan creado de momentos como la mañana del Día de Reyes, lo que puede influir en ellos: "La reacción emocional de los progenitores dependerá de muchos factores y será diferente en cada caso: desde reacciones más positivas y de aceptación a emociones negativas si tenían expectativas concretas respecto a estos días que no se han ajustado con la realidad".

Estas emociones negativas se pueden traducir en frustración o decepción en las familias, dependiendo de muchos factores, tal y como explica Patricia Gregorio, psicóloga también de Autismo España. Uno de ellos, comenta, es "el momento del proceso de aceptación del diagnóstico en el que se encuentren la familia", pero también "su conocimiento previo del autismo, la edad del menor, etc.".

Aprender a gestionar las emociones negativas

Además, también influirán las expectativas que tengan los padres acerca del Día de Reyes: "La ilusión con la que vive cada familia esta fecha es diferente para cada caso particular en función de su historia personal previa, la tradición familiar o factores contextuales, por ejemplo, económicos o laborales", explica Patricia Gregorio.

Por otro lado, es importante la forma en la que se gestionen estas emociones negativas cuando surjan: "Dependiendo de cómo se maneje la situación de desilusión o frustración, tendrá una mayor o una menor afectación emocional". De esta forma, aconsejan las psicólogas, "si se detecta que estas emociones negativas pudieran surgir en algún momento del día, se puede plantear buscar un punto de encuentro entre todos los componentes de la familia para que el día de Reyes pueda ser un día mejor del que se está anticipando que será".

Hay que prestar atención a las necesidades y preferencias del hijo y no dar por sentado que reaccionará de una determinada manera

No anticiparse y respetar sus preferencias

El modo en el que los padres vivan el Día de Reyes puede estar también marcado por cómo reaccione el niño ante los regalos: "La desilusión o no que pueda mostrar el menor hacia el regalo también influirá en cómo afecte a los sentimientos de los progenitores". Cada niño con TEA es diferente: a algunos puede no interesarles recibir regalos, mientras que a otros les puede entusiasmar. Con los regalos, explica Arancha Arroyo, psicóloga también de Autismo España, es importante no anticiparse y alarmarse ante lo que pueda suceder: "Hay que prestar atención a las necesidades y preferencias individuales del hijo y no dar por sentado que reaccionará de una determinada manera en función de su diagnóstico".

Asimismo, los niños con autismo que tengan intereses muy restringidos o distintos al resto de niños disfrutarán solo de ciertos regalos. En estas ocasiones, es importante "intentar identificar qué cosas le gustan y concentrarse en ofrecérselas. Puede ser un tipo concreto de juguete o actividad, o simplemente pasar tiempo juntos". "Si no parece interesado en los regalos, hay que respetar sus sentimientos y no intentar obligarle a aceptar regalos que no desea", comentan las psicólogas. De esta forma, evitaremos que se generen situaciones desagradables, tanto para el propio niño, como para sus familiares.

Del mismo modo, para que se trate de una experiencia positiva para todos, es importante reducir el factor sorpresa para minimizar la ansiedad y ayudar al niño a sentirse más cómodo y preparado para los acontecimientos del día. Para ello, Arroyo recomienda "comunicarle con antelación cuándo será el Día de Reyes y qué puede esperar, utilizar apoyos visuales, como calendarios u horarios, que le ayuden a comprender y anticiparse o practicar con antelación el abrir regalos". 

Por otro lado, consideran que "también puede ser interesante buscar un punto de encuentro entre todos los miembros de la familia para que el Día de Reyes pueda ser un día ajustado a las expectativas de cada familiar y en el que haya programadas actividades agradables para cada uno".

Es importante comprender y aceptar todas las reacciones que pueden darse por un desajuste con las expectativas previas

Adaptarse a las necesidades del niño

La cabalgata de los Reyes Magos puede ser otro motivo de conflicto en estas fechas. En este tipo de celebraciones, las personas con autismo están expuestas a distintos estímulos sensoriales que, dependiendo del procesamiento que hagan de ellos (hipersensibilidad o hiposensibilidad), "pueden llegar a ser un ambiente desagradable, ya que puede haber determinados estímulos que puedan resultar incómodos, como las luces brillantes, los ruidos fuertes o las multitudes".

En estos casos, sugieren las psicólogas, la familia podrá limitar la estimulación sensorial, por ejemplo, con auriculares de cancelación de ruido, anticiparle el evento, ofrecerle alternativas más adaptadas e incluso darle la posibilidad de participar o no. No se trata de lo que la familia desearía que pasara, sino de cómo hacer que la experiencia sea lo más agradable posible para todos: "Las personas con autismo son muy diferentes entre sí, así como cada familia en su conjunto. Es importante comprender y aceptar todas las reacciones que pueden darse por un desajuste con las expectativas previas".

Incluir a todos los hermanos en la celebración

Para afrontar este tipo de situaciones es necesario también tener en cuenta a los hermanos del niño con autismo, si los tuviera. Ellos también pueden verse afectados por cómo viva su hermano este periodo del año y, en concreto, el Día de Reyes. "Algunos pueden sentirse orgullosos y protectores con él y disfrutar participando juntos en las actividades navideñas. Otros pueden sentirse resentidos o excluidos si consideran que su hermano con autismo recibe más atención o adaptaciones", comenta Arroyo.

Para facilitar que este día sea una experiencia positiva para todos los hermanos, se debe "tener en cuenta las necesidades y los sentimientos de todos y esforzarnos por incluirlos a todos. Podemos intentar encontrar formas de satisfacer las necesidades del hijo con autismo y, al mismo tiempo, permitir que los demás hermanos participen y disfruten de las fiestas". 

Se debe tener en cuenta las necesidades y los sentimientos de todos los hermanos

La psicóloga propone algunas sugerencias a los padres y familiares para que las Navidades sean una experiencia positiva para todos los hermanos:

  • Involucrar en la planificación: "Podemos animar a todos los hermanos a compartir sus ideas y preferencias sobre las actividades y tradiciones navideñas".
  • Establecer expectativas realistas: "Reconozcamos que la época navideña puede ser estresante y que tal vez no sea posible hacer todo lo que todos quieren. Lo deseable sería encontrar un equilibrio que funcione para todos".
  • Fomentar el trabajo en equipo: "Podemos animar a los hermanos a trabajar juntos y a apoyarse mutuamente, sobre todo si el niño con autismo necesita ayuda o adaptaciones adicionales".

En definitiva, asegura Arroyo, "debemos intentar centrarnos en el verdadero significado de las fiestas, como es el pasar tiempo con los seres queridos y mostrar amabilidad y comprensión a los demás".

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