Más pequeño, más eficiente... ¿Sabes cómo cambia el cerebro durante el embarazo?

Estos son los cosméticos que no se recomiendan usar en el embarazo
Se conocen datos muy interesantes sobre cómo la maternidad afecta al cerebro.
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Estos son los cosméticos que no se recomiendan usar en el embarazo

La etapa del embarazo es asombrosa a todos los niveles. Somos más conscientes de los cambios físicos ya que estos son más evidentes y visibles, pero también se produce una transformación cerebral duradera que tiene como objetivo mejorar la capacidad de proteger y relacionarse con el bebé.

Primero, el cerebro 'se encoge'. Durante el embarazo y el postparto se reduce el contorno del volumen cerebral hasta en un 7% aproximadamente. Su tamaño anterior se vuelve a recuperar alrededor de los 6 meses posteriores al parto. De ahí que los despistes, confusión, problemas de memoria y concentración sean muy reales. Esta modificación no se debe a una pérdida de neuronas. Sino que más bien se genera una 'poda neuronal' que reorganiza la estructura cerebral con el fin de favorecer el vínculo de la madre/hijo. Toda la atención y foco de tu organismo se orienta a tu bebé, todo lo demás será secundario.

En segundo lugar, el embarazo te hace más inteligente. Aunque pueda parecer contradictorio con el punto anterior, realmente en este período se incrementa la neuroplasticidad. Esto quiere decir que que hay más conexiones y crecimiento neuronal. Optimizamos los recursos favoreciendo un procesamiento mental más maduro y eficiente. Para la mujer embarazada su prioridad va a ser la supervivencia de la cría, por ello el cerebro potencia ciertas habilidades útiles para este objetivo, como por ejemplo, aumentando la capacidad viso-espacial, la vigilancia, el poder de la multi-tarea y disminuyendo la producción de cortisol (estrés) para poder resistir la falta de sueño o la alteración en las rutinas.

Tercero. Tu cerebro 'te engancha' al bebé. En general, es difícil la separación al principio, te vuelves adicta a estar bien cerquita de tu cría y esto ocurre porque el circuito cerebral del placer y la recompensa se modifica en las madres recientes. Solo nos sentimos atraídas y reconfortadas por todos los estímulos que provienen del bebé y cuando nos tenemos que separar se produce un fenómeno cerebral muy similar al tradicional 'síndrome de abstinencia'.

Y cuarto y último: el cerebro social necesita tribu. También se transforman las regiones cerebrales implicadas en las relaciones sociales, esta reestructuración se mantiene al menos hasta 2 años tras dar a luz. El cerebro se especializa en el cuidado y la crianza del bebé, así que busca nutrirse de un entorno social pero inmerso en este objetivo, quiere encontrar un 'entorno tribu' que ayude, valide, apoye y colabore en esta crianza y protección del bebé.

Esta es nuestra biología más femenina y primitiva, la naturaleza es sabia y nos prepara cuerpo y mente con su firme propósito de lo que significa maternar. Entender es aliviar, conocer es comprender y facilita la autocompasión en este período revolucionario.

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