Óscar Puente, el ministro recién llegado que ya funciona como 'pararrayos' de Sánchez

  • El titular de Transportes centra las críticas del PP por su tono desafiante y asume la defensa del pacto con Bildu.
  • ​El presidente Sánchez le avala en público: "Yo tengo mi estilo y él tiene el suyo. Y lo hace muy bien".
Cartela del ministro de Transportes, Óscar Puente
Cartela del ministro de Transportes, Óscar Puente
Henar de Pedro
Cartela del ministro de Transportes, Óscar Puente

El pasado lunes, Pedro Sánchez presentó su segundo libro 'Tierra Firme'. Lo hizo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde el presidente del Gobierno aunó hasta 14 de sus ministros. A la llegada, algunas personas -menos de una veintena- recibieron con pitos e insultos a las autoridades que iban personándose en el acto, pero fueron dos los nombres que más resonaron entre los abucheos: el de Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, y el de Óscar Puente, titular de Transportes. Tras bajar de su coche, por cierto, el exalcalde de Valladolid respondió a los insultos riéndose. 

Esta una anécdota que, sin embargo, ilustra a la perfección cómo la decisión del jefe del Ejecutivo de optar por un perfil muy similar al que perdió cuando cesó a José Luis Ábalos, es decir, tener un ministro que ejerza de 'pararrayos' del presidente ya ha dado sus frutos en poco menos de un mes. Puente se encontraba en línea de salida de todas las quinielas para el nuevo gabinete de Sánchez, después de que el líder del PSOE delegara en él la responsabilidad de contestar a Feijóo en el fallido debate de investidura del popular, donde sorprendió por su tono bronco y combativo en su estreno en la Cámara Baja.

"He venido al Gobierno de España a trabajar", decía el jueves ante los micrófonos el que fuera regidor vallisoletano entre 2015 y 2023. Está fuera de toda duda que Puente está llamado a tener un papel protagonista en el Gobierno. En las tres semanas que lleva al frente del Ministerio de Transportes, ha logrado desconvocar una huelga de sindicatos en Renfe; inaugurar la variante de Pajares, una obra de ingeniería que ha tardado dos décadas en realizarse; y sellar con la Comunidad Valenciana la ampliación del Puerto de Valencia, un importante proyecto que llevaba años bloqueado. 

La importancia de este último acuerdo se deja ver en los números que supone: una inversión público-privada de unos 1.900 millones de euros (de los que más de 1.200 son de origen privado y 656 públicos que corresponden a la licitación de las obras). Pero no solo, ya que Puente, rival a batir por el PP en el Consejo de Ministros, brindó con cava junto a Mazón y Catalá. El president le llegó a dar las gracias por sus "maneras" y la alcaldesa afirmó que contaba con su "empatía". En la misma semana, cabe recordar, en la que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le calificó de "macarra".

Además, el exalcalde tiene un perfil político mucho más potenciado que el de su antecesora, Raquel Sánchez, que hasta que el presidente la incorporó en su gabinete en 2021 ejercía como alcaldesa de Gavá. Así las cosas, en este breve período temporal también ha protagonizado sonoros choques con el Partido Popular. Más concretamente, con el Partido Popular de Madrid. Es decir, con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad, y José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, que han encontrado en él el muro de contención que Sánchez lleva pidiendo desde la caída de Ábalos.

La presidenta madrileña le señaló en el Pleno que celebró el jueves la Asamblea autonómica. "¿Conocen la expresión tiene más peligro que un mono con dos pistolas? Pues ahora se va a decir que tiene más peligro que Óscar Puente en Twitter", lanzó Ayuso. Días antes, Almeida había asegurado que "es un macarra de la política". Todo ello, agravado por la polémica en X, donde el ministro ha bloqueado a varios cargos del Ayuntamiento madrileño, incluido Almeida, tras afearles los problemas en Cercanías.

"Céntrate en construir líneas de metro sin derribar las casas de nadie, que de los problemas que tenga la red de cercanías de Madrid ya se ocupa el Gobierno de España", espetó a Ayuso. A esto le siguió una petición de reunión del Consejero de Transportes del Gobierno regional que Puente rechazó por querer verse con la presidenta. "Va a ir al choque, pero se va a cuidar mucho de no insultar", apuntan fuentes de su entorno. A colación de su cuenta de Twitter, también ha sido protagonista esta semana el exalcalde por recibir el respaldo expreso de Sánchez en público. "Yo se lo he dicho muchas veces a Óscar. He tomado dos decisiones muy importantes en mi vida: dejar de fumar hace veinte años y dejar mis redes sociales en manos de una Community Manager", dijo en la antes mencionada presentación de 'Tierra Firme'. El ministro contestó que él no lo iba a hacer y el presidente dijo que él tenía su estilo "y Óscar el suyo". "Y lo hace muy bien", zanjó.

Con todo, aunque los choques de Puente con los 'populares' tengan su epicentro en Madrid, el PP de Feijóo también parece haberle elegido como ministro a batir. De hecho, fue uno de los pocos ministros que tuvo preguntas de la oposición en el Senado el pasado martes. Mientras el Congreso comenzaba el debate sobre la toma en consideración de la polémica ley de amnistía, en la Cámara Alta estaban tres vicepresidentas -Nadia Calviño, Yolanda Díaz y María Jesús Montero-, Félix Bolaños, ministro de Presidencia y Justicia... y el propio Puente. También tuvo intervención en el Pleno del Congreso del miércoles, donde fue el primero de los socialistas en defender abiertamente el acuerdo con el que el PSOE aupará a EH Bildu a la Alcaldía de Pamplona y depondrá a UPN. "En pocos días habrá en España otra alcaldía progresista y una menos de derechas”, apuntó en el hemiciclo antes de asegurar que lo defendía "sin ningún complejo ni ningún problema".

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