Siguen la pista a través de geolocalizadores de prendas donadas para demostrar que la mayoría no se reutilizan

Una investigación de Greenpeace desmonta la economía circular y demuestra que la mayoría se convierte en residuo.
Una investigación de Greenpeace desmonta la economía circular y demuestra que la mayoría se convierte en residuo.
Una investigación de Greenpeace desmonta la economía circular y demuestra que la mayoría se convierte en residuo.
En el mapa se ven los 14 dispositivos que han dado resultados más significativos.
Greenpeace

Gran parte de la ropa donada no llega a tener "una segunda vida", según la organización ecologista Greenpeace. Para demostrarlo, ha colocado geolocalizadores en 29 prendas depositadas en contenedores municipales y en tiendas de Zara y Mango, que ya han viajado o viajarán miles de kilómetros con un futuro incierto.

Tras cuatro meses de seguimiento, solo se ha podido confirmar la reutilización de una de las prendas, que ha sido adquirida en una tienda de segunda mano en Rumanía. Greenpeace, dada la cercanía de la celebración del Black Friday y la incitación a la compra masiva que esta fecha supone, busca denunciar el problema que supone la superproducción de ropa y calzado.

Del resto de prendas, parte se sigue moviendo y parece que no ha llegado a su último destino a pesar de que ya han recorrido miles de kilómetros. Algunas han acabado en lugares como Chile, Pakistán, India o Togo y otras están en almacenes en polígonos industriales de España o "siguen sin dar señal".

Seguimiento desde 11 provincias

Los dispositivos de localización fueron colocados en julio y agosto en ropa y calzado aptos para una segunda vida, que posteriormente depositaron en contenedores y tiendas de 11 provincias españolas. La organización ha apuntado que han localizado prendas en Emiratos Árabes que, junto a Pakistán, cuenta con centros de recepción internacionales ubicados en zonas francas para facilitar su reexportación.

Otras prendas han sido localizadas en África, concretamente en Egipto, Togo y Marruecos, ha señalado la organización ecologista. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, el 46% de los textiles usados exportados desde la Unión Europea acaba en un país africano, donde el 60% es revendido y el 40% restante se desecha, muchas veces directamente en el medio ambiente.

Alrededor de la mitad de las prendas marcadas aún no ha salido de España, aunque sí ha cambiado una o varias veces de lugar. Los ecologistas han explicado que esto se debe a que cuatro meses son insuficientes para hacer un seguimiento completo hasta el destino final de cada artículo, que puede seguirse en la web de la organización ecologista.

Durante el desarrollo del trabajo, según la misma fuente, también han detectado la existencia de un "circuito irregular" de gestión de residuos textiles que escapan de la gestión autorizada por los ayuntamientos, que tienen la competencia de la recogida selectiva de residuos.

Hay que cambiar el sistema

La investigación revela "la necesidad de cambiar radicalmente el modelo de producción y consumo de ropa y evitar caer en falsas soluciones o parches que retrasen este cambio", ha defendido Greenpeace en un comunicado. 

La asociación ecologista apunta que la gestión efectiva de la ropa usada para que no suponga un problema medioambiental cada vez mayor tiene que estar acompañada de una reducción drástica de la producción, un aumento de la durabilidad y la calidad de las prendas, ha advertido.

Mango y Zara puntualizan

Tras la publicación del informe, desde Mango e Inditex han explicado que disponen de contenedores en sus tiendas para que los usuarios puedan depositar en ellos sus prendas en colaboración con entidades sin ánimo de lucro. Estas entidades serán las que clasifiquen la ropa para su reutilización, reciclaje o cogeneración eléctrica en función de su estado.

Mayoritariamente, el residuo textil depositado en los contenedores se destina a reutilización, quedándose una pequeña parte en España para la venta de segunda mano y el resto es exportado, "siendo antes siempre clasificado para su reutilización o reciclaje, tal y como establecerá la futura regulación europea que no permitirá la exportación de residuos textiles no clasificados", han explicado desde Mango.

Desde Inditex, grupo al que pertenece Zara, han apuntado que los acuerdos con esas entidades incluyen la prohibición expresa de desviar prendas a vertederos y a determinados mercados de exportación debido al riesgo de generar impactos negativos en esas comunidades. "Más del 60% del total de prendas son reutilizadas, bien a través de donaciones a personas que lo necesitan o revendidas para financiar proyectos sociales", han asegurado desde el mayor grupo textil del mundo.

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