El somalí, el abisinio de pelo semilargo, conocido como el ‘gato zorro’ por su cola tupida

  • Los inicios del somalí no fueron fáciles, pero actualmente se encuentra reconocido por las asociaciones felinas internacionales más importantes del mundo.
Un somalí color 'ruddy', y con el característico patrón único conocido como 'ticked'.
Un somalí color 'ruddy', y con el característico patrón único conocido como 'ticked'.
20minutos
Un somalí color 'ruddy', y con el característico patrón único conocido como 'ticked'.

El somalí, genéticamente emparentado con la raza del abisinio, surge de forma espontánea en el linaje de gatos abisinios en la década de 1950. Una criadora canadiense, en posesión de uno de estos raros abisinios de pelo semilargo, lo llevó a una exposición felina local, despertando el interés de uno de los jueces presentes en la exhibición, que pidió a la criadora un ejemplar para iniciar un programa de reproducción.

Paralelamente, en Estados Unidos, otra criadora de abisinios que también tenía algunos ejemplares de pelo semilargo, empezó a colaborar con otros criadores de diferentes países. Su objetivo era establecer un programa efectivo para la cría y mejora de la variedad de abisinio de pelo semilargo.

Pese a que había muchos criadores fascinados por esta mutación en varios países del mundo, en términos generales, las asociaciones felinas y sus miembros menospreciaban esta variedad y rechazaron la posibilidad de considerarlos abisinios. De hecho, sacaban de sus propios programas de reproducción cualquier abisinio portador del gen de pelo semilargo, para mantener el núcleo de la raza libre de lo que consideraban un defecto.

Finalmente, para la década de 1960, el juez y la criadora estadounidense coincidieron y aunaron sus esfuerzos para alcanzar el objetivo común y son, históricamente, los ‘padres’ de la raza somalí, que actualmente se encuentra reconocida como raza individual por la mayoría de asociaciones felinas internacionales.

Su nombre surge como guiño al abisinio, original de la actual Etiopía, llamada Abisinia hasta 1936, y que hace frontera al sur y al este con Somalia. Así, tanto la criadora estadounidense como el juez de morfología felina querían simbolizar la cercanía genética y la conexión entre ambas razas.

Afectuosos y con alto nivel de energía

El somalí, al igual que su pariente abisinio, es un gato de gran personalidad. Son animales muy curiosos con su entorno, y que buscan activamente la interacción con las personas de su núcleo familiar. Muestran una actividad alta y necesidad de ejercicio y juegos, por lo que requieren de un ambiente que les proporcione la estimulación que demandan. En consecuencia, se recomiendan para hogares con personas que puedan dedicarles tiempo y espacio.

La cola muy tupida, larga y de intenso color rojizo en la variedad de color más conocida, llamada ruddy, les ha valido el sobrenombre de ‘gatos zorros’, sumado a sus orejas grandes y triangulares.

Los somalíes presentan una característica genética singular, la cual aún está siendo estudiada: su muda de pelo es mínima durante el año, lo cual es atípico en comparación con otras razas de gatos de pelo semilargo o largo. Generalmente, el cambio de pelaje en los somalíes se da de forma masiva una o dos veces al año. En términos de salud, se han identificado algunos genes relacionados con ciertas enfermedades congénitas, que también comparten con sus parientes abisinios. Por ello, es fundamental recurrir a criadores certificados y responsables que realicen los controles genéticos necesarios para asegurar la salud de sus líneas de cría.

Para ampliar información y localizar criadores comprometidos en Europa, se recomienda contactar con la Federación Internacional Felina (FIFe). Sin embargo, proponemos que se valore la adopción responsable y se le dé la oportunidad a alguno de los gatos presentes en perreras y protectoras.

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