La raza felina del oriental, surgida en la década de 1950, supuso el desarrollo y la aceptación de los gatos con tipología del siamés moderno, pero sin el patrón colourpoint, y sí con el resto de colores comunes en la genética felina.
Inicialmente, en 1960, con la introducción de los nuevos colores en el estándar del siamés, las asociaciones felinas quisieron crear una raza por cada nuevo color incorporado, pero las propias federaciones internacionales se dieron cuenta pronto de que no era un sistema viable, dada la abundancia de colores (más de 250), por lo que decidieron agruparlas a todas en una única raza: la oriental.
Sin embargo, criadores británicos, con Patricia Turner a la cabeza, destinaron un programa de cría exclusivo para crear el siamés totalmente blanco y con ojos azules. Debido a los esfuerzos dedicados, la asociación inglesa de registro de gatos, el Consejo Regulador de la Afición Felina (GCCF), decidió otorgarles un estatus propio y mantener la raza del oriental blanco como una raza separada a las demás.
En la actualidad, solo la asociación felina británica y la Federación Australiana de Gatos (ACF) admiten al oriental blanco como raza independiente con su propio estándar, diferente al del resto de colores de la raza oriental.
Inteligentes, locuaces y sanos
Pese a la introducción de gatos británicos de color blanco en la formación del oriental blanco, el peso genético del siamés es muy fuerte en esta raza. Son gatos muy dependientes de las personas de su núcleo familiar y extremadamente vocales.
El oriental blanco es curioso y activo, por lo que necesita un ambiente que le proporcione juego y actividades estimulantes pero, sin embargo, los expertos y criadores en el foreign white advierten de que el linaje de esta raza ha adquirido algunas características comportamentales propias. Son gatos que pueden desarrollar celos en la convivencia con otros animales, y si bien son tolerantes en la convivencia con niños, no llevan bien la manipulación excesiva ni el atosigamiento. En consecuencia, se recomienda que exista supervisión de adultos en las interacciones y se enseñe pronto a los niños pequeños a tratar al gato con respeto.
Cabe destacar un punto muy positivo en el programa de cría del oriental blanco, y es la ausencia de la sordera asociada a gatos blancos de ojos azules (gen W). Desde el inicio del programa, los criadores implicados, conocedores de la genética felina, cruzaron de forma sistemática sus orientales blancos, y libres de sordera, con siameses colourpoint foca, chocolate, lila y azul, evitando la introducción de cualquier gato portador de pigmentos rojos, que puede provocar el síndrome de Waardenburg. Por lo tanto, el oriental blanco procedente de criadores profesionales, son gatos sanos sin enfermedades congénitas añadidas.
Para ampliar información sobre la raza foreign white se puede contactar con la mencionada asociación inglesa GCCF o con el Tabby Point, Siamese and Progressive Breeders Cat Club, entidad afiliada al GCCF. Desde Animaleros, sugerimos que se valore la adopción responsable y se dé un hogar a alguno de los gatos que se encuentran en protectoras y perreras esperando una oportunidad.
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