Por qué nos teñimos o nos cortamos el pelo cuando pasamos un mal momento

La actividad física disminuye los efectos de la quimioterapia en el cerebro
¿Cuántas veces has decidido hacerte un buen corte de pelo tras pasar por un mal momento vital?
Freepick.
La actividad física disminuye los efectos de la quimioterapia en el cerebro

Muchas son las mujeres que reconocen haber pasado por este ritual. De repente nos echan del trabajo, o rompemos con nuestra pareja sentimental, o nos ocurre un suceso traumático y no falla, tras un periodo emocionalmente muy intenso decidimos cortarnos el cabello o cambiar de color drásticamente.

Este fenómeno ha llegado hasta las redes sociales con la creación de un hashtag llamado #breakuphaircut (corte de pelo por ruptura) acompañado de miles de fotografías de personas que han decidido cambiar de imagen tras una separación.

 ¿Por qué nos sucede esto? Básicamente cuando parece que todo se está desmoronando a nuestro alrededor, podemos renovar nuestra apariencia resultando en una especie de liberación.

En la psicología de la apariencia, el cabello de una mujer adquiere mucho simbolismo e identidad. Cuando cortamos queremos transformar nuestra vida, reinventarnos y, como se suele decir, los cambios nunca vienen solos. A nuestro cerebro le cuesta distinguir lo emocional de lo físico, de hecho, muchas de las sensaciones que experimentamos se procesan del mismo modo que lo material o tangible. Así que esta acción física también se relaciona con una transformación mental. 

Así, tras un periodo de alto estrés o ansiedad esta actividad nos moviliza y ayuda a eliminar lo negativo y cerrar capítulo. Ponemos el punto y aparte para continuar con nuestra vida pero sintiéndonos diferentes por dentro y, por tanto, nos queremos ver distintas también por fuera. Alineamos mente y cuerpo como un todo.

Además, tras un tiempo de incertidumbre, miedo o caos, quizás sintamos que podemos elegir de nuevo y hacer algo que sí que manejamos para volver a retomar las riendas de nuestra vida. La mayor parte de las personas respondemos al estrés aferrándonos a las cosas que sí podemos controlar, como puede ser nuestro aspecto físico o el orden y la limpieza de nuestra casa, por ejemplo.

Por último, la novedad ejerce un primer efecto muy poderoso, despierta el sistema de recompensa en nuestro cerebro y esta innovación genera una secreción de endorfinas y dopamina que nos hace sentir felices, aumenta nuestra autoestima y nos percibimos más atractivas. Justo lo que necesitamos para empoderar nuestra actitud.

Ya lo decía Coco Chanel: "Una mujer que se corta el cabello está a punto de cambiar su vida".

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