Cómo ayudar a un perro maltratado y con miedo a jugar a relacionarse y divertirse

Perros jugando.
Perros jugando.
Stefan Cioata/GETTY
Perros jugando.

En el mundo de las mascotas, la resiliencia de los perros es un ejemplo admirable. Por desgracia, no todos los caninos tienen la suerte de crecer en ambientes amorosos y seguros, son muchos los que se enfrentan a situaciones de maltrato que dejan cicatrices emocionales profundas.

Algunas de estas marcas o mochilas que cargan nuestros compañeros de cuatro patas pueden afectarles en sus comportamiento y en la forma en la que se relacionan con otros de su misma especie (e incluso con nosotros), pudiendo complicar la convivencia. Algo muy común es, por ejemplo, el miedo a jugar con otros perros.

El proceso de rehabilitación de un perro maltratado requiere paciencia, empatía y dedicación y, aunque es complejo, puede tener grandes resultados si sabemos cómo actuar y proceder. Sonia Losada, profesora en activo del curso profesional de Educación canina y Adiestramiento de l'Escola d'oficis de Catalunya y conocida como Xila's Training, explica en su podcast 'Hablemos de perros' cómo podemos ayudar a nuestro perro si se encuentra en esta situación.

"Aquí el problema que tienen es la indefensión aprendida, lo que se conoce como depresión clínica", expresa la experta. "Cuando fuerzas a un individuo a un maltrato continuo, su cerebro tiene un mecanismo de supervivencia que le dice que se deje llevar, inhibiendo cualquier sentimiento".

Lo primero, ayudarles con la depresión

Losada explica que los perros nunca entienden el motivo o la razón del castigo, por lo que activan el mecanismo de defensa que les sumerge en una depresión clínica. "Superar esto es algo que hay que hacer poquito a poquito", afirma.

"Primero debemos animarlo, incrementar las pequeñas cosas que le guste", detalla. "¿Es feliz robándote la zapatilla? Pues que la robe, lo importante es devolverle las ganas de vivir, da igual que reforcemos comportamientos que no queremos, eso ya lo solucionaremos más adelante".

En este sentido la educadora canina anima a que observemos cuáles son las cosas que "devuelven el brillo" a nuestros peludos e intentemos fomentaras y repetirlas, con el fin de quitarles la depresión. "Hay que buscar esas cosas e incrementarlas todo lo que podamos", aconseja.

Yo recomiendo tratarlo junto a un profesional, al menos al principio, para sacarlo de la depresión

En el caso concreto de que queramos que vuelva a disfrutar del juego con otros perros, Losada recomienda que utilicemos a otros perros con los que sí juega, como un hermano o amigo en el que sí confía, que lo anime a acercarse a otros canes.

"La indefensión aprendida no se cura fácilmente, puede tardar meses e incluso años, por eso yo recomiendo tratarlo junto a un profesional, al menos al principio, para sacarlo de la depresión, ya que hay que estar pendiente de los microgestos que nos dirán qué les asusta o qué les gusta", agrega la experta.

Incluso habiendo tenido otros perros, puede que no seamos capaces de identificar las señales tan sutiles que los perros pueden mostrarnos. "Cuando tienen depresión clínica, parece que piden permiso para vivir y, como no saben qué pueden o no hacer, empiezan a inhibir respuestas convirtiéndose en perros planos", advierte Losada.

"Por este motivo yo no castigo, ni regaño a los perros, porque son métodos que van a provocar problemas graves en vez de solventar problemas que, de por sí, no se solucionan en un día o dos", concluye la experta en educación canina.

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