El miedo y la reactividad entre perros es antinatural: estos son los motivos por los que no se deben normalizar

Foto de archivo de un perro enfadado.
Foto de archivo de un perro enfadado.
Simon Gatdula / PIXABAY
Foto de archivo de un perro enfadado.

Los perros son conocidos como el mejor amigo del hombre, habiendo convivido con nosotros a lo largo de la historia de la humanidad y considerándose una de nuestras mascotas más longevas, junto a los gatos. Se trata de una especie de la que a día de hoy sabemos muchísimo, gracias a etólogos y especialistas en comportamiento canino que han estudiado sus comportamientos y sus reacciones, sin embargo, seguimos en proceso de aprendizaje.

El miedo y la reactividad entre perros es un fenómeno que, aunque esta muy normalizado en la sociedad, a nivel etológico es totalmente lo contrario, es un comportamiento antinatural. Hablamos de comportamientos como los ladridos o la agresión de un perro a otro, por ningún motivo aparente.

¿Cómo es posible que un perro le tenga miedo a otro perro? ¿Hace algo el primer perro para que esto ocurra? La realidad, según Sonia Losada, profesora en activo del curso profesional de Educación canina y Adiestramiento de l’Escola d’oficis de Catalunya y conocida como Xila's Training, es que ha sido el ser humano el culpable de este comportamiento, al igual que ocurre con otros muchos.

Los perros son animales sociales que necesitan amigos

"Cada vez es más típico ver perro reactivos o agresivos hacia otros perros, lo cual es lo menos natural del mundo", asegura la experta en comportamiento canino, en uno de los episodios del podcast Hablemos de perros. "¿Por qué lo estamos normalizando, mientras que no normalizamos otros comportamientos?"

Losada ejemplifica uno de los comportamientos más habituales en perros, como es el miedo a los petardos o los ruidos fuertes. "Que el animal se asuste ante ruidos es algo normal, ya que su oído es mucho más sensible que el nuestro, por tanto, debemos ayudarle a superar esos miedos, siempre respetando su naturaleza y no exponiéndolo de forma premeditada", detalla. "Esto, por ejemplo, enseguida lo vemos y lo entendemos y le queremos poner remedio".

"Sin embargo, ¿por qué no nos alarmamos de igual forma cuando vemos que nuestro perro le tiene miedo a otros de su misma especie?", se pregunta. "Probablemente haya sido nuestra culpa, por exponerles a perros pesados o brutos durante su proceso de socialización, sin embargo, tener fobia a los de tu propia especie es ir en contra de la naturaleza, a pesar de que es habitual".

No podemos permitir que nuestro perro sea reactivo porque no pueden vivir toda su vida sin relacionarse con los suyos

La educadora canina lamenta que muchas personas se preocupen ante este tipo de conductas por los problemas que supone para los tutores (tirones durante los paseos, por ejemplo), en vez de pensar en cómo debe de estar pasándolo su peludo, a niveles de estrés y ansiedad, cada vez que se cruza con otro perro.

"Como animal social, es primordial que el perro haga amigos, aunque sean pocos", asegura Losada. "No podemos permitir que nuestro perro sea reactivo (porque no nos da problemas en los paseos, con tal de no arrimarlo a otro perro) porque no pueden vivir toda su vida sin relacionarse con los suyos".

La experta en comportamiento canino extrapola la situación a las personas, para que se entienda más claro: "Imagina salir a la calle y que te de fobia la gente y que te pases todo el paseo gritándole a las personas que no se acerquen a ti".

"No somos conscientes de lo grave que es, muchas veces solo vemos cómo nos molesta esa situación, pero no nos paramos a pensar qué le ocurre al perro a nivel mental", lamenta.

Imagina salir a la calle y que te de fobia la gente y que te pases todo el paseo gritándole a las personas que no se acerquen a ti

En este sentido, la educadora canina explica que es una parte fundamental del bienestar del perro el relacionarse con otros de su misma especie. "Necesitan jugar, saludarse, olfatear juntos...", enumera. "Siempre que hay alguna fobia, miedo o trauma se trata, pero no podemos dejarlos aislados".

"¿Acaso nos hemos olvidado de cómo lo pasamos durante la cuarentena? No ver a nadie, no dar abrazos y no poder salir afectó de forma negativa a mucha gente, porque nosotros, como los perros, somos animales sociales también", añade.

Por este motivo, Losada recomienda que, si se tiene un perro reactivo hacia otros canes, no dudemos en trabajar esta agresividad, ya que "repercute en la salud del animal". "Hay que echarle ganas, tiempo y asesorarnos de la mano de un buen profesional de la forma que queramos, pero no dejarlo pasar", concluye.

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