"Ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo". Con esta declaración de intenciones adornando la entrada recibe Ayúdame3D a quien llega a su oficina. En un pequeño piso del barrio de Embajadores, en Madrid, Guillermo Martínez, fundador de esta productora de prótesis impresas en 3D, tiene el núcleo de operaciones donde "hacen magia". Desde 2017 han cambiado la vida de medio millar de personas distribuyendo altruistamente sus 'brazos' en más de 60 países, la mayoría africanos y latinoamericanos. 

Su último reto ha tenido como ubicación Ucrania, donde el ingeniero resalta "lo difícil que ha sido ayudar". "Intentamos enviar brazos a través de muchas entidades, pero no lo conseguíamos. Hasta que una persona con una pequeña ONG decidió ir allí, formarse con nosotros y gracias a ella pudimos enviar 'brazos' a afectados por la guerra y así mejorar su calidad de vida. Fue muy gratificante conseguirlo", asegura emocionado este ingeniero de organización industrial.

Todo empezó por el interés de Guillermo por las impresoras 3D y por "qué se podía hacer con ellas, más allá de juguetes". Este joven de 27 años se enteró de que se podían fabricar prótesis y eso, sumado a un viaje a un orfanato de Kenia, fue el "punto de inflexión" que hizo nacer la iniciativa. Fue entonces cuando comenzó a construir prótesis en su tiempo libre durante tres años, pero acabó dejando su trabajo para dedicarse a tiempo completo a la asociación.

Una mano biónica conectada directamente a los nervios y huesos logra que una mujer vuelva a 'sentir'

"Vi que había mucha gente que necesitaba ayuda. Más de 83 millones de personas en el mundo han perdido una extremidad y no pueden permitirse un sustituto ortopédico. Sentí que yo tenía los mecanismos para ayudarles y montamos esto. Cuando empezamos ya se imprimían manos, pero al ver que lo más demandado eran de brazos completos, creamos los diseños y aquí estamos", comenta el emprendedor sentado delante de cuatro cubos gigantes con los Objetivos al Desarrollo Sostenible (ODS) que persigue la fundación: salud y bienestar, reducción de la desigualdad, alianzas para conseguir los objetivos y educación de calidad. 

José González

Con hilo de pescar y gomas de ortodoncias

Las dos voluntarias que se encuentran también en la oficina destacan que las denominadas 'trésdesis' "se diferencian por su accesibilidad, ya que, cualquier persona del mundo que necesite una, puede acceder a ella "gratis y de forma personalizada". "Hay personas que no tienen acceso a prótesis ni si quiera pagando porque son casos excepcionales y no hay negocio, nosotros se las producimos igualmente", confirma a 20minutos Guillermo, mientras muestra una de las prótesis en un pequeño salón donde se encuentran funcionando dos de las 'impresoras de brazos'. 

"Más de 83 millones de personas en el mundo han perdido una extremidad y no pueden permitirse una prótesis"

Además, asegura que la mayoría de los materiales son sostenibles y, en los diseños más sencillos, utilizan todos los recursos con los que cuentan, "desde hilos de pescar, hasta gomas de ortodoncias". Fabrican principalmente tres tipos: las 'Nelly' (de falanges), las 'Mery' (para personas con codo) y las 'Vicky' (para personas sin codo). Actualmente también se encuentran desarrollando prototipos de prótesis electrónicas que funcionan con impulsos de los músculos de la espalda y 'trésdesis' de pies.

Un grupo de investigadores consigue que una persona con párkinson vuelva a caminar gracias a una prótesis neuronal

Desde Kenia hasta México: "Ayudar, ayudar y ayudar"

Aunque la vocación de Guillermo nació en Kenia y el 33% de sus fabricaciones se entregan en Europa, la asociación no se cierra las puertas a ningún lugar del mundo. Este verano pasado viajaron alrededor de Tanzania en una furgoneta para entregar brazos. El fundador asegura que cuando más aprendes "es cuando vas al lugar" y que en Tanzania le marcó el caso de un niño que "se cayó de un árbol con cuatro años y un chamán le hizo unas curas mágicas", pero esto solo consiguió que "las heridas se agravaran hasta necesitar una amputación". Después de cogerle las medidas necesarias, le dieron un brazo y "por fin pudo volver a jugar".

CEDIDA: Ayúdame 3D.

En búsqueda de esa expansión mundial, estos años han construido laboratorios 3D en Kenia, México y Cabo Verde y han reducido las medidas necesarias para crear las prótesis a "las mínimas posibles" para conseguir formar a los voluntarios y que así midan y utilicen las impresoras online ellos mismos. 

"Queremos luchar para que la salud no sea cuestión de negocio"

"Enviamos los brazos a donde sea a través de voluntarios que se dedican a viajar con las prótesis, de valijas diplomáticas que nos proporcionan las embajadas y con nosotros mismos y nuestras maletas. En algunos países se pasean el primer lunes de cada mes en busca de gente que necesite de sus prótesis", relata Guillermo. La asociación ayuda a todo aquel que lo necesite de forma totalmente gratuita a través de hospitales que ya les conocen y les recomiendan y a través de colegios "que conocen casos de niños que necesitan ayuda". 

Sus objetivos a corto plazo aseguran que son simplemente "ayudar, ayudar y ayudar". A largo plazo buscan "conseguir ser la entidad de referencia mundial en innovación social y tecnológica", que cualquier persona "tenga acceso a una sanidad de calidad" y "luchar para que la salud no sea un negocio".

Un grupo de adolescentes construye una prótesis de mano para su compañero de clase

El Premio Princesa de Girona: "un antes y después"

La asociación fue reconocida con el Premio Princesa de Girona 2021 en la categoría social, lo que aseguran que supuso un "antes y después" en su historia. "Fue muy bonito porque, además, recibí la noticia construyendo nuestro primer laboratorio en Kenia. Dejé de ser 'el chico que hace brazos en su habitación' a los ojos de la prensa para convertirme en alguien que está haciendo algo para mejorar la sociedad" comenta Guillermo. La entrega de la próxima edición del galardón, que premia el talento y el desarrollo joven, tendrá lugar en julio. 

"Dejé de ser 'el chico que hace brazos en su habitación' para convertirme en alguien que está haciendo algo para mejorar la sociedad"

"El reconocimiento y el altavoz que ha supuesto el galardón han sido clave. Las donaciones aumentaron, la gente interesada en colaborar también y gracias a ellos, dos años después, seguimos creando iniciativas juntos, como charlas en colegios o teambuildings en empresas. Formar parte de la asociación es formar parte de una familia", apunta el premiado.

Ayúdame3D se financia principalmente con donaciones de voluntarios, pero también participan en mercadillos solidarios vendiendo los famosos 'Helpis', unos graciosos juguetes solidarios fabricados también con las impresoras. Además, comercializan "los trofeos más chulos del mercado" para certámenes y concursos de empresas e instituciones. 

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Sobre la presentación de candidaturas, Guillermo anima a que "si hay alguien que está valorando presentarse, que lo haga, si lo ha hecho y ha perdido, que vuelva a hacerlo". El joven, que, ganó el galardón con 25 años en su segundo intento, cree que 'representarse' fue "valorar lo que hace por la sociedad". "Aunque sean proyectos que cuestan, mientras haya gente ayudada, te conviertes en un candidato válido al reconocimiento de la asociación", asegura el fundador. 

"Actualmente existe una demonización de los jóvenes, dicen que somos superficiales, pero yo siempre defiendo que generalizar es un error. Vas a encontrar gente joven que no tiene interés por nada con 20 años, pero también con 35 y 50. Es importante impulsar gente con iniciativa, buscar talento en estas generaciones y motivar a los niños y niñas que creen que no lo tienen", concluye el empresario.