Dentro de un Bachillerato único en el mundo con Víctor Ullate: "Estudiar artes escénicas te da herramientas para la vida en general"

El coreógrafo y bailarín Victor Ullate, durante una clase de danza a los alumnos de segundo de Bachillerato del Ágora Madrid International School
El coreógrafo y bailarín Víctor Ullate, durante una clase de danza a los alumnos de segundo de Bachillerato del Ágora Madrid International School
José González. 
El coreógrafo y bailarín Victor Ullate, durante una clase de danza a los alumnos de segundo de Bachillerato del Ágora Madrid International School

Víctor Ullate hace estiramientos frente al espejo de la sala de baile mientras espera a que lleguen los alumnos de su primera clase del día. Son las doce de la mañana y a los estudiantes de segundo de Bachillerato les toca danza clásica. "Me encanta la docencia", reconoce el prestigioso bailarín mientras se rodea los tobillos con las manos. El vacío del aula, hasta entonces únicamente ocupada por las barras, los altavoces, barras de ballet y un piano en la esquina, empieza a llenarse con la llegada de los estudiantes, ya cambiados con maillots y medias. "¡La coleta!", recuerda Ullate a una de las alumnas que entra con la melena sobre los hombros. Por la puerta asoma la cabeza otra adolescente que le comenta que le duele la espalda y que no podrá bailar hoy. "No pasa nada, te quedas aquí y nos ves dar la clase. Mirando también se aprende", le dice el profesor.

Se escucha de fondo a un estudiante cantar a pulmón acompañado de una guitarra en una sala contigua, la de canto. En el pasillo una profesora dice haber "perdido a los guionistas por el camino". Por las escaleras corretean niños que vuelven del recreo, y enfrente del aula hay una alumna haciendo piruetas mientras espera a que sus compañeros estén preparados para arrancar la clase. "Ese brazo déjalo abierto. Eso es, como un ventilador. La cabeza seca", ordena Ullate mientras la joven, que tendrá entre 17 y 18 años, gira sobre su propio eje manteniendo la mirada en un punto fijo. Se ve reflejado en ellos, dice el coreógrafo. "Ves en sus ojos lo que tú vivías con esta profesión cuando empezaste".

Ullate, como su padre, es un gran referente de las disciplinas del teatro musical y la danza. Ha protagonizado decenas de musicales como La Bella y la Bestia, Cats, Grease, West Side Story o Cantando Bajo la Lluvia. Pero ahora ha decidido centrarse en nuevos proyectos más enfocados a niños y adolescentes. Entre ellos, el del único Bachillerato Internacional del mundo que ofrece la rama de Artes Escénicas y Cine, en el Ágora Madrid International School. A media hora del centro de la capital madrileña, en la localidad de Villaviciosa de Odón, este centro educativo que acoge a unos 500 niños de entre 3 y 18 años ofrece desde hace tres años una alternativa más artística para los dos últimos años antes de la universidad. "Dirigí durante muchos años una escuela superior de artes escénicas, y ahí me di cuenta de que cuando llegaban los chavales no tenían preparación, de que había un vacío entre el colegio y la universidad", cuenta Ullate.

El coreógrafo y bailarín Víctor Ullate, durante una entrevista para '20minutos'.
El coreógrafo y bailarín Víctor Ullate, durante una entrevista para '20minutos'.
José González.

La idea de la iniciativa nació al comentarle ese vacío a los responsables del colegio en el que está matriculado su hijo, que es precisamente el Ágora Madrid International School. "Nos dijeron si queríamos hacer una rama nueva, y decidimos meterlo en el Bachillerato porque nos daba mucha más rienda suelta a la hora de crear nuestro propio programa", explica mientras muestra con entusiasmo y orgullo los espacios interactivos, abiertos y de estilo nórdico que predominan en el centro. Hay una sala de cine, otra de canto, una de danza cerca de la de teatro y varios espacios insonorizados con todo tipo de instrumentos. No muy lejos está el laboratorio donde una veintena de alumnos dan clases de física. Porque, al fin y al cabo, sigue siendo Bachillerato, y hay una serie de asignaturas troncales regladas que tienen que impartir aparte de las más artísticas. 

La diferencia de este centro, cuenta Ullate, es que los profesores que imparten cine, danza, teatro o plástica son docentes en activo, pero también especialistas de cada una de las asignaturas. La iniciativa ha tenido un inmenso recibimiento desde el primer curso que se hizo en 2020, año crítico para adentrarse en nuevos proyectos. "Ahora ya estamos cumpliendo el tope de alumnos, que es 18 por aula —celebra el profesor—. ¿Quién no quiere tener una titulación que les permita irse por el mundo a estudiar? Tenemos exalumnos en AMDA, en Londres, en Berckley… Creas o no, lo que hace este Bachillerato es abrirte las puertas a todo. Y eso es maravilloso". 

Quienes optan por esta vía suelen ser estudiantes con la inquietud de querer estudiar algo relacionado con las artes escénicas. "Evidentemente, el Bachillerato Internacional es muy exigente, pero tienen esta opción para ver si realmente quieren dedicarse a ello y hacia dónde tirar", afirma Ullate. La oferta de materias es, además, muy variada. Hay clases de cine en las que trabajan "todos los roles", desde la labor del operador de cámara, pasando por la iluminación, el sonido, o la dirección. Se estudia canto, danza clásica, claqué, jazz, literatura o composición musical. 

Víctor Ullate durante una entrevista para '20minutos'.
Víctor Ullate durante una entrevista para '20minutos'.
José González.

Para expresarse en público, quitarse miedos o transformarlos, coger seguridad en uno mismo o conocer el propio cuerpo. "Estudiar artes escénicas te da herramientas para la vida en general", sostiene Ullate. "Te hace ser más empático con la sociedad, ponerte en el lugar de otras personas. Es también un trabajo en equipo, en el que cada uno tiene su eslabón en la cadena", añade. Él mismo lo ha visto con sus alumnos. La transformación de cuando llegan en primero de Bachillerato a cómo salen al graduarse es notoria. "Es alucinante. Llegan muy introvertidos o con muchos miedos de comunicarse. Poco a poco vamos rompiendo esas frustraciones, y de repente surge gente con mucho talento. Es darles las herramientas para que el día de mañana tengan una base maravillosa para poder empezar una universidad de artes", relata el bailarín.

"Cinco, seis siete, ocho". La clase ha empezado con las indicaciones de Ullate, que chasquea con los dedos el ritmo de cambio de los movimientos. En el techo de la sala de baile cuelgan luces, focos y micrófonos, que parece que floten sobre los estudiantes mientras bailan. "La danza clásica sirve para poder pisar el escenario con agilidad. La estabilidad se coge bailando", había asegurado el profesor apenas minutos antes. Siempre hacen una obra de teatro para final de curso, y este año los alumnos han elegido Los siete pecados capitales, de Kurt Weill y Bertolt Brecht, una sátira ambientada en el París de los años treinta del pasado siglo. Lo harán, además, adaptándola al cine y en formato musical. "Ellos componen la música, hacen la coreografía, el texto… la grafaturgia. Yo dirijo, y después lo juntamos todo", cuenta.

Víctor Ullate en una clase de danza clásica.
Víctor Ullate en una clase de danza clásica.
José González.

¿Docencia o dirección? Ullate no sabría elegir. "Me gusta todo. Me encanta la docencia, me emociona verlos crecer y madurar. Pero también me encanta salir al escenario. Va en el mismo carro, yo creo". En los niños y adolescentes ve la ilusión de las primeras veces, de acercarse a las artes escénicas en un momento en el que todavía todo es nuevo. "Es precioso", reconoce. "Pero me encantan los mayores también, porque ya puedes meterte más en profundo en ciertos temas". 

Aunque, por ahora, sus siguientes proyectos están hechos por y para niños. "Quiero centrarme en esto porque he decidido hacer una compañía de teatro para niños, 'Crescendo'. La filosofía es que crezcan dentro del ámbito teatral y rescatar los clásicos de la literatura universal y adaptarlos a teatro musical con composiciones nuevas", detalla, avanzando que ya están preparando Clown Quijote de la Mancha,  una adaptación de la obra de Cervantes para el público familiar, de Antonio Muños de Mesa y Olga Margallo. 

"La vida se nos puede hacer demasiado larga si no tenemos estos hobbies"

Mientras nos alejamos, el bailarín prosigue con su clase entretanto los alumnos siguen los movimientos a través del espejo. "Vamos con segunda", ordena. La música envuelve el aula y en el edificio hay niños y adolescentes de todas las edades correteando de un lado para otro. En tres horas la mayoría volverá a sus casas, y quizás alguna tarea será distinta a la que suelen tener los alumnos de bachillerato en otros centros. Solo aquí se puede estudiar la rama artística unida a un Bachillerato Internacional. De aquí saldrán cineastas, dramaturgos, bailarines, cantantes y actores. O no. Quizás simplemente integrarán las habilidades como un pasatiempo que les acompañará toda su vida. Porque, como dice Ullate, "la vida se nos puede hacer demasiado larga si no tenemos estos hobbies. Las artes escénicas dan alegría de vivir". 

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