Decenas de huesos hallados en un galeón en Galicia revelan una nueva perspectiva de cómo era la alimentación

Reconstrucción artística del galeón Nuestra Señora de las Maravillas, construido en 1647
Imagen de archivo de un galeón.
Allen Expedition
Reconstrucción artística del galeón Nuestra Señora de las Maravillas, construido en 1647

Un equipo internacional de científicos, liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado reconstruir la historia del galeón San Giacomo di Galizia -también conocido como Santiago-, un buque de guerra construido en Nápoles que naufragó en 1597 en el estuario de la ría de Ribadeo, en Lugo.

Según la información difundida por el propio CSIC, el análisis de los 78 huesos de animales recuperados del pecio ha permitido confirmar la importancia del ganado que iba a bordo de los barcos. También se ha estudiado la cerámica utilizada en la navegación del siglo XVI y, de forma concreta, su influencia en la alimentación y en la forma de vida de sus tripulantes.

Mediante un comunicado, este centro de investigación informa de que el yacimiento subacuático de los restos del Santiago, o el Pecio Ribadeo I, es un caso excepcional para estudiar un navío de guerra del siglo XVI en aguas territoriales españolas. Este ofrece "una ventana al pasado" y permite conocer el tipo de ganado del que se alimentaban los marineros o el tipo de cerámica utilizada para almacenar agua y conservar alimentos.

"Gracias al estudio de los artefactos sumergidos, la revisión de documentos históricos y los análisis espectroscópicos, los investigadores se aproximan como nunca a las actividades ocurridas a bordo del navío, durante su breve período de servicio en la Armada española, desde su construcción en un astillero de Nápoles alrededor de 1590 hasta su naufragio en 1597", añade la nota.

Los resultados de esa investigación, liderada por las científicas Ana Crespo Solana y Marta Moreno García, del Instituto de Historia (IH-CSIC); y Sagrario Martínez Ramírez, del Instituto de Estructura de la Materia (IEM-CSIC), han sido presentados en la revista Heritage, concretamente en un número monográfico especial sobre la vida a bordo de barcos de los siglos XVI al XIX.

"Una nueva perspectiva"

De acuerdo con la nueva publicación, este naufragio y otros de la misma época representan un valioso patrimonio histórico-arqueológico que ha recibido una atención limitada desde la perspectiva de la investigación subacuática, aunque su estudio proporciona "nuevas perspectivas sobre los contextos históricos y materiales de los siglos pasados", dijo Crespo.

La científica, especializada en historia y arqueología submarina, subraya que estos estudios "ofrecen una riqueza de datos significativos sobre la cultura material de la época, las dinámicas a bordo, las prácticas marítimas, las redes comerciales, los comportamientos y los conocimientos náuticos, así como el subsiguiente desarrollo y transformación de los sitios arqueológicos, los cuales se convierten en cápsulas históricas del tiempo".

En este caso, el estudio de los 78 huesos asegura que los restos corresponden a diferentes porciones cárnicas de vacas, corderos, cerdos, un ganso e incluso merluza, lo que sugiere el papel fundamental del ganado como fuente primaria de proteínas para la tripulación.

Según Moreno, el mayor número de desechos de vaca frente a las otras especies apunta a que el vacuno fue una fuente importante de proteínas para la tripulación. Además, la identificación de partes de animales con menor valor cárnico, como cráneos y extremidades distales de las patas, plantea la posibilidad de que se transportara ganado vivo para su posterior procesamiento a bordo.

Ebullición y guiso

Los patrones en la carnicería, como la frecuencia y ubicación de marcas de troceado en porciones pequeñas y manejables, indican a los científicos que los métodos de cocción más habituales eran la ebullición y el guiso. Además, los datos de envejecimiento denotan el probable consumo de carne tierna de vaca y cordero, indicando diferencias entre la alimentación de los oficiales de alto rango y el resto de la tripulación.

Por último, la recuperación de un tarsometatarso de ganso, un hueso sin rendimiento cárnico, supondría la presencia de aves de corral vivas a bordo, mientras que una vértebra de merluza se relacionaría con la provisión de pescado seco.

Asimismo, los análisis arqueométricos y químicos de las cerámicas, artefactos y restos óseos de fauna del yacimiento, han permitido a Ramírez, especialista en materiales del IEM-CSIC, reconstruir el itinerario de navegación del galeón. Combinado con el registro arqueológico y la documentación histórica, ahora se puede afirmar que el buque partió de Nápoles y pasó por Cádiz y Lisboa antes de hundirse en Galicia.

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