En un tablón de madera de casi medio millón de años, se esconden muchos más secretos de los que, a priori, podemos imaginar. Este tesoro arqueológico, considerado la estructura de madera construida por humanos más antigua del mundo, ha sido encontrado en Zambia, por un grupo de científicos de la Universidad de Liverpool y Aberystwyth.
Como ocurre con casi todos los hallazgos excepcionales, los esquemas de lo que se sabía hasta entonces se rompen, y a menudo, lo que se creía que fue, deja de ser. En este caso, el descubrimiento de esta madera sugiere que los humanos comenzaron a fabricar y usar herramientas mucho antes de lo que se pensaba.
Una obra de humanos antiguos, con lenguaje propio
Datar la edad de las piezas de madera no fue sencillo. Para lograrlo, el equipo utilizó una técnica de luminiscencia, con la que midió la radiactividad natural de los minerales del sedimento que cubre la madera, para determinar cuándo estuvo expuesta a la luz solar por última vez. Así fue como situaron la estructura en 476.000 años.
Esta información, aunque no ha permitido a los investigadores saber con exactitud qué especie humana antigua fabricó la estructura, sí ayuda a entender la complejidad cognitiva que, necesariamente, tenían las personas que la construyeron, que, muy probablemente, tuvieron que usar el lenguaje.
Geoff Duller, profesor de Geografía y Ciencias de la Tierra en la Universidad de Aberystwyt, fue uno de los miembros del equipo que realizó el descubrimiento en 2019, y asegura que los primeros fósiles de Homo Sapiens datan de hace 300.000 años en Israel, por lo que esta, tuvo que ser obra de una especie mucho más antigua de humanos.
No eran nómadas, construían 'casas' de madera
Hasta ahora, creíamos que nuestros ancestros prehistóricos usaban herramientas sencillas de madera para hacer fuego y utilizaban palos para cavar y hacer lanzas. Sin embargo, este hallazgo confirma que estos primeros humanos dieron forma y unieron dos grandes troncos formando una estructura que, probablemente, compondría los cimientos de una vivienda o una plataforma.
Por lo que, más allá de la sorpresa que supone saber que esa especie de humanos ya tenían capacidad para construir y encajar troncos, este descubrimiento pone sobre la mesa una posibilidad hasta ahora impensable: que los humanos de la Edad de Piedra no eran nómadas.
Allí, en las cataratas de Kalambo, donde se han encontrado las maderas, estos humanos tenían una fuente perenne de agua, y el bosque que los rodeaba, probablemente les proporcionaría suficiente alimento para poder asentarse y construir estructuras en las que vivir.
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