Marruecos ha sufrido el peor terremoto de su historia en una zona en la que los temblores no son frecuentes. Sin ser del todo inesperados, ninguno había alcanzado nunca la envergadura de este. Los expertos podían esperar un seísmo en esa parte del mundo, pero no tan fuerte. En ese contexto y estando tan cerca de la península ibérica, ¿podría España sufrir un temblor de esta intensidad?
Con una magnitud de 6,8 en la escala Ritcher, el seísmo de Marruecos golpeó duramente el país el pasado viernes. Lo hizo de noche, lo que aumentó la intensidad de la tragedia al sorprender a la población durmiendo en sus casas. Su epicentro se produjo a ocho kilómetros de profundidad en la localidad de Ighil, situada a 63 kilómetros de la ciudad de Marrakech.
Miles de casas destruidas, aldeas enteras devastadas, un número indeterminado de cuerpos bajo los escombros... Es el resultado de una catástrofe que contabiliza ya casi 3.000 fallecidos y más de 5.500 heridos. Un balance de víctimas que va en aumento cada día. Y sus efectos han sido especialmente destructores en dos regiones: Al Hauz, donde se contabilizan 1.643 fallecidos por el momento, y Tarudant, donde el dato asciende ya a 976.
Según explica a 20minutos.es Samuel Biener, meteorólogo de Meteored, este tipo de catástrofes también podrían, perfectamente, darse en nuestro país: "España podría sufrir un terremoto de magnitud similar o incluso superior; de hecho, ya ha sucedido antes".
"Hay ejemplos de una magnitud parecida. En las rías bajas de Alicante, en 1829, hubo un terremoto de magnitud 6,6 que dejó arrasada toda la comarca. Después, en 1884, hubo otro en Granada con una magnitud de 6,5 que dejó más de 100 muertos entre las provincias de Granada, Málaga y Almería. Y el más mediático de los últimos años es el de Lorca", expone Biener.
Más de 5.000 muertos en 1755
El meteorólogo señala además otro importante seísmo que también sacudió la península ibérica: el ocurrido en Lisboa en 1755. Su epicentro se produjo en el océano, a 300 kilómetros de la capital portuguesa y, aparte de arrasar toda la ciudad y provocar más de 90.000 muertos, acabó afectando también a España. "Con una magnitud de entre 8,5 y 9, murieron hasta 5.000 personas en nuestro país", explica Biener sobre este suceso.
Este gran terremoto fue también devastador por el consiguiente efecto que estos fenómenos pueden provocar: los tsunamis. "El tsunami generado por el terremoto de Lisboa golpeó el sur de Portugal, el Golfo de Cádiz y la costa africana", asegura el experto, lo que hizo aumentar el número de víctimas: "Se calcula que en total murieron más de 100.000 personas".
Aunque con menor fuerza, del mar Mediterráneo también pueden llegar estos efectos. "En Baleares, en 2003, se registró un tsunami en Mallorca debido a un terremoto de magnitud 7 en Argelia y que registró una alteración de casi un metro en el nivel del mar", cuenta Biener, quien incide en que este tipo de catástrofes pueden causar grandes daños en paseos marítimos, embarcaciones y zonas costeras.
Terremotos y tsunamis, los grandes olvidados
Ante estos escenarios, el meteorólogo opina que, tanto los terremotos como los tsunamis, son los grandes olvidados de las catástrofes naturales que se pueden producir en nuestro país: "Cuando pensamos en riesgos naturales en España pensamos en la sequía o en inundaciones como las que han pasado con la DANA, pero los terremotos y las erupciones volcánicas también son riesgos posibles".
"Aunque el terremoto de Lorca nos recordó, nos hemos olvidado de que esto puede ocurrir aquí. La Península, aunque se olvida, se encuentra en una zona de contacto entre la placa Euroasiática y la placa Africana. En esta zona de contacto también hay microplacas y eso es lo que produce la sismicidad", asegura Biener.
A pesar de este movimiento constante de placas en nuestro territorio, hay zonas que son aún más propensas que otras a sufrir un terremoto. Es el caso por ejemplo del sur peninsular o de los Pirineos: "De Cádiz hasta Levante hay una falla bastante activa, todos los días se producen terremotos, aunque no son sentidos. También en el Pirineo hay una zona de contacto y los movimientos son frecuentes, aunque la mayoría son de baja profundidad".
"Marruecos nos ha recordado que, a pesar de que los terremotos que se producen aquí no sean altos, no podemos descartar un gran terremoto", expone el experto sobre este asunto.
¿Estaría España preparada?
Con todos estos ingredientes, hay diferencias claras entre un terremoto de gran magnitud en España y uno en Marruecos. Tal y como cuenta Biener, los mapas de peligrosidad sísmica hacen que las edificaciones aquí tengan que estar, por normativa, "preparadas para soportar magnitudes sísmicas", aunque aclara que hay muchas viviendas antiguas en las que esto no se cumple.
"En Marruecos este terremoto ha sido muy destructivo porque allí las casas están hechas de adobe y eso es imposible que pueda soportar un terremoto. Si se produjera un terremoto de magnitud similar en España los daños serían menores, aunque también serían importantes", cuenta.
El meteorólogo señala además que ha habido otro componente clave a la hora de analizar la dureza de este seísmo en el país vecino: que la población no sabe actuar ante uno de estos fenómenos. "Hay vídeos en los que se ve que la gente hacía lo peor que se puede hacer, quedarse en las calles estrechas y atropellarse los unos con los otros", indica.
Por ello, Biener afirma que es clave la información y la divulgación de cómo afrontar estas catástrofes. "El Instituto Geográfico Nacional recomienda estar debajo de una cama y quedarnos agachados si se produce un terremoto", explica el experto, quien también aconseja intentar salir a una zona despejada, si es posible, donde el riesgo de caída de cascotes sea menor.
En cualquier caso, Biener insiste en que son importante las tareas de prevención y educación que se puedan realizar en este aspecto. "En España se llevan a cabo pocos simulacros de terremotos como hacen en Japón y la prevención puede salvar vidas", concluye.
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