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Qué requisitos tiene que cumplir una playa para ser accesible: "Hay que buscar la máxima autonomía de la persona"

Playa de Poniente, en Benidorm
Playa de Poniente, en Benidorm
Joaquín Reina / Europa Press
Playa de Poniente, en Benidorm

Ir a la playa es una de las actividades por excelencia del verano, sin embargo, las personas con discapacidad se enfrentan a mayores dificultades que el resto a la hora de acceder y disfrutar de este servicio, ya que no siempre las playas reúnen las adaptaciones necesarias, ya sean físicas o cognitivas, tales como baños accesibles, pasarelas hasta el mar, elementos técnicos como sillas anfibias, señalética con pictogramas o personal de asistencia.

Apenas existe legislación en España sobre accesibilidad en playas. La Orden TMA/851/2021, de 23 de julio, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y la utilización de los espacios públicos urbanizados, obliga a las comunidades autónomas a disponer de puntos accesibles en estos espacios. Sin embargo, las competencias recaen en los ayuntamientos, quienes deciden, en base a criterios propios, instaurar adaptaciones en sus playas urbanas.

La bandera azul

Sin una normativa específica que garantice los criterios de accesibilidad que deben cumplir todas las playas, sin excepción, el único referente que sirve como guía para las personas con discapacidad y sus familias es la bandera azul, un distintivo que concede anualmente la Fundación Europea de Educación Ambiental (FEE, por sus siglas en inglés) a playas y puertos que cumplen con una serie de estándares de calidad. Para otorgar este galardón, se realiza una valoración de cinco áreas: información y educación ambiental, calidad del agua, defensa natural y regeneración de espacios litorales, gestión ambiental y seguridad y servicios. Dentro de este último, se encuentra la accesibilidad para personas con movilidad reducida, un requisito que cumplen más de 600 playas en España, que puedes consultar en esta web.

La Guía de Interpretación de los Criterios Bandera Azul, actualizada este año, establece los requisitos que deben cumplir las playas para conseguir este distintivo. Según este documento, las playas deben disponer de puntos accesibles para todas las personas conforme a la normativa estatal vigente (Orden TMA/851/2021) y la normativa autonómica vigente de cada región. "Consideramos que, incorporando los criterios de accesibilidad en las playas, se estimula el pleno disfrute y participación de las personas con discapacidades en las actividades y servicios ofertados", aseguran.

"La aspiración y recomendación de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) es que todas las playas Bandera Azul lleguen a contar con facilidades para las personas con discapacidades o con movilidad reducida, que les garanticen el acceso a la arena, a la información, a los WC y a otros servicios, e incluso al baño", aseguran. No obstante, el único criterio que se establece en la guía es que al menos una de las playas del municipio disponga de "acceso accesible y sanitarios adaptados", excepto en "los casos en que la topografía claramente no lo permita". Además, comparten una recreación de una playa adaptada que, afirman, "puede servir de fuente de inspiración":

Esquema de la recreación de una playa adaptada que puede servir de fuente de inspiración
Esquema de la recreación de una playa adaptada
Accessrec Europe / FEE

Por otro lado, la guía incorpora diferentes criterios obligatorios de accesibilidad, elaborados por ADEAC, en colaboración con la Fundación ONCE. También enumera distintos factores recomendados, en este caso, a tener en cuenta para obtener una Mención Especial en materia de Accesibilidad. Entre los requisitos obligatorios, se encuentran:

  • La información sobre los accesos y los servicios accesibles debe estar disponible en el Panel de Información de la playa, en la Oficina Municipal de Turismo y en la página web accesible del Ayuntamiento.
  • Señalización: los accesos e instalaciones accesibles deben estar convenientemente señalizados. Además, en todo itinerario accesible, las personas deberán tener acceso a la información necesaria para orientarse de manera eficaz durante todo el recorrido.
  • Aparcamiento: deberán reservarse y señalizarse las plazas para el estacionamiento de los vehículos de las personas con movilidad reducida. Estas plazas estarán conectadas con el itinerario peatonal accesible de acceso a la playa y, como mínimo, existirá una por cada cuarenta plazas o fracción.
  • Itinerario peatonal: debe ser accesible, incluyendo pavimento, rebajes en las aceras, pasos de peatones y rampas.
  • Pasarelas accesibles: deberán contar con unas medidas específicas que permitan el giro, cruce y cambio de dirección también a personas usuarias de silla de ruedas y con bordes laterales de un color contrastado.
  • Puntos accesibles: se prolongarán hasta alcanzar la orilla del mar, cuando esto sea posible, mediante "pasarenas" que cumplan con las dimensiones mínimas legales. Existirá una continuidad en la accesibilidad, desde el itinerario peatonal de acceso hasta el agua. 
  • Silla anfibia y productos de apoyo: las playas deben incorporar una silla anfibia (o productos de apoyo similares) homologada, así como muletas anfibias. Además, contarán con chalecos de flotación especiales.
  • Aseos, vestidores y duchas accesibles: el aseo accesible debe localizarse en la misma playa o a menos de 100 metros y debe estar correctamente señalizado. Además, deben existir cambiadores inclusivos y, en caso de que la playa cuente con vestidores y duchas, al menos 1 de cada 10 o fracción debe ser accesible.

La discapacidad intelectual, la gran cuenta pendiente

Aunque se presupone que todas las playas con bandera azul son accesibles para personas con discapacidad, la realidad es que esto no se cumple siempre. Pablo, padre de Aiuri, una niña con espina bífida que utiliza silla de ruedas, asegura que "muchas tienen la bandera azul y el símbolo de accesibilidad, pero no lo son porque no tienen pasarela hasta el final, sillas anfibias, aparcamientos con plazas reservadas para personas con movilidad reducida o un puesto de atención". Así lo confirma también Francesc Romeu, abogado y especialista en Accesibilidad Universal y Diseño: "Todas las playas con bandera azul cuentan con elementos de accesibilidad, pero no son siempre 100% accesibles".

El siguiente paso es entender la accesibilidad en todo su espectro

Además, el experto en accesibilidad menciona la importancia de que, "en las valoraciones para considerar ‘playa accesible’ y dar este distintivo, deberían estar consideradas las respuestas a todo tipo de discapacidad". Y es que, según Romeu, la discapacidad intelectual es la gran cuenta pendiente. Por ejemplo, asegura, los baños públicos suelen estar adaptados a la discapacidad física, pero "una persona con discapacidad intelectual tiene que saber dónde está el baño, cómo entrar y salir, saberse localizar allí dentro...etc". En este sentido, como ejemplo de accesibilidad universal menciona la playa de Villajoyosa, en la que "toda su cartelería está puesta en pictogramas y con lectura fácil", pero esto, admite, "no sucede casi nunca. El siguiente paso es entender la accesibilidad en todo su espectro".

¿Qué requisitos deberían cumplir las playas?

Según Romeu, para que una playa sea accesible para todas las personas con discapacidad debe cumplir, primero, con los requisitos DALCO: Deambulación, Aprehensión, Localización y Comunicación. "La persona debe poder transitar, moverse, saber dónde está y a dónde va...", asegura.

Por otro lado, deben contar con instrumentos que hagan accesible el baño: "Cada vez se desarrollan más y mejores herramientas para garantizar que la gente entra en el agua con toda la seguridad. En el aspecto físico, existen multitud de elementos, como sillas anfibias, pero también para personas ciegas, por ejemplo. Muchos ayuntamientos están implantando aplicaciones móviles que te dicen dónde estás en cada momento o a cuántos metros está la arena… El objetivo es buscar la máxima autonomía posible de la persona".

No obstante, Romeu admite que, pese a los avances, sigue siendo difícil que una persona con discapacidad pueda disfrutar de la playa de forma completamente autónoma. "Puedes llegar hasta la arena, pero para entrar al agua necesitarás asistencia seguro porque, además, el mar tiene el añadido del peligro de ahogamiento", señala. De esta forma, el especialista en accesibilidad considera fundamental que estas playas cuenten con baño asistido: "Hay un elemento fundamental, que es la formación de la gente, profesionales atentos, que sepan cómo tienen que asistir y cuándo hacerlo. A una persona con silla de ruedas la ves, pero a una persona sorda o a un niño con autismo no, y eso tienen que controlarlo para posibles situaciones de emergencia que puedan ocurrir".

No es caro gestionar pictogramas intuitivos, adaptar en lectura fácil, implantar herramientas técnicas, y eso facilita mucho la vida de la gente, con o sin discapacidad

Mejorar en accesibilidad, señal de calidad

Pese a que aún queda un camino por recorrer en materia de accesibilidad en las playas, Romeu considera que España es un ejemplo para otros países. De hecho, nuestro país lidera el podio de banderas azules, con un total de 627 este año. "Todo es mejorable, pero existe mucha implantación de medidas de accesibilidad en playas, estamos en un nivel notable. Esto es así porque, además de la parte social, los ayuntamientos se han dado cuenta de que les interesa como fuente de ingresos por el turismo", comenta.

Además, insiste el experto, implantar todas estas medidas de accesibilidad "no supone una inversión cara y tiene mucha repercusión en la seguridad y calidad del servicio". "No es caro gestionar pictogramas intuitivos, adaptar en lectura fácil, implantar herramientas técnicas, y eso facilita mucho la vida de la gente, tanto la que tiene una discapacidad como la que no", añade.

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