Allá tú con Jesús Vázquez, El Grand Prix con Ramón García... y, ahora, Password. Sí, el concurso del legendario 'Abril-Cerral' también ha vuelto en estas vacaciones de verano. A Antena 3, en formato XL de prime time y con nueva y empoderada presentadora, Cristina Pedroche. De hecho, ella misma se ha autopresentado a grito pelao al iniciarse el show: "de la mano de ¡La Pedroche!". Verbalizándolo con una sonrisa que no sólo ha llenado toda su cara, sino toda la pantalla. 

Una expresividad que delata la incontrolable felicidad de la adrenalina de, por fin, tener un espectáculo propio. Mientras tanto, detrás del decorado, esperaban los dos primeros invitados del concurso, Miki Nadal y Dabiz Muñoz. 

Nada más aparecer Miki y Dabiz por la escalinata de la escenografía, la complicidad de los tres juntos ya sobrepasaba los márgenes de las luces del plató. También traspasaba la curiosidad del público, sintiéndose como si se colara en una fiesta de amigos en casa de la propia Cristina. Muy inteligente arropar el estreno con la confianza de un buen amigo afianzado en el plató de Sé lo que hicisteis y Zapeando y de su marido.

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Pero, tampoco seamos ingenuos, un concurso de televisión es más complejo que sacar el Rummikub del mueble del salón. No es suficiente con el buen rollo de estar en familia bien avenida. El buen presentador debe ordenar tempos e ideas, incidir en la solemnidad de cada prueba, apuntar esa peculiaridad del participante y guiar allá donde es fácil perderse ante la adrenalina del juego. Pedroche lo hace. Está atenta cuando se percata de que la letra clave de la ronda final se olvida. Y la subraya para que los concursantes y, por tanto, el programa no se enquisten.

Aunque, sobre todo, Cristina Pedroche ha revolucionado Password con una arrolladora energía que es pegajosa, pues contagia al espectador felicidad incontrolable. Ese poderío de su alegría no es lo que los puristas sentenciaron que era un buen presentador, algunos incluso la criticarán porque verán una exageración de entusiasmo, pero sólo define el triunfo social de Pedroche: es una más, hasta en su manera de ni poder ni querer disimular el nervio del jolgorio de estar viviendo ese momento que tanto ansiabas, que tal vez piensas que tardó en llegar y que ya, a estas alturas de la historia, no vas a permitir que la contención de las expectativas merme poder disfrutarlo a tu manera. 

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