La inflación lastró la atención de Cáritas a personas vulnerables en 2022 a pesar de la inversión récord

Un niño y su madre junto a dos técnicos de Cáritas en la sede del Centro de escucha de Cáritas Guadalajara.
Un niño y su madre junto a dos técnicos de Cáritas en la sede del Centro de escucha de Cáritas Guadalajara.
CÁRITAS ESPAÑOLA
Un niño y su madre junto a dos técnicos de Cáritas en la sede del Centro de escucha de Cáritas Guadalajara.

La inflación y el aumento de las necesidades que, por ende, necesitó la población más vulnerable provocó que, en 2022, Cáritas atendiera a 53.000 personas menos que el año anterior. Según la memoria anual presentada este miércoles, la ONG atendió a 1.559.882 personas dentro de España, frente a las 1.612.972 de 2021. Una diferencia que, según ha explicado la secretaria general de la organización, Natalia Peiro, responde al aumento de la inflación y a que las intervenciones fueron el año pasado "más complejas y más alargadas en el tiempo". 

El dato contrasta, además, con el de la inversión récord que Cáritas hizo durante 2022: 457,2 millones de euros para acompañar a un total de 2,8 millones de personas dentro y fuera de España, lo que supone un aumento del 13,4% respecto al año anterior. Más allá de la inflación, el hecho de que el número de personas atendidas fuera de 53.000 personas menos que en 2021 tiene también dos otras explicaciones, según Peiro. 

Por un lado, que 2022 fue el año en el que ya se estaba saliendo de la pandemia, por lo que había menos personas en situación de vulnerabilidad, en parte, por las políticas de escudo social que se fueron desplegando, como el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Así se refleja en los datos comparados con 2019: entonces se atendió a 1,4 millones de personas; número que en 2020 se disparó hasta las 1,8 millones y que, desde entonces, ha ido en descenso, aunque todavía sin alcanzar los niveles anteriores a la crisis sanitaria.

 "Y luego, por causa de la crisis. Cáritas tampoco puede expandirse sin fin. Porque la atención y los acompañamientos que se realizan han sido los que han podido ser", ha detallado la secretaria general de la ONG. 

Con todo, la crisis humanitaria provocada por la guerra en Ucrania que estalló en febrero de 2022, y las dificultades de las familias para mantenerse a flote por el impacto de la subida del coste de la vida marcaron la labor de la organización el año pasado. "Esta situación, tanto en el ámbito local como mundial, ha acrecentado la pobreza y la desigualdad", ha asegurado Peiro durante la presentación del balance de actividades. 

220.000 personas necesitaron ayuda para la vivienda

La vivienda, por ejemplo, fue una de las mayores dificultades. Esa crisis inflacionaria ha provocado que muchas familias tengan que dedicar prácticamente todos sus ingresos a costear los castos de la vivienda. "Un pozo sin fondo", según Peiro, quien ha señalado que ello supone "hacer renuncias" y renunciar a cubrir otras necesidades que también son básicas. 

En concreto, 220.000 personas necesitaron ayudas para pagar el alquiler (120.000) o costearse los gastos de los suministros de la vivienda (100.000). Apoyos para los que Cáritas destinó en total 54 millones de euros el año pasado. Igualmente importante fue la partida destinada para las ayudas para el consumo de alimentos básicos: 385.000 personas recibieron el año pasado las tarjetas monedero de la ONG, que destinó 46 millones de euros a cubrir esos gastos, aun así, insuficientes. 

Así lo ha resaltado Peiro, quien ha alertado de que, si bien a comienzos de año una persona que recibía una tarjeta monedero de 80 euros podía cubrir la compra básica para dos semanas, a lo largo de los meses esa suma de dinero ya alcanzaba solo para los bienes necesarios de una semana. "Un ejemplo que sitúa la inflación como uno de los problemas más serios de la sociedad (...), y que está poniendo en peligro el proceso de recuperación de todas las crisis que hemos sufrido", ha subrayado. 

Más dinero para la creación de empleo

En el informe de este miércoles también se aportan datos sobre los proyectos de empleo que impulsa la organización. "Cáritas quiso seguir apostando en 2022 por esa creación de empleo como una prioridad principal", ha aseverado Peiro, quien ha resaltado también que el año pasado lograron aumentar los recursos invertidos en estos programas de "economía solidaria". En total, 117,5 millones de euros para los itinerarios de inserción sociolaboral y las empresas de inserción, que permitieron atender a un 11,7% más e personas en búsqueda de empleo que en 2021. 

Los otros programas que más recursos implicaron en 2022 fueron los de personas en situación de sin hogar (38,8 millones de euros), personas mayores (35 millones) y los de familia, infancia y juventud (29,6 millones).

Cooperación internacional

Más intenso fue el esfuerzo que tuvieron que hacer fuera de las fronteras, sobre todo debido a la invasión rusa de Ucrania, que ha provocado el desplazamiento forzoso de un tercio de su población. El año pasado se destinaron más de 23,6 millones de euros y se atendieron a más de 1,2 millones de personas, un 26% más que el año anterior y la cifra más alta de los últimos cuatro años. En Ucrania se apoyó a 48.084 personas, y a 7.883 personas que buscaron refugio en los países limítrofes.

"A la par hemos seguido con nuestra labor en otros 40 países de América, Asia, Medio Oriente, Norte de África, y África Subsahariana de una manera estable y consolidada", ha constatado la secretaria general. 

Propuestas para el 23-J

Con la vista puesta en las próximas elecciones generales del 23 de julio, Cáritas ha aprovechado también para exponer las peticiones que han hecho a los distintos grupos políticos para que las incluyan en sus programas electorales. Una serie de iniciativas para prevenir la exclusión residencial, consolidar el derecho a la buena administración, mejorar las políticas de empleo, crear un sistema integral de cuidados, garantizar las oportunidades de las personas migrantes más allá del mercado laboral, reforzar la protección de las víctimas de violencia machista y una política de cooperación internacional. 

Pero, para la organización, la más imprescindible tiene que ver con la regularización de las personas en situación irregular en España. "Es una realidad que atrapa a muchísimas personas en una situación sin salida. Los esfuerzos del escudo social no sirven de nada si hay personas que no cuentan con los derechos plenos para poder trabajar y participar de muchas cuestiones de la sociedad", ha concluido Peiro.

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