Sánchez trata de sobreponerse a los malos augurios demoscópicos y Moncloa ve posible la remontada: "Nos separa un 3% del PP"

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en la Moncloa este lunes.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en la Moncloa este lunes.
Eduardo Parra / Europa Press
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en la Moncloa este lunes.

No hay tiempo para el pesimismo en Moncloa. A menos de cinco semanas para las elecciones generales del próximo 23 de julio, el equipo del presidente -y candidato- Pedro Sánchez ve posible la remontada para ganar los comicios. Repiten como un mantra que la "mejor encuesta" fueron las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo, en la que los socialistas quedaron tres puntos porcentuales por detrás del PP, una distancia a la que ven factible dar la vuelta. Todo, pese a que todas las encuestas apuntan a una holgada ventaja de Alberto Núñez Feijóo.

La consigna dentro del palacio presidencial es clara: hay partido. Miran, para sostenerlo, la que a su juicio es "la mejor encuesta". Es decir, los resultados del pasado 28 de mayo. El resultado fue pésimo para los socialistas en cuanto a la pérdida de poder institucional se refiere, pues en siete autonomías el PP suma mayoría -o bien absoluta, o bien con Vox-. En el cómputo global, el PP cosechó algo más de siete millones de votos, el 31,53%. El PSOE, por su parte, se quedó con 6.291.812 papeletas, el 28,12%. Una diferencia de casi tres puntos y medio, una distancia que ven recuperable el próximo 23 de julio.

Un estrecho colaborador del presidente, además, apunta que es "el margen de error" de cualquier encuesta, minusvalorando así la gran distancia que dan las encuestadoras en las muestras que se han ido haciendo públicas en las últimas semanas. Tanto Sociométrica como SigmaDos, por ejemplo, dan al PP de Feijóo un resultado de entre el 32,6% y el 34,1% -135 y 141 escaños-, lo que le permitiría sumar con Vox. En la última encuesta realizada por el Instituto DYM para 20Minutos, los 'populares' lograrían un 30,6% de los votos -entre 127 y 131 asientos en el Congreso- y Vox, y un 14,6% -entre 45 y 49-. La suma de ambos superaría la mayoría absoluta, marcada en 176 escaños, en la horquilla alta. Los datos que manejan en Ferraz también ven al PP con 140 escaños.

El discurso de la remontada no es nuevo. Sin ir más lejos, la ministra portavoz Isabel Rodríguez señaló la semana siguiente a los comicios municipales y autonómicos que el PSOE tenía "mucho margen de recuperación". Pero sí se ha intensificado ahora. Sin ir más lejos, lo hizo suyo el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, este lunes. En una entrevista en TVE, insistió en que la distancia de los 'populares' fue de "tres puntos" y dijo confiar en la "remontada". "El Partido Socialista ha demostrado en más de una ocasión que es un partido de hacer esa remontada", lanzó.

Que lo diga el expresidente, además, no es baladí, pues en el PSOE hay una querencia por querer emular una hazaña de Zapatero. En las elecciones autonómicas y municipales de 2007, el PP derrotó al PSOE por 155.000 votos -en las de 2023, la diferencia fue de más de 760.000-. Mariano Rajoy ya se veía en la Moncloa, un síntoma que también deja caer Alberto Núñez Feijóo. Pero tuvo que esperar cuatro años más, porque en las elecciones generales del siguiente año Zapatero logró que el PSOE remontase y ganase las mismas con una diferencia de un millón de votos.

Además, en el PSOE saben que su talón de Aquiles es la movilización, que ahora roza el 60%. La pérdida de voto fue de 400.000 papeletas que "se quedaron en casa". Para ello, apelarán a la gestión del Gobierno y también cree que les favorecerá los pactos que el PP y Vox han ido ya sellando a nivel municipal y autonómico. Las últimas elecciones demostraron que el miedo a Vox ya no es suficiente para movilizar al electorado de izquierdas. Sin embargo, que lleguen a tener consejerías y poder de decisión puede ser clave, a ojos de los socialistas. O, también, cuando tienen polémicas con temas como la violencia de género. Es el caso del candidato de Vox a la Comunidad, Carlos Flores. El PP le vetó y no formará parte del Consell, pero irá en las listas de Vox para las generales.

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