Llega el verano y, con él, la subida de las temperaturas que, en general, se prevé que vayan a ser las más altas de los últimos años. Mientras que buscamos formas de refrescarnos y sobrevivir a un par de meses calurosos, nuestras mascotas también se ven afectadas por el cambio de estación.
De hecho, el verano es una de las estaciones más complicadas para nuestros peludos ya que, tanto perros como gatos, pueden sufrir también los famosos golpes de calor. No obstante, evitarlo y facilitar a nuestros compañeros caninos y mininos una forma de refrescarse cuando lo necesiten no es una tarea tan complicada.
Mientras que en el caso de los perros se habla mucho de los paseos y las horas a las que salir, parece que cuando hablamos de proteger del calor a nuestras mascotas nos olvidamos un poco de los gatos (quizás por esa fama de independientes y de no parecer estar por casa, que tienen), pero la realidad es que ellos, a veces, también necesitan nuestra ayuda y cuidados.
Los gatos son muy sensibles al calor y frío extremo ya que no disponen de un sistema de regulación térmico que les ayuda a gestionar su temperatura corporal (como por ejemplo el que tenemos nosotros, a través de la sudoración). Pero, ¿cómo podemos ayudarles a refrescarse durante los días más calurosos del verano?
Necesitan tener siempre a disposición agua fresca
Aunque parece muy evidente, es muy importante que nuestros gatos dispongan de agua limpia y fresca e incluso incluir un par de hielos a su bebedero si tenemos la posibilidad, para que el agua se mantenga durante más tiempo aún fresquita.
La hidratación es un tema importantísimo para nuestros mininos, ya que, al igual que nosotros, están compuestos en su mayor parte por agua, lo que quiere decir que, especialmente en los meses de verano debemos evitar la deshidratación y asegurarnos de que están bebiendo lo habitual (dos vasos de agua al día como mínimo en un gato adulto y sano).
Mojarles sin meterles debajo del grifo
Otra buena forma de refrescar a nuestros gatos es mojarles, aunque, cualquier tutor minino podrá confirmarlo, a la gran mayoría de nuestros pequeños felinos no les gusta el agua y menos meterse bajo el grifo del lavabo o la alcachofa de la ducha. Sin embargo, hay otras formas de mojarles sin necesidad de hacerle pasar por esa experiencia tan incómoda.
El truco esta en utilizar toallas o paños mojados los cuales podemos utilizar para diferentes funciones. La primera y más importante, es para refrescarles el pelaje. Podemos pasárselos por el cuerpo de forma suave para ayudarles a pasar menos calor, especialmente pasándoselos por las patitas (almohadillas), que es donde tienen las glándulas sudoríparas, por debajo de la barbilla o por las axilas y la barriga.
También podemos utilizar las toallas húmedas y frescas (no empapadas) para dejárselas en las zonas donde les gusta echarse o en sus refugios, de esta forma, si nuestro gato siente mucho calor, puede tumbarse sobre ellas y bajar un poco su temperatura corporal.
Polos y heleados, el entretenimiento perfecto
Los hielos, además de poder refrescar su bebedero, pueden servirnos también a modo de juguete, ofreciéndoselos para que se entretengan jugando con ellos y, de paso, para ir refrescándose. De hecho, un truco para que les llame la atención es crear nuestros propios polos para gatos, utilizando, por ejemplo, su comida húmeda favorita.
Para crear un rico helado o polo felino, tan solo tendremos que pasar por la batidora su latita de comida húmeda, añadir un poco de caldo de pollo sin sal u otro ingrediente, mezclarlo todo y rellenar la hielera y a esperar a que se congelen.
Crea lugares frescos en casa
Otra forma sencilla de ayudar a nuestros gatos a refrescarse en verano es proporcionarles lugares frescos en casa, es decir, sitios donde puedan tumbarse a la sombra, donde no les de el sol directamente. Un buen consejo es que bajemos las persianas o echemos las cortinas, especialmente durante las horas de más calor, de forma que evitemos que se recaliente nuestra casa.
Además, también podemos proporcionarles refugios frescos y cubiertos, como por ejemplo, si cuentan con un árbol para gatos, es muy posible que tengan un pequeño refugio donde no les da el sol y al que le podemos añadir una toalla húmeda, o, si no, simplemente ofrecerles una caja de cartón donde puedan meterse y alejarse de los rayos del sol.
En verano no debemos olvidar los cepillados
Aunque se trata de un cuidado rutinario y fundamental para mantener una buena salud en nuestros gatos, el cepillado también se vuelve una herramienta muy útil contra el calor durante el verano.
Cepillando a nuestros mininos les estamos ayudando a deshacerse del pelaje de invierno, lo cual va a permitirles estar más frescos de por sí pero, además, si mojamos un poco el cepillo con agua antes, también le estaremos ayudando a refrescarse.
¿Y una piscina?
Aunque los gatos no sean muy amigos del agua, si tenemos un jardín, patio o terraza, podemos improvisar una pequeña piscina para él y ver si quiere interactuar con ella, ya que depende mucho del carácter del gato y de cómo haya sido su periodo de socialización.
Podemos comprar la típica piscina de plástico para bebés o utilizar un barreño o recipiente lo suficientemente grande como para que nuestro gato se pueda meter. Empezaremos llenándolo con muy poquita agua (unos dedos, para que pueda al menos meter en remojo sus patitas) y, poco a poco iremos echando más, según veamos de atrevido a nuestro minino.
No obstante, siempre debemos asegurarnos de no echar demasiada agua, ya que nuestro gato debe de ser capaz siempre de tocar el fondo de la piscina con sus patas, ya que de lo contrario podría asustarse y suponer una experiencia negativa que nos costará muho revertir.
Comentarios