Cómo detectar un golpe de calor en loros y qué hacer para ayudarles a regular su temperatura

Tres loros conviviendo en el centro Avetropic.
Tres loros conviviendo en el centro Avetropic.
AVETROPIC
Tres loros conviviendo en el centro Avetropic.

De la misma manera que nosotros nos adaptamos a la subida de temperaturas (sacando la ropa de verano y montando los ventiladores en casa), debemos pensar que también es momento de adaptar a nuestras mascotas a este cambio, especialmente si queremos evitar problemas de salud habituales como los golpes de calor.

Se habla mucho de este problema en perros, los cuales salen a la calle y se exponen más a que les ocurra, pero no podemos olvidarnos de otros animales que siempre están en el hogar, como por ejemplo los loros, a los que solemos mantener siempre en un mismo espacio.

¿Está su jaula, voladera o habitación acondicionada para las altas temperaturas? Que les incida la luz del sol directamente o que no tengan ningún método de refrescarse son factores que pueden influir a la hora de que nuestros pequeños emplumados sufran un golpe de calor.

Por lo tanto, es importante saber cómo podemos evitar que esto ocurra y, también, identificar los síntomas, ya que las aves son expertas en camuflar un estado de debilidad y, por ello, debemos saber muy bien qué signos presentan antes de sufrir un golpe de calor y cómo ayudarles a salir de esa situación, antes de que sea demasiado tarde.

Síntomas de golpe de calor en loros

Cuando un loro está acalorado, podemos saberlo a través de diferentes formas. "Primero, por el tacto", afirma Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas que viven en condiciones de cautividad. "Si tocamos las plantas de sus patas o el pico, las notaremos más calientes de lo habitual".

"Su forma de transferir el calor pasa por las patas y el pico, ya que no disponen de mecanismos como la sudoración, por lo tanto, a través de estas extremidades y también con el jadeo, expulsan el calor de su cuerpo", detalla el experto.

Por lo tanto, también si vemos que nuestro loro jadea o respira con dificultad "con la lengua un poco fuera", es que está intentando liberar calor. "Esta es una señal inequívoca de que su temperatura es mayor de lo normal y, aunque puede no llegar a ser peligroso, debemos ponerle remedio por si sí lo fuera".

Otra forma de identificar que nuestro loro está pasando calor es por su postura corporal, según cuenta Valls: "Suelen mostrar las plumas más erizadas, como más separadas del cuerpo, para que se transfiera el calor del interior al exterior. Para ello, separan las alas un poquito de su torso, las ahuecan, sin llegar a abrirlas".

No debemos refrescarles de forma extrema, ya que un cambio de temperatura tan repentino podría provocarles un shock

"En mayor o menor intensidad, estos van a ser los signos que muestren nuestros loros, por lo que, tan pronto veamos estos signos, debemos ayudarles a refrescarse y reducir su temperatura corporal", recomienda Valls. "Lo primero que debemos hacer es trasladarles a un lugar más fresco de la casa, ya que es probable que se encuentren en un espacio donde haga mucho calor, o bien por los rayos del sol, que les incida directamente, o porque simplemente la temperatura es alta".

A veces con cambiarles a una estancia más fresca es suficiente, pero si no lo es, debemos seguir ayudándoles a que bajen su temperatura corporal. "Podemos humedecer una toalla y colocar al animal encima, para que repose sus patas encima de la superficie mojada", explica el experto en psitácidas. "También sirve si nos mojamos las manos y se las humedecemos nosotros directamente, e incluso humedecerles la zona de debajo de las alas, donde tienen menos densidad de plumas".

"No debemos refrescarles de forma extrema, metiéndoles bajo el grifo o con agua muy fría, ya que podría un cambio de temperatura tan repentino provocarles un shock", añade Valls. "Utilizando agua del tiempo y haciéndolo de forma gradual deberíamos poder ayudarles".

En cualquier caso, si notamos que nuestro loro está muy acalorado, jadea con mucha intensidad o, simplemente dudamos de la gravedad de su estado, "podemos ir refrescándoles de camino al veterinario, donde podremos asegurarnos de que todo esté bien", concluye el experto.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento