¿Cuál es el objetivo de Coca-Cola con el proyecto Mares Circulares?Crecer de forma sostenible, teniendo un impacto positivo en las sociedades en las que está presente y disminuyendo su impacto medioambiental. Esto se materializa en la estrategia de sostenibilidad llamada This is forward, que se publica en 2017 y establece una serie de compromisos muy concretos en seis áreas de actuación donde todos nuestros grupos de interés esperan de nosotros un impacto. Mares Circulares se enmarca dentro de la estrategia de envases, donde tenemos un compromiso de ir disminuyendo el impacto medioambiental de nuestros envases y fomentando su economía circular. Comenzamos reduciendo todos los materiales innecesarios o difíciles de reciclar, aligerando cada vez más nuestros envases para emplear menos materia prima, incrementando el material reciclado y ayudando a que cada vez las tasas de recogida de envases sean mayores.

¿El objetivo es que las botellas sean de plástico 100% reciclado?Actualmente, todas nuestras botellas de PET tienen al menos un 50% de plástico reciclado. Algunas de ellas ya tienen el 100%, como el envase de medio litro, que además de ser de 100% de PET reciclado, también incorpora una última innovación que son los tapones unidos a la botella a través de una argolla para evitar que esos tapones se pierdan en el canal de reciclaje. Además, esos tapones se fabrican ahora con menos materia prima de la que se fabricaban antes, con lo cual está dentro del objetivo de reducir su huella de carbono y cada vez tener menos impacto medioambiental. Nuestro objetivo final es que el 100% de nuestros envases de PET estén hechos al 100% con PET reciclado en el año 2030.

¿Qué limitaciones encuentran para que los envases sean 100% reciclados?Es un proceso para llegar a nuestro objetivo final, que es disminuir el plástico virgen de origen fósil en el año 2030 y que todo sea procedente de PET reciclado o de origen renovable. Todos estos nuevos desarrollos van de la mano de nueva tecnología, de innovación y de transformación de sectores. Son avances que tienes que ir incorporando en tu cadena de valor para ir cometiendo todos estos objetivos. 

De la información recabada durante estos primeros cinco años del programa Mares Circulares, ¿qué conclusiones extraen?El balance es muy positivo porque aprendemos mutuamente entre todos los que formamos parte del proyecto. Empezamos a nivel interno disminuyendo el impacto medioambiental de nuestros envases, impulsando los envases rellenables y reutilizables, nuevos modelos de llegada del consumidor final incluso sin envase. Pero Mares Circulares forma parte de un compromiso externo, es un proyecto medioambiental muy ambicioso, en red, con 1.263 entidades colaborando en toda la Península Ibérica. Las tres entidades medioambientales principales son Vertidos Cero, Chelonia y Fundación Ecomar. 

El proyecto se apoya en tres pilares.El proyecto se divide en tres áreas de actuación, la primera es lo urgente, que son limpiezas en playas, puertos y reservas marinas. Al año se limpian 100 playas y 21 reservas marinas, participan 17 puertos y 125 barcos. Respecto a la sensibilización medioambiental, más de 73.000 personas han sido concienciadas y formadas. Consideramos esta parte del proyecto la más importante porque por mucho que recojamos, si seguimos tirando, seguirá habiendo residuos y el problema no se solucionará. La última parte es la mirada hacia el futuro, y es el impulso de la economía circular de los residuos marinos. Esto lo hacemos fomentando mucho la innovación a través de unos concursos para estudios universitarios y otro para start-ups.

Los especialistas dicen que lo más importante es no generar residuos y me cuenta que se está trabajando para llegar al consumidor sin envase. ¿Cómo se administraría un producto de Coca-Cola sin envase?Irías con tu envase a un dispensador que te ofrecería una calidad estupenda, te lo llevarías y te lo beberías y lo volverías a rellenar. En el futuro, idealmente, nuestros envases estarán hechos de material que sea 100% reciclado, que estén ecodiseñados, es decir, que pueda convertirse en otro envase. Para algunas ocasiones de consumo tendrá que haber un envase físico y para otras, pues a lo mejor puede haber un envase rellenable, reutilizable, porque podamos recogerlo y volver a servir, como es el caso de nuestra botella de vidrio rellenable de hostelería, que vuelve a nuestra fábrica en el mismo cajón en el que se distribuye, se lava y se vuelve a llenar. Eso ocurre un mínimo de 25 veces. [En el futuro] tendrán más peso los rellenables y estos modelos de llegar al consumidor sin envase. 

Esto implica una gran transformación.Creo que estamos en un momento de gran transformación interna. Tenemos un compromiso de ser neutros en carbono a nivel corporativo y a nivel global en el año 2040. Eso implica a toda nuestra cadena de valor: ingredientes, envases, transporte, fábricas, equipos de frío... También a nuestros proveedores, pero tenemos que ayudarles. Los envases para nosotros son el 43% de esa huella de carbono y tenemos que actuar desde que se extrae la bauxita para hacer el aluminio de las latas. Tenemos que pedirles compromisos también a nuestros proveedores para que ellos también se descarbonicen y ayudarles en todas las dificultades que puedan tener, porque el 93% de nuestras emisiones son indirectas y necesitamos que en 2023 tengan electricidad renovable, planes de descarbonización y que vayan compartiendo con nosotros la evolución.

¿Y cuál es la respuesta de los proveedores?Que sí, desde luego. Cada dos meses, nuestro departamento de compras se reúne con ellos, va viendo las dificultades que van teniendo, que son de muchos tipos: acceso, por ejemplo, a electricidad renovable. Pensábamos que esto no iba a ocurrir así en el 2020, pero con la crisis energética incluso en países europeos ocurre. Organizamos sesiones de trabajo donde cada uno va compartiendo su experiencia. Otras dificultades vienen por la inversión, pues necesitan nueva tecnología y dinero para esta, pero no lo tienen. En esos casos, nosotros hemos negociado con nuestro banco a nivel internacional para conseguirles condiciones de financiación más favorables para sus inversiones en descarbonización. Son ejemplos de cómo tenemos que ir de la mano.

¿Qué destacaría de las start-ups a las que premian?La innovación y las ganas. Es muy satisfactorio ver que estamos juntos. Entre ellos aprenden y eso es muy motivador. Esto es un mundo en transformación y estamos transformándonos todos. Estamos en un momento apasionante y hay cabida para quien tenga buenas ideas y sea capaz de ponerlas en marcha. 

¿Contemplan volver al casco retornable de la botella de litro y medio?En muchos países europeos está el sistema de depósito de envases. Nosotros queremos que se recoja el equivalente al 100% de los envases que pongamos en el mercado para 2030, es decir, queremos colaborar a que las tasas de recogida se incrementen. 

¿Qué nota le pondría a la sociedad española en materia de reciclaje?Las tasas oficiales de recogida que tenemos son las de Ecoembes y Ecovidrio. A pesar de que son porcentajes por encima del 70%, creo que tenemos cabida para llegar al 100%. Tenemos todos mucho que hacer, empezando por nosotros como individuos hasta empresas, organismos públicos, privados... todos.

¿Qué le diría a esas personas que siguen sin separar la basura porque creen que luego se junta todo?Es la excusa fácil, pero desde luego tenemos que reciclar, no hay otra manera. El futuro, como no seamos sostenibles, no será. Tenemos que empezar por nosotros mismos, cualquier cosita pequeña que reciclemos en nuestras casas tiene un impacto. No hay pasos pequeños, el que cada uno de nosotros reciclemos en casa tiene mucha importancia.