Sánchez echa el resto en Doñana pese a que el PSOE asume que el choque con Moreno tendrá coste electoral en la zona

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en su visita a Doñana el pasado jueves. Imagen de archivo.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en su visita a Doñana el pasado jueves. Imagen de archivo.
Francisco J. Olmo / Europa Press
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en su visita a Doñana el pasado jueves. Imagen de archivo.

"Doñana no se toca". Es la frase que, por activa y por pasiva, llevan días repitiendo dirigentes del PSOE. Sobre todo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ve cómo el plan de regadío del PP, que puede acarrear una sanción de la Comisión Europea, le vuelve a dar oxígeno en una semana en la que se ha consumado una imagen de división nunca antes vista en la coalición: la del partido grande modificando una ley nuclear para el pequeño sin su apoyo y gracias a los votos de la bancada 'popular'. Todo ello, pese a que el PSOE asume que puede tener cierto coste electoral en los pueblos en los que residen los beneficiados por el plan de Juanma Moreno, presidente andaluz.

El Parlamento de Andalucía ya aprobó la toma en consideración de una proposición que legalizaba 1.605 hectáreas de invernaderos en el entorno del parque en febrero del año pasado. Así lo permitieron los votos a favor de PP, Ciudadanos y Vox y la abstención del PSOE. No obstante, no se llegó a tramitar por el adelanto electoral de Moreno, que sacó absoluta y volvió a presentar una proposición similar este año. El texto inició su camino legislativo el pasado 12 de abril. Esta vez, con el rechazo de los socialistas, que han optado por ir al choque contra Moreno.

De hecho, el mismo día en el que se debatía en el Parlamento andaluz, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, salió en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para advertir de que podrían llevar el texto al Tribunal Constitucional cuando se aprobara. El Gobierno adoptará, dijo, "todas las medidas que sean compatibles con la Constitución y el Derecho europeo para defender lo que creemos que es el interés de la conservación" y "para defender el Parque Nacional de Doñana".

No obstante, en los últimos días el conflicto se ha elevado todavía más. El pasado domingo, fue el colofón de su discurso en la convención municipal que los socialistas celebraron en Valencia. Frente a más de 4.000 asistentes, criticó la "arrogancia y el empecinamiento" de Moreno por el "atropello" al paraje natural. "Ni el negacionismo de Vox ni la soberbia del PP de Andalucía van a salvar Doñana", apuntó desde el atril.

Esta semana, el presidente se ha referido a la polémica durante cuatro días seguidos. Visita incluida, porque el jueves desembarcó en Huelva para hacer una declaración institucional. "Hago un llamamiento a la rectificación, a abandonar posturas soberbias y a volver al camino de la legalidad europea y al que la ciencia nos marca", señaló el presidente en una comparecencia sin preguntas. Con su visita, Sánchez dijo querer dar "testimonio" del "compromiso de España" con la "restauración" de Doñana, algo que ha solicitado hacer "con las instituciones que tienen las competencias, como la Junta de Andalucía".

El presidente, que pidió el voto telemático, se ahorró así también estar en el Congreso el día de la votación de la reforma socialista de la ley del 'solo sí es sí', una imagen nada agradable para la coalición. De hecho, así lo escenificaron todos: mientras el PP aplaudía a raudales, Irene Montero e Ione Belarra observaban cariacontecidas y la bancada socialista callaba. En el mitin del día siguiente, Sánchez no se refirió a la reforma de la ley del 'solo sí es sí', pero sí a Doñana. Desde Toledo, volvió a pedir a Moreno una rectificación.

Con este señalamiento directo al presidente andaluz, Sánchez también trata de opacar a Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP. Ya lo ha hecho en otras ocasiones en las que ha entrado en confrontación directa con la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso. Para paliarlo, el líder de la oposición también viajó el jueves a Doñana, donde puso en cuestión el compromiso del Ejecutivo con Doñana y prometió desarrollar las infraestructuras allí pendientes desde 2018.

De telón de fondo, las elecciones del próximo mes. Andalucía, como Galicia o Cataluña, no tendrá comicios autonómicos al tener un calendario propio. Pero sí municipales. Es ahí donde el PSOE ve el posible coste electoral, especialmente en la zona donde habitan los agricultores que se verían beneficiados de la reforma de Andalucía. Aunque, en general, creen que no les pasará factura. Más aún, si tienen a su lado a la Comisión Europea, que ya ha advertido de posibles sanciones.

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