El enanismo hipofisario en perros es un trastorno endocrino debido a la falta de hormonas de crecimiento producidas por la glándula pituitaria, también conocida como hipófisis. Como resultado, los perros afectados tienen un crecimiento óseo y muscular reducido, lo que afecta a su aspecto físico y a su salud en general.
La hipófisis es una glándula endocrina ubicada en la base del cerebro, debajo del hipotálamo. Esta glándula, en forma de alubia, es la responsable de producir y liberar algunas de las hormonas que regulan el crecimiento, el metabolismo, la reproducción y otras importantes funciones corporales.
El enanismo hipofisario es un trastorno hereditario entre algunas razas puras comercializadas bajo manos inadecuadas y sin cuidar el historial de salud de los reproductores. Especialmente presente en el pastor alemán, esto ha provocado que las razas donde ha tenido algún tipo de intervención en su creación, también muestren mayor predisposición. Como ejemplos, tenemos el perro lobo checoslovaco y el perro lobo de Saarlos.
Este trastorno entre pastores alemanes está asociado a una mutación en el gen LHX3, localizado en el cromosoma 9. Otras razas con predisposición genética son los weimaraner, vizslas húngaros, los téckel, basset hound, corgis y caniches. También se ha documentado en terriers tibetanos.
Sin embargo, sus causas no solo pueden ser autosómicas y también pueden causarlo tumores, infecciones, quistes o una deficiencia de alimentación y cuidados durante su desarrollo en la etapa más crítica de gestación y de recién nacidos.
La apariencia de un perro con enanismo hipofisario es muy notoria y son claramente más pequeños de lo que corresponde para su edad, con extremidades cortas y cabeza grande en relación con el cuerpo. Muestran un pelaje de cachorro que no muda al de adulto, presentan parches de calvicie, suelen tener falta de piezas dentales, articulaciones inflamadas y patas arqueadas e incluso pueden presentar mayor lentitud cognitiva que otros cachorros o perros de su misma edad.
Además, pueden tener otros problemas de salud, como debilidad muscular, insuficiencia renal y mayor susceptibilidad a infecciones. Sin tratamiento, los perros que padecen enanismo hipofisario tienen una esperanza de vida muy corta, de apenas cuatro o cinco años.
Los perros afectados por enanismo hipofisario suelen requerir atención veterinaria especializada para controlar sus síntomas y prevenir complicaciones. El tratamiento incluye terapia de hormonas de crecimiento para reponer aquellas que no produce de forma natural, suplementos nutricionales y medicamentos para controlar los problemas de salud específicos.
Es importante que los titulares de perros con enanismo hipofisario comprendan la naturaleza de esta afección y trabajen con su veterinario para desarrollar un plan de tratamiento adecuado. En caso de adquirir un perro de las razas con predisposición genética a través de criadores profesionalizados, estos deben entregar documentación validada por un veterinario de que no utilizan perros con antecedentes familiares de enanismo hipofisario en sus líneas de reproducción para evitar la propagación del trastorno. Para hacernos una idea del peso genético y su transmisión, de dos perros portadores de enanismo hipofisario, cada cachorro nacido de esta pareja tiene un 25% de posibilidades de desarrollar la enfermedad, y un 50% de posibilidades de heredar una copia del gen del trastorno y ser a su vez portadores de la mutación.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios