Cómo limpiar la tapicería de las sillas para dejarlas nuevas en poco tiempo

Cómo limpiar la tapicería de las sillas
Cómo limpiar la tapicería de las sillas
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Cómo limpiar la tapicería de las sillas

Con todo el tiempo que se ha pasado en casa durante el invierno, son muchos los que están aprovechando la recién estrenada primavera para dejar su hogar a punto. Y, en este proceso de limpieza, no hay que olvidarse de la tapicería de las sillas. A pesar de que estas son una parte fundamental del mobiliario, es habitual que no se les quite la suciedad con toda la frecuencia que se debería. Pero lo cierto es que es muy sencillo que queden relucientes.

Las sillas pueden ser de diferentes tipos, colores y materiales. Pero es un hecho que las de tela dan un toque de sofisticación a los espacios, por lo que es muy importante conservarlas en buen estado y aplicar los productos adecuados para ello. Sin embargo, puesto que se ensucian con relativa facilidad y para evitar que se manchen, hay quienes optan por recubrir la tapicería con una funda, con el objetivo de que se mantengan como el primer día.

Así, es conveniente aprender los trucos y consejos tan fáciles que se detallan a continuación y que son ideales para limpiar la tapicería de las sillas.

Pasos para limpiar la tapicería de las sillas

Aunque hay varios productos que se pueden utilizar para la tapicería de las sillas, uno de los más efectivos es el bicarbonato. Este permite hacer tanto una limpieza general, como una centrada en una zona determinada que esté muy sucia. Además, se puede usar sólido o disuelto en agua.

Se recomienda recurrir al bicarbonato sólido -en polvo-, sobre todo, para las telas que requieren lavado en seco, sin agua. En este caso, lo primero que hay que hacer es espolvorear una capa directamente en la silla, se deja actuar, como mínimo, una hora, y se retira con un cepillo suave o con un aspirador.

Si las manchas son difíciles y se hayan en telas que pueden mojarse, es posible disolver el bicarbonato en agua: se calienta un litro y se retira del fuego antes de que llegue a hervir. Se añaden dos cucharas del producto y se da vueltas hasta que se disuelva. A continuación, se extiende la mezcla con ayuda de un paño de microfibra: si se prefiere, se puede poner en una botella con difusor y aplicarlo directamente. Se deja que haga efecto durante unos minutos y, por último, se retira con un cepillo y aclara con un paño húmedo para evitar que queden restos o marcas.

Con qué productos se puede dejar impecable

Como se ha señalado con anterioridad, el bicarbonato no es la única opción. Otros excelentes limpiadores que se pueden aplicar en función del nivel de suciedad de la tapicería son los siguientes:

  • Vinagre. También vale para limpiar manchas. Tan solo hay que diluir una taza en dos de agua, aplicarlo con un paño por toda la superficie, esperar unos minutos, pasar otro paño humedecido solo con agua para minimizar el olor a vinagre, y dejar secar al aire.
  • Limón. Esto es muy efectivo, en especial, si las sillas son blancas y, por ende, se ensucian con más facilidad, dado que tiene propiedades blanqueantes. Así, se diluye el zumo de uno o dos limones en medio litro de agua, se aplica en la tela con un paño o botella con difusor, se deja actuar unos 15 minutos y se aclara con agua.
  • Sal común. Cuando se trata de manchas especialmente complicadas, puede mezclarse el zumo de limón con la sal –de forma que no quede demasiado líquido-, para conseguir que desaparezcan. Se vierte una pequeña cantidad sobre la tapicería, hay que esperar unos 10 minutos, se restriega con un cepillo y se retiran los restos con un paño húmedo.
  • Jabón líquido. Este es quizá el remedio más sencillo para dar un lavado general a la tapicería de las sillas, sobre todo, si son negras. Consiste en utilizar jabón líquido, ya sea de manos, lavavajillas o detergente líquido para la ropa. Antes de usarlo, hay que rebajarlo y mezclar una mitad de jabón por cada mitad de agua. Después, se vierte la mezcla en un paño, se pasa varias veces por la tela haciendo círculos para favorecer su penetración en las fibras del tejido y, cuando se borren las manchas, se retira el sobrante aclarando con agua.
  • Leche. Aunque puede ser sorprendente, este es un eficaz anti manchas, que debe ponerse en un cazo y llevarse a ebullición. Una vez que esté templada, con un paño de microfibra, se extiende por todo el asiento y el respaldo de la silla, o sobre la mancha y, antes de que se seque completamente, se repasa con un paño mojado en agua, para evitar un posible cerco.
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