Hace tiempo que está muy de moda, y no es de extrañar. Pero lo cierto es que el suelo de tarima flotante necesita que se limpie con cuidado para que luzca como nuevo. Su belleza y el ambiente tan acogedor que da al hogar es equiparable a lo delicado que es este material. De ahí la importancia de conocer los productos que se deben utilizar para cuidarlo y que conserve su brillo durante muchos años.

Se trata de una superficie de madera que se instala sobre un suelo base y que resulta muy atractivo y natural en cualquier estancia. En la actualidad, suele utilizarse madera tratada para que sean más resistentes y no se estropeen con facilidad. Sin embargo, aunque no es tan exigente como el parquet, es vital limpiarlo con frecuencia para que esté en perfecto estado.

Así, conviene conocer los sencillos consejos que se explican a continuación para limpiar la tarima flotante sin dañarla, en tan solo unos minutos.

Pasos para limpiar la tarima flotante

El primer paso para retirar la suciedad del suelo de tarima flotante es pasar la aspiradora o la mopa: no conviene utilizar el cepillo, ya que puede dejar más pelusas y polvo. Así tampoco se recurre a la fregona o a una bayeta húmeda.

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A continuación, hay que llenar un cubo con agua limpia y destilada. Es posible utilizar un friegasuelos normal, pero se debe escurrir muy bien la fregona, que tiene que estar limpia puesto que, de lo contrario, la suciedad podría estropear el proceso.

A la hora de pasar la fregona, hay que hacerlo en la misma dirección de las láminas de madera, para evitar que se introduzca agua y suciedad en los huecos. Es importante ejercer presión sobre el suelo para conseguir el mejor resultado.

Por último, no hay que olvidarse de volver a pasar la fregona con agua limpia para enjuagar el detergente. Si se sigue este método, es muy posible que la tarima flotante quede perfecta.

Con qué producto se puede dar brillo

Una vez que el suelo de tarima flotante está limpio, hay que proceder a sacarle brillo. Para conseguirlo, no es necesario recurrir a productos abrasivos ni abrillantadores, dado que estos lo ensuciarían. Tampoco es aconsejable pulir la superficie con cera.

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Lo mejor es escoger el vinagre de manzana: no solo es barato, sino que también puede encontrarse con facilidad. Lo único que hay que hacer es aplicarlo justo después de fregar. Se llena el cubo con agua caliente y un buen chorro de vinagre. Se moja la fregona en la mezcla y se pasa por la superficie en la misma dirección de las tablas de madera, haciendo hincapié en las que tengan menos brillo.

No obstante, hay que tener en cuenta que la mejor forma de mantener el suelo de tarima flotante en unas buenas condiciones es poner protectores en las patas de las sillas y mesas, usar alfombras, limpiar con los productos adecuados y quitarse los zapatos antes de entrar.