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Jordi Bascuñana: "La vida no es solo tener las necesidades básicas cubiertas, las personas con discapacidad tienen derecho a divertirse"

Viaje a Egipto de veinte miembros de la asociación y cinco monitores.
Viaje a Egipto de veinte miembros de la asociación y cinco monitores.
Cedida por Asociación Igualar
Viaje a Egipto de veinte miembros de la asociación y cinco monitores.

No han pasado ni veinticuatro horas desde que un grupo de miembros de la Asociación Igualar ha llegado a casa después de un viaje a Egipto. Los viajes son solo una de las actividades que ofrece esta asociación compuesta por personas con y sin discapacidad. “Lo ideal es la convivencia entre todos, con independencia de si uno tiene o no discapacidad. Eso es realmente la inclusión”, cuenta Jordi Bascuñana, miembro de la junta directiva, responsable de comunicación de la asociación y ciego. Además, la presencia de personas con discapacidad dentro de la organización facilita el trabajo porque “conocemos de primera mano sus necesidades”, apunta Jordi.

Igualar nació en 2008 gracias a un grupo de amigos con y sin discapacidad que creyeron que era importante crear una asociación “para impulsar el ocio accesible entre personas que necesitan ayuda por tener una discapacidad”, explica Jordi. 

La asociación ofrece viajes culturales de una jornada, de fines de semana o de una semana, tanto a destinos internacionales, como el caso de Egipto, como nacionales. Sin embargo el ocio no es solo viajar. Por ello Igualar ofrece también paseos, tertulias online, un club infantil y rutas de senderismo.

 En Igualar trabajan con todo tipo de discapacidades, pero la mayoría de socios tienen discapacidad visual. Así, por ejemplo, en las rutas de senderismo siempre hay un monitor que guía a las personas con discapacidad visual con una barra direccional a la que todos se agarran. Las rutas se hacen una vez al mes y normalmente en parajes naturales de la Comunidad de Madrid, pero como también hay socios de otras comunidades autónomas, hay viajes de fin de semana a un parque natural de otra zona del país.

Tenemos pendiente hacer cosas como clases de baile o iniciación a la escalada

"Al final las personas con discapacidad tienen más problemas para poder disfrutar de este tipo de actividades", recuerda Jordi. Los socios de Igualar no solo se apuntan a los planes que les ofrecen, sino que también hacen propuestas. Así, por ejemplo, el viaje a Egipto fue idea de una socia. Su propuesta tuvo éxito y han viajado veinte socios con cinco monitores. Gracias a ellos han podido estar unos días en El Cairo y otros de crucero por el Nilo. La misión de los monitores es ayudar en todo lo necesario: acompañarlos, ayudar a que se sitúen cuando llegan al hotel, a buscar dónde comprar o dónde cambiar dinero, a ubicarse en los bufés libres o decirles dónde están y qué están viendo cuando no están en una visita guiada. Las propuestas de los socios siguen llegando, "tenemos pendiente hacer cosas como clases de baile o iniciación a la escalada", cuenta Jordi.

La existencia de asociaciones como Igualar se hace necesaria porque falta ocio accesible. En opinión de Jordi, las barreras arquitectónicas siguen siendo un grandísimo obstáculo, así como que todavía haya lugares que se empeñen en no dejar entrar a los perros guía o las barreras mentales de algunos que siguen sin entender que las personas con discapacidad pueden hacer prácticamente de todo. "A menudo se olvida que la gente, además de necesitar ayudas para trabajar o vivir en buenas condiciones, necesita contar con actividades de ocio accesible para que su vida sea plena. En la vida, además de tener las necesidades básicas cubiertas, la gente tiene derecho a divertirse y socializar", concluye Jordi. 

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