Pescadores gallegos y asturianos recogen la contestación por las renovables contra los parques eólicos en las aguas que faenan

Protesta de pescadores en A Coruña contra la instalación de aerogeneradores en la costa gallega.
Protesta de pescadores en A Coruña contra la instalación de aerogeneradores en la costa gallega.
EFE
Protesta de pescadores en A Coruña contra la instalación de aerogeneradores en la costa gallega.

La contestación a los parques de energía renovable por parte de las comunidades donde se proyectan se está expandiendo en las últimas semanas de la tierra al mar. La aprobación por parte del Ministerio de Transición Ecológica de los planes de ordenación del espacio marino (POEM) que contemplan el emplazamiento de 19 zonas donde podrían construirse parques de eólica marina ha puesto en pie de guerra a los pescadores del cantábrico, especialmente de Galicia y Asturias -de la demarcación donde más áreas se han previsto- y ha provocado gran preocupación entre las empresas eólicas, que lamentan los mensajes "alarmistas" sobre una actividad que no será tan perniciosa como denuncian las cofradías. La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, intentó apaciguar las protestas con visitas de varios días a Galicia, donde llegó a prometer ayudas para las comunidades, pero sin éxito. Los pescadores volverán a protestar el sábado que viene, esta vez en Oviedo.

La polémica en torno a la eólica marina se origina con la aprobación de los POEM que por primera vez delimitan zonas -19, con una extensión total de hasta 5.000 kilómetros cuadrados, un 0,46% de la superficie total de las cinco demarcaciones marinas- en las que podrán construirse parques de eólica marina. Los planes se aprobaron con dos años de retraso y después de un minucioso proceso de negociación en el que el Ministerio y el sector eólico aseguran que se ha escuchado y se han tenido en cuenta las demandas de todos los sectores y en particular de los pescadores y estos denuncian que no han sido escuchados.

La mayoría de las zonas y la mayor dimensión de este espacio en el que podrán situarse los aerogeneradores se sitúan en la demarcación noratlántica, frente a las costas gallega y asturiana y sus cofradías de pescadores llevan semanas movilizados. El sábado pasado se manifestaron en A Coruña y el sábado que viene lo harán en Oviedo, frente a la Delegación del Gobierno.

"En Galicia no nos oponemos a la eólica marina, al contrario, pero sí a que se nos eche fuera de los mejores bancos de pesca que tenemos y pongan aerogeneradores", denuncia José Antonio Pérez Díez, presidente de la Federación Galega de Cofradías. Lamenta que las zonas donde podrá instalarse eólica marina en la costa noratlántica -que concentra el 48% de las zonas que también se reparten por otras tres demarcaciones- "nos cogen 300 caladeros los más importantes", de modo que es "la ruina total", "una aberración" en torno al lugar donde faenan la que afirman que es la principal flota de busques de España y de todo el sur de la UE.

Los pescadores afirman además que no han sido escuchados por el Ministerio a la hora de elaborar los POEM. Sostiene que han estado "años" ofreciendo información sobre la situación de los barcos, de su actividad y de las capturas, "y nos nos hicieron caso en nada". 

Concesiones a la pesca

Esta queja es rebatida tanto por el Ministerio, como por asociaciones ecologistas como por el sector eólico, que argumentan como muestra el resultado final de los POEM con respecto a la que fue la idea inicial. Para empezar, porque al principio se pensó en ubicar a la eólica marina en zonas de uso prioritario y terminaron siendo zonas de uso potencial, donde los aerogeneradores podrán convivir con otros usos, entre ellos la pesca. Si bien no del todo como existe hoy en día. "Lo que no se puede decir es que no vaya a tener ningún impacto en ninguna arte de pesca", concede el director general de la Asociación de Empresas Eólicas (AEE), Juan Virgilio Márquez, que afirma que los aerogeneradores serán "incompatibles" con la pesca de arrastre, una técnica que ya está bajo el radar de la UE, pero por motivos medioambientales.

No obstante, Márquez no oculta su perplejidad y también "gran preocupación" por las protestas de los pescadores gallegos y asturianos, con argumentos que considera que son poco "rigurosos" y no siempre totalmente veraces. "Cuando vemos las manifestaciones de los pescadores y las declaraciones tan rotundas de que [los parques eólicos marinos] van a dejar sin pesca no salimos de nuestro asombro porque creemos que son muy poco rigurosas y no sabemos lo que buscan".

Frente a lo que denuncian las cofradías, Márquez afirma que los pescadores han tenido una mayor interlocución con el Ministerio que el sector eólico. Ellos, dice, nunca se vieron con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y los pescadores lo hicieron dos veces. También organizaciones como Ecologistas en Acción afirmaban hace semanas que los POEM se habían retrasado tanto para acoger las demandas de los pescadores, que llevaron a que en las zonas destinado a ellas pueda haber otras actividades y a reducir en un 38% la superficie de las zonas donde podrán instalarse los aerogeneradores. 

En todo caso, la AEE advierte de que todavía faltan años para ello y que el hecho de que el Ministerio haya reservado para ello 5.000 kilómetros cuadrados no quiere decir que se vayan a llenar de molinos flotantes. "Todo el mundo tiene que ceder, nosotros también estamos cediendo", afirma Márquez porque, si los pescadores denuncian que van a perder sus mejores caladeros, el sector eólico considera que ha tenido que renunciar a zonas con mejores condiciones de viento.

Ribera no prevé cambios

Ya el día de la aprobación de los POEM por parte del Consejo de Ministros el pasado 28 de febrero, desde el Ministerio de Transición Ecológica admitían que el resultado final trataba de encontrar un equilibrio entre sectores con el que eran conscientes de que no se había logrado contentar totalmente a nadie. Semanas después, la protesta no cesa y en el departamento de Ribera oscilan entre la idea de que se veía venir y la sorpresa de la virulencia de los ataques contra los planes para la eólica marina. La teoría en el Gobierno es que, a pesar de meses escuchando ideas de los pescadores, estos se "debieron asustar" cuando vieron cómo quedó la ordenación final. 

Para intentar frenar sus protestas, Ribera estuvo varios días en Galicia días después de aprobarse los POEM y fue allí donde habló más claramente hasta el momento de las compensaciones que el Ministerio está estudiando para las comunidades donde se ubican los grandes parques renovables, tanto en tierra como en mar. 

"Es importante reconocer que hay un cambio de usos que impide que pueda desarrollarse alguna actividad y que eso requiere alguna compensación", dijo la vicepresidenta tercera en Santiago de Compostela a principios de marzo. En todo caso, el Ministerio estaba advertido porque en noviembre de 2021 cofradías y  armadores de Galicia, Asturias, Cantabria y Bizkaia firmaron el llamado Manifiesto de Burela en protesta por los planes de ubicar parques eólicos en zonas de pesca porque "no son compatibles con los usos existentes, ni con la escasa plataforma continental de estas costas", que aducen que es mucho más estrecha que, por ejemplo, en el Mar del Norte, donde ya hay eólica marina. "La pesca es una fuente de generación de empleo y fijación de población en el Cantábrico-Noroeste", decía el texto, que las propuestas tanto de las Administraciones como de empresas privadas "para la implantación de la energía eólica marina en nuestro caladero".

Con todo, el Gobierno no tiene en mente dar marcha atrás y hacer modificaciones en los planes de ordenación marina. "No se plantean", afirman fuentes de Transición Ecológica que mantienen la intención de seguir reuniéndose con el sector pesquero. En relación a Galicia, recuerdan que fue el Ministerio el que decidió no incluir una zona de eólica marina en Punta Langosteira, una de protección de biodiversidad, donde la Xunta quería instalar tres aerogeneradores marinos experimentales a 10 kilómetros de la costa, una distancia menor de la que finalmente se ha previsto en Galicia, donde la menor es de 14,5 kilómetros hasta 31,5.

El informe portugués

Como muestra del enconamiento que crece en torno a la eólica marina en el noroeste del país vale un botón. En los últimos días, las cofradías están esgrimiendo un estudio sobre los efectos que ha tenido para la pesca en Viana do Castelo, Portugal, la puesta en funcionamiento en 2020 de tres aerogeneradores de uso experimental. Según la Federación Galega de Cofradías, "despareció toda la pesca, no solo allí sino a 1,5 kilómetros de distancia". "Hay que ser riguroso y no se puede mentir", tercia Márquez desde el sector eólico y desliza datos: "el Instituto Nacional de Estadística de Portugal dice que la media de desembarcos de la lonja de Viana do Castelo entre 2019 y 2021 en el parque experimental ha crecido un 26%". "La sardina se incrementó un 85% y el congrio, la lubina o el lenguado no se ha visto nunca reducción, no tiene afección", añade.

Por su parte, el Ministerio sostiene que no hay ningún estudio científico que avale la teoría de que la eólica marina disminuye la pesca allí donde se ubica y, como el sector eólico, incide en que hasta al menos 2026 los parques eólicos no empezarán a tomar forma y no está previsto que empiecen a construirse después de pasar por trámites administrativos y el más complicado de todos, obtener una declaración de impacto ambiental, dado que en esta caso no será de aplicación el procedimiento abreviado que permite en tierra evitar este paso.

Ofensiva en el Congreso y el Parlamento Europeo

Los ecos de estas protestas en el noreste también llegarán al Congreso de los Diputados a al Parlamento Europeo de la mano de "ofensiva contra la implantación de eólica marina" que promueve en Bloque Nacionalista Galego (BNG). Su diputado nacional, Néstor Rego, espera el apoyo de su grupo parlamentario -el Grupo Plural- para presentar una proposición no de ley para instar al Gobierno a que "retire este Plan de Ordenación del Espacio Marino" en la demarcación Noreste, en la costa Cantábrico. También pedirá la comparecencia en el Congreso de Ribera y del Ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, así como del secretario de Estado de Medio Ambiente y del director general de Pesca, "para que informen a los grupos sobre lo que implica esta definición de espacios".

Su protesta es continuación del rechazo a lo que ya ocurre en la tierra, a que Galicia genere ya el 47% de la potencia eólica del todo el país cuando solo consume el un 60%. Ahora, extendida al mar, donde como las cofradías el BNG ve peligrar el sector pesquero y hasta 60.000 puestos de trabajo y el 5% del PIB gallego. La AEE 'contraataca' con la cadena de valor que generará la eólica marina, porque hasta el 75% de los componentes pueden fabricarse ya en España y crearía 7.500 empleos anuales durante el periodo 2025-2030. "Lo que no vamos a permitir es que se convierta en la pila del Estado", advierte Rego.

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