Amnistía pide prohibir el uso de balas de goma contra las protestas que causan decenas de muertes y miles de mutilados a nivel global

La joven de 19 años herida de un ojo durante la concentración contra el encarcelamiento de Hasel de este martes en Barcelona.
África perdió un ojo durante la concentración contra el encarcelamiento de Hasel.
Hugo Fernández
La joven de 19 años herida de un ojo durante la concentración contra el encarcelamiento de Hasel de este martes en Barcelona.

Fuerzas de seguridad de todo el mundo siguen haciendo uso "indebido" de balas de goma y de plástico para reprimir protestas pacíficas y causan "terribles lesiones y muertes". Solo en España esta polémica munición ha causado una muerte, la de Iñigo Cavacas, y 24 heridos graves. Así lo denuncia Amnistía Internacional en un nuevo informe sobre estas armas, publicado este martes, mediante el que reclama controles estrictos de su uso y un tratado global para regular su comercialización.

El informe, titulado 'Me estalló el ojo', publicado conjuntamente con la Fundación de Investigación Omega, se basa en investigación realizada en más de 30 países durante más de cinco años. En él se documenta cómo miles de manifestantes y transeúntes han sufrido mutilaciones y decenas han muerto debido al uso, "a menudo imprudente y desproporcionado", de armas menos letales con fines de cumplimiento de la ley, incluidos proyectiles de impacto cinético como balas de goma, así como a disparos de balines recubiertos de goma y granadas de gas lacrimógeno apuntados y disparados directamente a manifestantes.

"Creemos que es necesario introducir con urgencia controles de ámbito global y jurídicamente vinculantes sobre la fabricación y el comercio de armas menos letales (...) para combatir el ciclo de aumento de abusos", ha considerado Patrick Wilcken, investigador de Amnistía Internacional sobre Asuntos Militares, de Seguridad y Policiales.

El tratado global que solicitan debería de prohibir la producción y el comercio de armas y material abusivo, ha afirmado Michael Crowley, adjunto de investigación de la Fundación de Investigación Omega.

Un muerto y 24 heridos en España

Las fuerzas de seguridad en España también siguen usando las pelotas de goma que habrían causado en las dos últimas décadas, según el informe del organismo, la muerte de una persona, Iñigo Cabacas, por un disparo de la Ertzaintza, y 24 lesiones graves, incluyendo 11 casos de severas lesiones oculares, como ha documentado 'Stop Balas de Goma'.

Amnistía Internacional considera que las pelotas de goma deben estar prohibidas, por ser intrínsecamente imprecisas, y por el elevado riesgo de causar lesiones graves que su uso conlleva. Asimismo, asegura que han podido contribuir a la muerte de decenas de personas más en los episodios de Tarajal en 2014 y Melilla, en 2022.

Policías autonómicas, como los Mossos d’Esquadra o la Ertzaintza, reemplazaron las pelotas de goma por las balas de 'foam', cuyo uso también ha causado lesiones graves y se ha utilizado para dispersar multitudes, algo prohibido por los estándares internacionales. 

Amnistía Internacional pide suspender su uso para evaluar tras documentar cinco casos de lesiones muy graves ocasionadas por su uso: dos personas que perdieron un ojo, dos personas con traumatismo craneoencefálico severo y otra persona que perdió un testículo. 

Entre ellos está el caso de África, una joven que tenía 19 años cuando el 16 de febrero de 2021, durante las protestas en Barcelona por la entrada en prisión del rapero Pablo Hasel, recibió un impacto de una bala de ‘foam’ por parte de los Mossos d’Esquadra por el que perdió un ojo.

"Ahora tiene mucho miedo a cualquier ruido, con un petardo o un claxon se asusta. Era una chica con mucha vida social, que iba a muchas manifestaciones, y ahora no quiere ir a un sitio donde haya mucha gente. El impacto para ella ha sido brutal, ha dejado de estudiar incluso. No puede ser que una persona vaya a una manifestación y vuelva sin un ojo", ha explicado Eric Cuesta, padre de África.

El pasado 2 de diciembre, el Parlament de Catalunya aprobó solicitar la retirada urgente de la munición más lesiva (el proyectil SIR-X). Hasta el momento la Generalitat no ha anunciado si va a atender la petición.

Amnistía denuncia que la Policía ha causado una muerte y 24 heridos graves por el uso indebido de balas de goma.

Aumentan las lesiones oculares

Amnistía Internacional reseña que a nivel global estas armas "han causado discapacidad permanente en cientos de casos y muchas muertes". La organización de derechos humanos observa un alarmante aumento de las lesiones oculares, incluidas rupturas de globos oculares, desprendimientos de retina y pérdida total de la visión, así como fracturas óseas y craneales, lesiones cerebrales, ruptura de órganos internos y hemorragias, perforación de corazón y pulmones causada por fracturas de costillas, daños en genitales y trauma psicológico.

Según una evaluación del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile, las acciones policiales durante las protestas que comenzaron en octubre de 2019 dieron lugar a más de 440 lesiones oculares, con más de 30 casos de pérdida de ojo o ruptura ocular.

La experiencia de perder la visión, dice su informe, se ha repetido con alarmante frecuencia en circunstancias semejantes en Estados de América Central y América del Sur, Europa, Oriente Medido, África y Estados Unidos durante protestas recientes y actuales.

Gustavo Gatica, de 22 años, estudiante de psicología, quedó ciego de ambos ojos tras ser alcanzado en el rostro por balines de metal recubiertos de goma disparados por la policía durante protestas contra la desigualdad en la capital de Chile, Santiago, el 8 de noviembre de 2019. Hasta el momento, nadie ha rendido cuentas por ello. En fechas recientes, Gustavo dijo a Amnistía Internacional: "Sentí correr el agua de mis ojos […] pero era sangre". Espera que sus lesiones inspiren el cambio, para que esto no les pase a otras personas, y dice: "Regalé mis ojos para que la gente despierte".

En Francia, el examen médico de 21 pacientes con lesiones faciales y oculares causadas por balas de goma indicó lesiones graves como fragmentación ósea, fracturas y rupturas con consecuencia de ceguera.

Amnistía Internacional también ha documentado casos de granadas de gas lacrimógeno apuntadas y disparadas directamente contra personas o multitudes en Chile, Colombia, Ecuador, Francia, Gaza, Guinea, Hong Kong, Irak, Irán, Perú, Sudán, Túnez y Venezuela.

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